Se graduaron 145 nuevos profesionales de la salud

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En la ceremonia durante la lectura del juramento hipocrático.

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22 jul 2019

Para 145 estudiantes de la división de Ciencias de la Salud, el 19 de julio marcó el final de un ciclo, de años de esfuerzo, dedicación y trabajo para finalmente poder llamarse profesionales, especialistas y magísteres. Uno a uno subieron a la tarima en el Coliseo Los Fundadores y de manos del rector Adolfo Meisel y entre los aplausos de sus familias, recibieron el diploma que representa el conocimiento y la experiencia aprendida. 

“Hoy termina una etapa muy importante de sus vidas. Una etapa que los ha transformado, y los ha dotado de las herramientas necesarias para afrontar los retos venideros. El esfuerzo de sus padres y el suyo propio empieza a dar sus frutos”, manifestó el rector durante su intervención. Recalcó que esto es solo el principio, y que para ser buenos profesionales en el contexto actual, es necesaria el constante estudio y actualización en conocimientos. 

Así también, el rector Meisel hizo énfasis en la necesidad, como profesionales de la salud, de leer constantemente, y no solo teoría médica, también literatura. “La novela es un invento del siglo XVI y su materia prima es el ser humano. En esa se refleja y se caracterizan los grandes conflictos del ser humano. ¿Cómo ser un buen enfermero o médico si no entendemos el sufrimiento, la tristeza, el dolor ante la pérdida de un ser querido? Todo eso lo consolidamos en las vidas paralelas que podemos tener en la literatura”, reflexionó. 

Por su parte, el decano Hernando Baquero invitó a los graduandos a reevaluar el concepto de educación, “una manera de aprender cosas y adquirir volumen de conocimiento y habilidades para lograr ejercer una profesión o un oficio que permita ganar dinero para satisfacer sus necesidades”, ante los retos que vivimos como región y como país. En ese sentido, subrayó que la educación se concibe como un vehículo para impactar positivamente nuestro entorno. “Entendida de esta manera se convierte en la mejor vía de trascender en la vida. En ella todos deberíamos poder resolver las preguntas del por qué y para qué de nuestra existencia”. 

Revive la Ceremonia de Grados de la División Ciencias de la Salud 2019

 

Las historias de los graduandos

Durante la ceremonia se graduó la primera promoción de la Maestría en Epidemiología Clínica. Entre los tres graduandos estaba Osvaldo Lara Sarabia, quien recibió el pergamino al Mérito Científico por su tesis: una investigación sobre cómo reducir la discapacidad de los pacientes que han tenido trombosis cerebrales. “Al final demostramos que el efecto era muy positivo y que, alrededor del 30 % eran capaces de irse caminando a su casa, habiendo llegado paralizados”, comentó Lara, quien es egresado de Uninorte y ya tiene una especialización en neurología. 

El método que consiste en adelantarse a las complicaciones que normalmente sufren estos pacientes a raíz de la dieta, o crisis de fiebres mal vigiladas, es de bajo costo y por ende implementable a gran escala. “Se trata de impulsar la investigación, de generar conocimiento valioso que le sirva a la gente. En la costa no había nada, ya tenemos un primer grano de arena y la idea es comenzar a generar un conocimiento que transforme”, anotó el egresado. 

La medalla de Plata, distinción para el estudiante que se destacó por su excelencia académica, fue para Laura Pacheco, en Enfermería, y Juan Pablo Espinosa, en Medicina. Este último fue el encargado de dar el discurso en el que recordó los momentos que marcaron su vida y la de sus 90 compañeros: las clases de bioquímica de segundo semestre, la imposición de Batas Blancas, el internado que realizaron en hospitales en Chile, España, Medellín, Bogotá. 

“Este debe ser solo el inicio de un largo trayecto que nos queda por recorrer, un camino que muy seguramente no será fácil y estará lleno de obstáculos pero para el cual hemos recibido todas las herramientas necesarias para superarlo.Y no me refiero únicamente al conocimiento académico, sino también a los valores que nos han inculcado nuestros docentes durante esta hermosa carrera. Son esos valores y ese crecimiento como seres sensibles lo que verdaderamente nos separará del resto como profesionales de la salud; ser médicos tanto científicos como humanos, dispuestos a brindarles empatía, esperanza y apoyo a nuestros pacientes, valores cada vez más escasos en esta profesión”, manifestó durante su intervención el graduando, quien es hijo de Humberto Espinoza, también egresado de la facultad de Medicina de Uninorte. 


Osvaldo Lara hizo parte de la primera promoción de graduandos en la maestría en epidemiología Clínica. 

 

Otros como Daniela Alfonso Arrieta también siguen el legado familiar. La joven recibió su diploma que la certifica como médica, el mismo que poco tiempo atrás recibió su hermana Natalia. Cuenta que siempre quiso trabajar con personas y poder ayudarlas y que por esto se decidió por este camino. Ahora espera adquirir un año de experiencia clínica para después pensar en especializarse. 

Entre los graduandos en enfermería se encontraba Brehiner Trespalacios Hernández. El único hombre de su promoción, el joven estudió para ser auxiliar de enfermería del Centro Inca y decidió seguir el camino de la educación y profesionalizarse. Los nervios que sentía antes de realizar un procedimiento, o la frustración ante un paciente que se niega a colaborar, valieron la pena y ahora le apunta a más: espera hacer una especialización en cuidado crítico del adulto. 

Entre risas y lágrimas terminó la ceremonia que simboliza el paso de la ‘casa que enseña a triunfar’ a la sociedad que tanto necesita a líderes y profesionales de alta calidad. Pero sobre todo, como señaló el rector Meisel, con el sello Uninorte: “además del profundo compromiso con su profesión, debe ser actuar siempre con rectitud, alegría y verdad”. 

Por Leonardo Carvajalino

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