María Cristina Martínez y sus aportes para descifrar la flora latinoamericana

MARIA-CRISTINA-MARTINEZ.jpeg
María Cristina Martínez.

Por:

26 jul 2017

Tomar una flor, abrirla por la mitad y maravillarse con lo que encontraba en su interior es una costumbre que la botánica María Cristina Martínez adquirió desde su infancia, cuando siendo una niña se preguntaba por las curiosas formas de los diferentes tipos de flora, sus similitudes y diferencias.

“Me gustaba abrirlas y descubrir sus estructuras, saber qué había dentro de ellas y ver cómo algo tan pequeño y delicado, podía ser igualmente tan complejo”, ilustró Martínez, quien ahora cuenta con más de 20 años dedicada al estudio de las plantas que crecen en los distintos lugares del suelo latinoamericano.

La riqueza vegetal de Centro y Suramérica, especialmente la variedad de especies de la familia de plantas Burseraceae (la misma a la que pertenecen el incienso y la mirra), ha sido el tema de investigación en el que Martínez se ha enfocado desde que finalizó su pregrado en Biología en la Universidad Nacional.

Ella continuó profundizando en esta temática durante su Maestría en Ciencias de las Plantas, que inició en el Jardín Botánico de Nueva York, y complementó su formación con un Doctorado en Botánica, que cursó en el Jardín Botánico Rancho Santa Ana, que está adscrito a la Universidad Claremont, en California.

Desde 2013 es profesora del Departamento de Química y Biología de la Universidad del Norte. Ella considera que las mujeres que son científicas y docentes tienen ciertas cualidades que las destacan a la hora de comunicarse y compartir su conocimiento con los estudiantes.

También agregó que su filosofía como investigadora se basa en la apertura, la colaboración y el “entender que las investigaciones no las hace una sola persona, sino que son resultado del trabajo de una comunidad”; razón por la que siempre intenta incluir en sus proyectos a alumnos que compartan sus intereses temáticos, con lo que les da oportunidad a futuros científicos de contribuir en los estudios sobre botánica.

Además de ser científica y docente, Martínez es madre de tres hijos. Ella afirma que aunque convertirse en mamá nunca fue un obstáculo para desarrollarse en su profesión, reconoce que en ocasiones este aspecto puede dificultar la participación de las mujeres que quieren dedicarse a una carrera en ciencias.

“En Colombia tenemos las mismas dificultades de las mujeres investigadoras en otros países. Por lo general sucede que se ve incompatible el ser mujer científica y tener una familia, por la disponibilidad de tiempos que ambos aspectos exigen, pero me parece importante fomentar que sí se puede hacer ciencia y consolidar un hogar; también hay que intentar cambiar los ambientes profesionales actuales para que a ellas se les puedan abrir más espacios y oportunidades”, señaló.

Su investigación actual

En 2016 María Cristina Martínez obtuvo la Beca Investigador Visitante Colombiano que el Programa Fulbright otorga anualmente a seis científicos nacionales, para que se vinculen a universidades estadounidense y realicen investigaciones avanzadas.

Con esta beca ella participó de una estancia de investigación de cuatro meses en el Jardín Botánico de Nueva York, institución que cuenta con la mayor colección de especies de Burseraceae en el neotrópico, que es la familia de plantas que estudia, y cuyas especies de árboles se encuentran distribuidas en diferentes ecosistemas del país.

Durante esos meses, Martínez estuvo trabajando en la identificación de decenas de especies pertenecientes a los géneros más diversos de las Burseraceae —Bursera, Dacryodes y Protium—, las cuales crecen en los bosques tropicales de México, Suramérica y el Caribe.

Desde hace cuatro décadas, estos ejemplares se encontraban archivados en el herbario del Jardín Botánico de Nueva York, aguardando para ser estudiados. Para esta labor de clasificación la botánica contó con la colaboración del investigador Douglas Daly, quien además de ser un experto mundial en esta familia de plantas, es el director del Instituto de Botánica Sistemática de esta institución estadounidense.

Al trabajar con estas colecciones botánicas, la experta debía analizar y comparar sus características físicas, revisar minuciosamente la nervadura de sus hojas, así como la forma y tamaño de las diferentes partes que conforman sus flores y frutos para poder describirlas, incluso realizarles pruebas moleculares para conocer parte de la información contenida en su ADN. Una vez que completó esta labor, la investigadora y Daly notaron que entre la colección del herbario de Nueva York se encontraban 19 especies nuevas del género Dacryodes.

Los hallazgos de sus investigaciones fueron publicados en dos artículos científicos. En uno de ellos describen diez especies nuevas para el género Dacryodes que se encuentran distribuidas en la Amazonía y en las Guayanas, mientras que en el segundo artículo exponen otras nueve especies de Dacryodes que habitan los países andinos; de ellas, siete son colombianas, ya que cinco de estas especies se encuentran en Antioquia y dos en Vaupés.

Martínez destacó que esta clasificación de las especies colombianas pudo hacerse en gran parte gracias a las colecciones que en Antioquia se vienen realizando desde los años 80 acerca de su vegetación local. “Eso quiere decir que el día que haya un registro de flora del resto de regiones, vamos a poder completar el rompecabezas y tener una idea más precisa de cuántas especies de Burseraceae hay en el país, dónde se distribuyen, y se llegará a saber qué utilidades tienen para consumo humano, por ejemplo, su potencial medicinal y alimenticio”, manifestó.

Conozca más sobre la campaña Mujeres de Ciencia.

Por María Margarita Mendoza

Más noticias