Recuperar la navegabilidad del río Magdalena ayudaría economía de los ribereños

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De izquierda a derecha, Manuel Vergara, Lucía Avendaño, Adolfo Meisel y Armando Galvis durante el conversatorio celebrado en el Parque Cultural.

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07 feb 2018

“El río Magdalena no volverá a ser nuevamente el eje de las comunicaciones en el país, pero sí puede ser muy importante con los sistemas multimodales”. Esta fue una de las principales resoluciones que destacó Adolfo Meisel Roca, codirector del Banco de la República y coordinador de Casa Grande Caribe, durante el conversatorio Las cifras del río Magdalena, con rostro humano, realizado el martes, 6 de febrero, en la sala múltiple del Parque Cultural del Caribe.

El evento, ejecutado en el marco de la cátedra ‘El río a varias voces', desarrollada por la alianza del Centro Cultural Cayena de la Universidad del Norte, el colectivo de comunicaciones Filigrana y el Parque Cultural, contó también con la participación de Luis Armando Galvis, investigador sénior del Banco de la República, quien explicó las principales cifras del estudio denominado ‘Geografía económica de los municipios ribereños del Magdalena’; y de Manuel Enrique Vergara, pescador tradicional de la zona de Bocas de Ceniza, quien habló sobre su cotidianidad y el arte de la pesca.

“El índice de pobreza de Colombia está en 45% y el de la costa está en 49%, es decir, más pobre que el resto del país, pero el del Bajo Magdalena es del 70%”, puntualizó Meisel al comenzar su retórica.

En la ribera del río Magdalena se localizan 125 municipios, donde viven más de seis millones de personas que corresponden al 13% de la población del país. Casa Grande Caribe, dentro de sus estudios, determinó que para eliminar la pobreza de la región se necesitan invertir cerca de 16.600 millones de dólares en los próximos 12 años.

Al ser la población ribereña una población vulnerable, debido a diferentes factores económicos, sociales y ambientales, el desarrollo de un diagnóstico de la pobreza en esta población se convierte en una tarea que ayuda a entender las condiciones sociales en las que se desenvuelven los ribereños. El estudio estima la pobreza utilizando dos medidas representativas como lo son el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).

De los departamentos con pocos municipios ribereños contenidos, Cauca es el único con alto NBI (74,96%), ya que Boyacá y Caldas, que comparten la misma situación, ocupan el primer y quinto lugar entre los 12 considerados. En general, de las cabeceras municipales, Barranquilla (17,72%) y Neiva (17,70%), son las únicas con un bajo NBI.

“Al compararse con las demás subregiones, el Bajo Magdalena llega a ser la más pobre dentro de la cuenca del río, ya que en el 57,4% de sus municipios un porcentaje superior al 60% de la población se encuentra con NBI; en el medio y alto Magdalena dicho porcentaje llega a ser de 26% y 4,1%, respectivamente. Los mejores resultados se ubican en este último, en donde 26 de los 48 municipios ribereños tienen un NBI inferior al 35% y solo el 5% alcanza a tener un NBI superior al 50%”, detalló Galvis en su estudio.

Para él y Meisel, mejorar las condiciones de navegación por el Magdalena, como complemento de un sistema de transporte multimodal, puede ayudar a la economía de los ribereños, transformando las condiciones hacia un tránsito permanente de grandes embarcaciones con capacidades máximas nominales entre 6000 y 7200 toneladas.

El proyecto de recuperación del Magdalena requiere la ejecución bajo esquema de Asociación Pública Privada – APP, actualmente en proceso de la licitación, dado la caducidad de Navelena S.A.S.

La cátedra ‘El río a varias voces’ es realizada en el marco de ‘La Noche del Río’ y surgió como una reflexión en torno a la riqueza de la cultura caribeña y  los matices que adquiere en cada una de sus manifestaciones.

Deyana Acosta, directora del Centro Cultural Cayena de Uninorte, agradeció la oportunidad de forjar nuevamente la alianza con el Parque Cultural del Caribe, que desde el año pasado ha venido generando espacios para el intercambio de conocimientos sobre gastronomía, economía, música, pesca y demás, en torno a la cultura del Caribe.

Por José Luis Rodríguez R.

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