¿Quiénes son los profesores de la próxima generación?

IESE-Análisis-licenciaturas.jpeg
A nivel nacional tan solo el 8% de la oferta educativa corresponde a programas de ciencias de la educación.

Por:

16 may 2016

Con el fin de socializar las condiciones de calidad para el otorgamiento, renovación o modificación de los programas académicos de licenciatura y los enfocados a la educación, se llevó a cabo el 12 de mayo el conversatorio de educación ‘Análisis crítico de las condiciones de calidad de las licenciaturas’, a cargo del IESE y la Fundación Compartir.

La jornada giró en torno a la formación de los futuros docentes de Colombia: los jóvenes que mañana tendrán en sus manos la educación de las próximas generaciones.

¿Pero quiénes son esos jóvenes y qué retos enfrentan en su formación como docentes? Esa pregunta buscó responderla Jorge Valencia Cobos, coordinador de Investigación del Observatorio de Educación del Caribe Colombiano, durante su intervención.

Lo primero que Valencia Cobos dejó claro es que, en la gran mayoría de los casos, “los docentes suelen enseñar así como han aprendido”, lo que convierte la formación de los futuros docentes en una preocupación prioritaria si se quiere tener a un país bien educado en el mañana.

“En gran medida, el trabajo que se realiza en las aulas, especialmente en las licenciaturas, tiene la potencialidad de tener un impacto muy grande, ya sea positivo o negativo, sobre lo que pasa con la calidad de un sistema educativo”, señaló.

Esto cobra todavía más relevancia si se tienen en cuenta las cifras actuales a nivel nacional de las licenciaturas, empezando porque tan solo el 8% de la oferta educativa corresponde a programas de ciencias de la educación.

“Los programas de licenciaturas tienen una tasa de deserción acumulada del 47%. Esto quiere decir que de esos muchachos que ingresan a primer semestre a tratar de generar un proyecto de vida a partir del aprendizaje de las competencias propias de la educación, solamente la mitad llegará al último semestre”, contó Valencia Cobos, y añadió que de ese 53% que sí permanece en el aula, tan solo el 38% llega a graduarse.

En términos de calidad y certificación, las cifras tampoco son alentadoras. Solo el 12% de los programas de licenciatura ha iniciado y concluido el proceso de acreditación en alta calidad. “En cuando a los resultados de las pruebas Saber Pro de las licenciaturas, desde 2012 hasta 2014, solamente el 47% de estos estudiantes logran construir un escrito apropiado, entendible, con todos los parámetros de construcción establecidos para la prueba. Hay que tener en cuenta que ellos son los que evaluarán la producción escrita de otros estudiantes en el futuro”, señaló Valencia, añadiendo que además, según estas pruebas, los estudiantes de licenciaturas tienen los promedios más bajos de los grupos de referencia en Lectura Crítica y Razonamiento Cuantitativo.

Según el conferencista, este fenómeno se ha tratado de explicar en gran medida con los perfiles de entrada de los estudiantes a estos programas, que suelen tener los puntajes más bajos en las pruebas Saber 11.

“Podría ser una fotografía bastante cruda y desalentadora. Sin embargo, tenemos evidencia también de que hay cosas por resaltar. Recientemente, como parte de una convocatoria de Colciencias, el IESE fue beneficiario de un proyecto para el diseño de una intervención que busca fortalecer la enseñanza en los programas de licenciatura. Me atrevería a afirmar, gracias a los primeros resultados de este estudio, que el panorama al interior de las licenciaturas no es tan malo como parece”, expresó.

Valencia Cobos se refiere a las oportunidades de aprender y mejorar sus habilidades a través de su propia labor pedagógica, “entendiendo a sus estudiantes y la forma en que estos están aprendiendo”.

Los actuales estudiantes de licenciaturas, además, cuentan con herramientas como programas, experiencias e iniciativas de capacitación y posgrados, ya seas relacionados específicamente con su área disciplinar o en pedagogía y procesos educativos.

“Aún falta mucho por hacer en las instituciones formadoras de formadores, reconociendo que algunos indicadores más preocupantes de esta problemática surgen de la poca claridad de criterios académicos para orientar la formación, la carencia de rigor pedagógico en los formadores de formadores, el manteamiento de enfoques y modelos de formación en ausencia de análisis crítico sobre los mismos”, señaló Valencia, pero a la vez es optimista en que el ser conscientes de los obstáculos es el vital para poder superarlos.

Por Melissa Zuleta Bandera

Más noticias