Nobel para el estudio de la irracionalidad de nuestras decisiones económicas

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Richard Thaler, premio Nobel de Economía 2017 (Cortesía: University of Chicago)

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10 oct 2017

La Real Academia de las Ciencia de Suecia anunció, el lunes, 9 de octubre, al economista estadounidense Richard Thaler como ganador del premio Nobel de Economía 2017 por sus trabajos sobre la llamada ‘economía del comportamiento’, en la que ha buscado explicar cómo los mercados son afectados por la falta de racionalidad y autocontrol de los seres humanos.

Thaler, profesor de la Universidad de Chicago, ha incorporado “presunciones psicológicamente realistas a los análisis de decisiones económicas”, como explicó el comunicado emitido por la academia. “Al explorar las consecuencias de la racionalidad limitada, las preferencias sociales y la falta de autocontrol ha mostrado cómo estos rasgos humanos afectan sistemáticamente las decisiones individuales y los resultados de mercado”, añadió la academia sobre la obra del economista de 72 años.

Andrés Cendales, profesor de Economía de Uninorte, dice que el trabajo de Thaler hace parte de una tradición académica que va en contra de las teorías tradicionales de la economía. “Hasta los años 70 se asumía que los individuos actuaban con racionalidad, de tal forma que no se equivocaban y tomaban decisiones de forma coherente, de tal suerte que maximizaban sus pagos y beneficios de forma implacable”.

Según Cendales, esta noción implicaba asumir que las personas tenían “una capacidad cognitiva que no tenía ningún tipo de restricción al momento de calcular las decisiones óptimas”.  Esa llamada cultura idealista se resquebraja una vez que académicos como Daniel Kahneman (psicólogo ganador del Nobel de Economía en 2002) demuestran, a través de trabajo de campo, casos de estudio y referentes reales que los individuos no actuaban con la misma capacidad que los modelos de la teoría económica predecían y que, en efecto, no son tan racionales.

“Thaler lo que hace es expandir la investigación de la economía del comportamiento e identificar los algoritmos de decisión que siguen los individuos en términos de cotidianidad, que permiten entender los fenómenos de mercado”, apunta Cendales.

Entre los logros de Thaler, que resalta la Academia Sueca, se encuentra el desarrollo de la teoría de la contabilidad mental. Esta explica cómo las personas simplifican sus decisiones financieras, creando cuentas separadas en sus mentes y tomando decisiones según cómo estas afectan a esas cuentas y no en el conjunto de sus finanzas.

Uno de los ejemplos que señala Cendales de este comportamiento es el endeudamiento privado. “Esto da cuenta de que los individuos son miopes en términos de su racionalidad porque en principio un individuo que intenta sustentar cierto consumo privado no debería hacerlo a través del crédito, sino a través del ahorro”. No obstante, señala el profesor, los individuos ponderan más el efecto de corto plazo del consumo en donde escogen el endeudamiento privado, en lugar de postergar el consumo.

Otros de los aportes destacados de Thaler son sus investigaciones sobre equidad, en las que demostró cómo la preocupación por los consumidores puede impedir que las compañías suban los precios en períodos de alta demanda, pero no en épocas de aumento de costos. De igual forma, la academia destacó los aportes de Thaler para aclarar la forma en que la falta de autocontrol de las personas hace que sucumban a tentaciones de corto plazo, razón por la que muchos individuos no planean ni ahorran para la vejez.

Thaler es conocido por ser coautor del best seller mundial Nudge (Un pequeño empujón, en español), que utiliza conceptos de economía del comportamiento para derribar muchos de los grandes problemas sociales. Con el concepto de nudging, Thaler explica cómo empujar a la población a tomar decisiones que le beneficien a largo plazo puede influir en la economía o en la política.

"En resumen, sus contribuciones han construido un puente entre el análisis económico y el psicológico en la toma de decisiones individuales", concluyó la Real Academia Sueca de las Ciencias. Tras el anuncio del premio de 1,1 millones de euros, Thaler confesó que intentará gastar el dinero "de la forma más irracionalmente posible".

Por Andrés Martínez Zalamea

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