“Para hacer buen periodismo hay que perder el miedo”: Diana López Zuleta

La egresada de Comunicación Social y Periodismo habló sobre su libro “Lo que no borró el desierto”, que hace una radiografía de la violencia en La Guajira durante el auge del paramilitarismo a través del relato del homicidio de su padre, el concejal Luis López Peralta.

lo-que-no-borro-el-desierto.jpg
Diana López Zuleta, egresada del programa de Comunicación Social y Periodismo de Uninorte.

Por:

22 jul 2020

Lo que no borró el desierto, el libro de la periodista Diana López Zuleta, en el que hace una reconstrucción del homicidio de su padre, Luis López Peralta, da cuenta de una realidad regional, marcada por la presencia de grupos armados ilegales y en la que derechos como la libertad de expresión y democracia están en peligro. La egresada del programa de Comunicación Social y Periodismo de Uninorte compartió un espacio el 17 de julio para hablar sobre la reciente publicación de su libro, que ha tenido un gran éxito editorial. 

A través de las preguntas de los estudiantes Natalia Cortés y Martín Pacheco, López reflexionó sobre aspectos como el ejercicio del periodismo, la escritura, y la vida como víctima en Colombia. El punto de partida del libro fue lo ocurrido el 22 de febrero de 1997 en Barrancas, La Guajira, cuando un grupo de paramilitares dispararon y asesinaron al entonces concejal Luis López Peralta. El motivo del homicidio fue la denuncia por corrupción que hizo en contra del entonces alcalde de ese municipio, Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez Cerchar. 23 años después, Kiko Gómez paga la condena más alta impuesta a un servidor público por ser determinador del crimen. 

“Para hacer buen periodismo hay que perder el miedo”, afirmó la autora del libro. Esta publicación tiene su génesis en la investigación que durante años realizó la periodista, a pesar de recibir amenazas contra su vida, el rechazo de sus familiares y de la sociedad en general. 

Esa investigación aportó pruebas al caso que tenía la Fiscalía en contra de Gómez y fue determinante en su condena.Tiempo después de que terminó el proceso judicial, López contó que fue contactada por una editorial para transformar su trabajo periodístico de años en un libro y este fue el detonante que desembocó en Lo que no borró el desierto

Para este nuevo proyecto, comenzó desde cero. Recolectó 127 horas de grabación, entre testimonios y audiencias, leyó 7000 páginas del expediente judicial, revisó más de 2000 noticias y comentarios periodísticos, hizo más de 90 entrevistas y elevó cerca de 30 derechos de petición. 

“Quería hacer una radiografía de la región y cómo se vivía en esa época en la que yo crecí de una transición de una violencia de la guerrillera a la paramilitar”, explicó sobre la dimensión que quería darle al libro, más allá del hecho central que atraviesa el relato.

Han pasado más de cuatro años desde la condena de Gómez y su influencia aún continúa en La Guajira y Cesar. Según la autora, el periodismo regional continúa amenazado y todavía existe miedo de hablar sobre ciertas figuras públicas. Desde su punto de vista, el silencio es complicidad, una forma tácita de aceptar lo que se vive. Por eso, reclama por un periodismo sin miedo, que se enfrenta a las estructuras de poder y sus excesos, que han acabado con el futuro de millones de personas. 

Por Leonardo Carvajalino

Más noticias