Perfeccionando lo que funciona en la enseñanza de la escritura académica

Teresa Benítez y Yanuacelly Guariguata, docentes del departamento de Español, ganaron el primer puesto en la categoría Investigación de Aula en el concurso de innovación pedagógica que organiza el CEDU.

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Teresa Benítez, docente del departamento de Español, realizó la investigación en conjunto con la docente Yanuacelly Guariguata.

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06 dic 2019

¿Qué hacer cuando una metodología de enseñanza hace que los estudiantes aprendan, pero no los mantiene activos y motivados? Esta fue la pregunta que se hicieron Teresa Benítez y Yanuacelly Guariguata, docentes del departamento de Español de Uninorte. La respuesta que encontraron les mereció el primer puesto en la categoría Investigación de Aula en el Concurso de Innovación Pedagógica que cada año organiza el Centro para la Excelencia Docente (CEDU). 

Las profesoras dictan la asignatura Competencias Comunicativas I, obligatoria para todas las carreras de la universidad. La metodología utilizada convencionalmente en el departamento es la de pedagogía de géneros textuales. “Desarrollamos alfabetización académica. Los estudiantes aprendieron a leer y escribir para bachillerato, pero no se les ha enseñado cómo hacerlo con los textos de la universidad”, explicó Benítez, magíster en Educación con énfasis en la enseñanza del inglés, el objetivo detrás del curso. 

Guariguata contó que tras varios ciclos de estar dictando la clase, los estudiantes repetían ciertas palabras al hacer la evaluación docente al final del semestre. Los alumnos decían que aún cuando habían aprendido los contenidos del curso, les hacía falta más dinamismo a las clases. Con apoyo del Laboratorio del CEDU, las docentes se pusieron en la tarea de cambiar esta percepción y aplicaron lo desarrollado entre el segundo semestre de 2018 y el primero de 2019 con 64 estudiantes de tres cursos. 

En su indagación para saber cuáles estrategias serían apropiadas y coherentes con la metodología que ya tenían implementada, se decidieron por el aprendizaje activo, que ya ha probado su utilidad en contextos universitarios. Las profesoras manifestaron que varias de las actividades de la clase, especialmente en el inicio de semestre, estaban pensadas de tal forma que la información fuera transmitida toda por el docente. Entre las barreras a vencer, la mayor era involucrar a los estudiantes desde el inicio del ciclo educativo. 

Una de las formas que encontraron para que cada uno de los estudiantes se comprometa con el curso fue los métodos de entrega, que se han caracterizado por ser en grupo. Se mantuvo esta separación, pero se incluyó el uso obligatorio de documentos compartidos en Google Docs. A través de estos, las docentes podían monitorear el trabajo de cada uno de los alumnos que componen los grupos e identificar las falencias y fortalezas de cada uno. 

“Antes se escondían detrás de los otros en la escritura, aquí vimos que hubo colaboración, que cada quien asumió su rol”, manifestó Benítez. Agregó que este compromiso se transfirió al salón de clases, en el que a los estudiantes se les notó mucho más participativos y compartiendo ideas sobre sus textos. Al mismo tiempo, esta estrategia les permitió evaluar de una forma más efectiva y, sobre todo, corregir y aconsejar de manera personalizada a cada alumno según lo observado en la hoja de trabajo. 

La profesora Guariguata, magíster en Literatura Latinoamericana de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, en Venezuela, comentó que a través de las indagaciones que hicieron a sus estudiantes, estos manifestaron que entendían el propósito de la asignatura Competencias Comunicativas I como un espacio para aprender estructuras, características lingüísticas, y discursivas de textos y aplicarlos a su vida. 

Las ganadoras del concurso del CEDU afirmaron que el acierto de esta metodología de trabajo, de llevar a cabo un autoanálisis de lo que se estaba haciendo, se ve reflejado en las notas de los estudiantes, que estuvieron, en promedio, muy por encima que otros semestres. Ambas concordaron que los resultados de su investigación son replicables para otras carreras y otras materias, y que esperan ser una fuente de ayuda para esos profesores que buscan motivar a sus estudiantes y dinamizar los contenidos de sus clases. 

Por Leonardo Carvajalino

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