Roble morado, el rey del campus

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En Uninorte hay alrededor de 147 individuos de roble morado distribuidos en todo el campus.

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12 abr 2016

No es extraño ver, entre los meses de marzo y mayo, una alfombra rosada en las calles de Barranquilla y las zonas abiertas del campus de Uninorte. El responsable es el árbol más popular de la universidad: el roble morado.

Con 147 individuos de esta especie a lo largo y ancho de nuestra alma mater, el robe morado, cuyo nombre científico es Tabebuia rosea, es el rey de las zonas verdes del campus, superando incluso —y por una significativa cantidad— al árbol insignia de la institución, el roble amarillo.

Pero el roble morado no es solo popular en Uninorte. Al ser nativo de los bosques de la zona intertropical americana, su presencia es fuerte desde México, pasando por Centroamérica, hasta llegar a Venezuela, Colombia y las regiones costeras de Ecuador, además de islas ubicadas en el Caribe, como Santo Domingo. Es el árbol nacional de El Salvador, y en Barranquilla es una insignia oficial de la ciudad.

El roble morado necesita del calor y la humedad del trópico para prosperar, y como buen “barranquillero”, le teme al clima frío y le afecta la altura: la temperatura óptima para su crecimiento es de los 20 a los 27 grados centígrados, y no crece en terrenos por encima de los 1200 metros sobre el nivel del mar.

Es noble en su crecimiento, pues se adapta a distintos tipos de suelo: con alto contenido de carbonato de calcio, formados principalmente por arcilla (silicato de aluminio hidratado) y por fango.

Puede crecer hasta los 30 metros de altura, aunque el más alto en Uninorte mide 14, y además de sus características flores (entre rosadas y moradas), se reconoce por dejar una estela de semillas aladas que parecen helicópteros en miniatura cuando caen desde sus ramas en todas direcciones a buscar tierra fértil donde posarse.

Esas blancas aeronaves en miniatura pueden desplazarse hasta un kilómetro desde su punto de partida si la brisa se los permite. De ahí parte de su popularidad: de cada fruto, en forma de vaina, salen hasta 300 semillas aladas, liberadas después de que el árbol florece.

A lo largo del territorio colombiano se lo conoce también con otros nombres, entre ellos flormorado, guayacán, ocobo, roble rosado y rosa morada, y sus cualidades estéticas, entre ellas su porte, robusto tallo y follaje alto, ancho y abierto, lo hacen ideal para adornar y dar sombra a espacios urbanos.

También llama la atención que cuando está florecido, el resto de sus hojas han caído al suelo, dejando tan solo en sus ramas las flores color lila, en contraste con el verdor de otras especies y el despejado cielo azul de Barranquilla de comienzos de año.

Ese también es el momento en el que abejas, mariposas y colibríes se alimentan del néctar de las flores del roble morado, trayendo una armonía de flora y fauna a todos los lugares donde esta especie crece.

Por Melissa Zuleta

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