Segunda edición de Psicología a la Calle concluye con miras a ampliar su cobertura

Psicologiaalacalle2018sesion.jpg
Estudiantes de los colegios aledaños al HUN escuchan las indicaciones de un univoluntario, durante la última sesión del programa.

Por:

08 oct 2018

Martín tiene 15 años, estudia en la Institución Educativa Miguel Antonio Caro, de Soledad, y desde hace aproximadamente un año dejó de ser víctima de matoneo en el aula de clase. Es tímido, pero manifestó su caso sin ningún atisbo de duda frente a una cámara de vídeo, tras ser parte del programa Psicología a la Calle, creado en el marco de los 45 años del departamento de Psicología de Uninorte, en 2016.

El programa, el cual finalizó su segunda edición el 29 de septiembre en el Hospital Universidad del Norte, busca un acercamiento más activo con la ciudadanía en general, en el que se desarrollan diferentes actividades académicas y brigadas de intervención social y educativa, con estudiantes de la Institución Educativa Miguel Antonio Caro, Institución Educativa Técnico Industrial del Atlántico, Nuestra Señora de Fátima, Francisco José de Caldas y de la Institución Educativa Politécnico.

“Quería vivir la experiencia de estar en un programa como este. Me parece muy interesante poder tratar problemáticas importantes que se viven en mi colegio, como el matoneo o la falta de aseo, y poder buscar soluciones entre todos”, afirmó Martín.

Para Alberto de Castro, decano de la División de Humanidades y Ciencias Sociales, el principal logro de Psicología a la Calle es poder convocar a cada vez más estudiantes de colegios públicos cercanos al hospital y que diseñen programas de prevención en  maltrato entre iguales, con el apoyo de sus psicorientadores y el programa Univoluntarios. Éste apoya la realización de cada uno de los proyectos que se implementan en los colegios, con la participación de trece univoluntarios que semanalmente asesoran la creación, diseño, ejecución y evaluación de todas las iniciativas propuestas. Para los estudiantes de los colegios, contar con la mentoría de voluntarios universitarios, y a su vez con la capacitación de los docentes de Psicología, les permite ir familiarizándose con el mundo de la educación superior, y retarse a sí mismos en la búsqueda de sus sueños, pues producto de este proyecto es que estos jóvenes se conviertan en autogestores del cambio que desean ver en sus instituciones y, por ende, sus comunidades.

“Si miramos los índices en Colombia y Barranquilla sobre maltrato, intolerancia en la calle y problemas de salud mental, vemos que se han triplicado los trastornos de ansiedad y se han cuadruplicado los trastornos de depresión. Vemos la necesidad de que la psicología no solamente impacte en las personas que se están formando, sino que directamente poder tener algún tipo de impacto en alguna zona de la ciudad, en este caso la zona circundante del Hospital Universidad del Norte (HUN)”, manifestó el docente.

Cada sesión, realizada los sábados en el HUN, va orientada a temas como el bullying, el auto control, el manejo de emociones, la convivencia social y la promoción y prevención de embarazos no deseados. Con los conocimientos recibidos y un análisis FODA de sus colegios, los estudiantes implementan luego proyectos que ayudan a promover comportamientos más saludables dentro de las instituciones.

De acuerdo con Olga Lucía Hoyos, directora del programa de Psicología, el programa está teniendo un impacto muy importante en los jóvenes, en términos de sensibilidad y entrenamiento, para que aprendan a gestionar su salud mental y se conviertan en agentes promotores del mismo dentro de sus aulas.

“El programa les brinda la posibilidad de detectar cuándo algo que le pasa a un compañero puede ser grave, ser un signo de alarma o requiere de atención psicológica. Esto hace que los promotores en salud puedan prevenir la aparición de trastornos graves en sus compañeros, además de ser promotores de hábitos de vida saludable”, enfatizó Edith Aristizábal, profesora de Psicología, quien dictó una de las jornadas.

Carlos, de 17 años, es la segunda vez que participa del programa y su primera experiencia, recalcó,  “fue muy grande” porque le ayudó a tomar liderazgo dentro de su institución y a ayudar a otros compañeros que pasaban por dificultades.

“Se siguen presentando problemas de 'ciberbullying' por el auge de las redes sociales, pero si trabajamos en equipo podemos dar siempre mejores soluciones”, expresó.

Mayra de las Salas Guerrero, estudiante de Psicología que coordinó la última sesión del programa, resaltó que los estudiantes que pasan por Psicología a la Calle no solo ayudan a sus instituciones, sino que tienen la oportunidad de contar lo que aprendieron a sus compañeros y familiares, generando una mayor identificación e impacto en la comunidad.

“Los estudiantes cuando comienzan el programa manifiestan desconocimiento de las temáticas tratadas, como sexualidad, prevención del suicidio o de la autolesión, temas que de pronto sus colegios no están tocando y que precisamente generando conocimiento y actividades de prevención se pueden disminuir”, explicó.

Reto.

De Castro manifestó estar satisfecho con los resultados de la promoción anterior, pero advirtió que el reto es que los proyectos diseñados por los estudiantes siempre se operacionalicen o se apliquen dentro de los colegios.

“Además de seguir trabajando con estudiantes de la anterior promoción, tenemos en mente una ampliación. Estamos pensando en al menos duplicar un poco la cobertura que tuvimos al principio. La idea es profundizar el trabajo que ya empezamos y al mismo tiempo ampliar un poco el área de intervención y que esto se vuelva una bola de nieve”, concluyó el decano.

Para mayor información de Univoluntarios clic aquí.

Por José Luis Rodríguez R.

Más noticias