Profesores de diseño participan en proyecto para disminuir víctimas por minas antipersona

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Representantes del proyecto "Diseño para la paz" se reúnen con líderes comunitarios e indígenas del municipio de Santander de Quilichao.

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15 jun 2018

En Colombia 11 585 personas han sido víctimas de minas antipersona. Aunque en la actualidad 228 municipios han sido declarados libres de sospecha de estos artefactos por el Gobierno, todavía 224 están en intervención. Es por eso que la Red Académica de Diseño (RAD), con el apoyo de la organización gubernamental Descontamina Colombia y Unicef, ha creado el proyecto “Diseño para la Paz”, que busca que creativos de distintas universidades del país generen estrategias de persuasión en las poblaciones donde las amenazas de minas están aún vigentes.

En el proyecto interinstitucional participan varios profesores del departamento de Diseño, junto con docentes de otros centros educativos del país, como la Universidad Autónoma de Occidente de Cali, la Fundación Universitaria Los Libertadores, Corporación Universitaria Unitec y la Universidad de Nariño. Este grupo trabajará durante un año con distintas comunidades, en su mayoría poblaciones indígenas, del departamento del Valle del Cauca, buscando educar en el riesgo que representan estos artefactos y crear pedagogía para prevenir a la población de que se vean afectados por ellos.

En estos territorios la tarea es aún más complicada, debido a que los grupos al margen de la ley han creado dispositivos complejos de rastrear, utilizando materiales plásticos y reciclables que combinados con químicos y explosivos producen graves daños sobre la población civil y militar. Estos artefactos artesanales, por ejemplo utilizando jeringas y botellas plásticas, vienen siendo desactivados por los equipos de desminado humanitario, para que no cobren más víctimas.

De acuerdo con Mark Michael Betts, profesor de Diseño Gráfico y uno de los participantes del proyecto, lo que se busca es que a través del diseño se sensibilice a la población y se generen cambios en su comportamientos. Dichos cambios llevarían a que las comunidades estén más atentas y eviten riesgos que podrían correr al transitar por los espacios con sospechas de minas. 

El objetivo es mitigar los índices de víctimas, mientras Descontamina Colombia, entidad encargada del desminado humanitario, la asistencia integral a las víctimas y la sensibilización pedagógica, depura los territorios con el apoyo de instituciones como Halo Trust, Hándicap Internacional y Humanicemos DH, entre otras.

El docente señala que el impacto social del proyecto es muy importante, sobre todo en la población infantil que es una de las más afectadas. Dice que grupos al margen de la ley crean minas antipersona, buscando generar daño y terror sobre las poblaciones, por eso algunos de los artefactos como balones de fútbol y celulares convertidos en bombas quedan medianamente expuestos a propósito para llamar la atención de los niños, y que estos al manipularlos sean lesionados o asesinados por la explosión.

Tras la primera reunión realizada en Cali y posteriormente en el municipio de Santander de Quilichao el pasado 7 y 8 de junio, el equipo de docentes de las universidades vinculadas al proyecto ha creado un plan de ruta que incluye tres de las comunidades más vulnerables a estos ataques, con población en su mayoría conformada por pueblos indígenas y otras comunidades de la región. Con ellos se realizará la primera prueba piloto para luego de revisar los resultados obtenidos el modelo se replique en en otros espacios del país.

Sin embargo, explica Betts, la tarea no es fácil. A pesar de que el objetivo es el mismo, las particularidades culturales de cada comunidad obligan a cambiar la forma en la cual se realizan las estrategias persuasivas en cada uno de los territorios. Así, según dice, no se pueden utilizar piezas gráficas como pendones colgados en exteriores, porque los grupos armados ilegales identificarían el territorio como un objetivo militar y podrían empeorar la situación.

Gracias al grupo interdisciplinar que vienen formando con las distintas universidades que participan del proyecto, lo que se busca es identificar qué tipo de piezas, sean audiovisuales, físicas, o inclusive aplicativos móviles, pueden beneficiar de mejor manera a cada uno de los territorios y así enviar el mismo mensaje cambiando los medios con los cuales se comunica.

“Si bien en las comunidades urbanas nos parece que todo está bien porque la guerra cesó, en las zonas rurales las cosas no son nada parecidas. En 2006 se presentaron 1232 víctimas por minas, para el 2018 las víctimas han sido solo 57 a partir de todas estas acciones de desminado que se han ido manejando. Queremos que esa cifra llegue a cero y el diseño aparece como el mecanismo ideal para lograrlo”, puntualizó.

Por Edwin Caicedo Ucros

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