Un foro para analizar los retos de la transformación digital en el sector justicia

Desde hace más de seis años el termino anglosajón legaltech (de la unión de las palabras en inglés: legal y technology) se relaciona con aquellos desarrollos tecnológicos que facilitan la prestación de servicios legales, abarcando proyectos disruptivos que buscan innovar la forma tradicional en que se prestan y consumen servicios jurídicos. En Uninorte, líderes de opinión, autoridades públicas, empresarios y académicos se dieron cita el 13 de febrero en el salón 13G2 para debatir los retos de la transformación digital en el sector justicia, en el marco del foro académico ‘Teoría y Práctica del buen gobierno corporativo: programas de cumplimiento y derecho punitivo empresarial’.

El evento, organizado por la firma Pava & Díaz Arana Abogados y Uninorte, buscó promover una cultura de buen gobierno corporativo y transparencia en el sector público, destacando el rol que deben ejercer las autoridades públicas y la importancia de la autorregulación de los principales actores del mercado socioeconómico nacional e internacional.

Durante el primer panel, denominado ‘Nuevas tendencias en las líneas de defensa corporativa: tecnologías legales y economía de la innovación’, su participantes entablaron un diálogo sobre las nuevas tecnologías legales, un mercado en crecimiento y que mueve 2 billones de euros anuales. El coloquio fue moderado por el profesor Jimmy Pérez, del departamento de Derecho.

“La tecnología no es un fin, es un medio que nos lleva a otro elemento. En la estrategia, generalmente, el activo que uno debe cuidar es la reputación y la confianza. La tecnología tiene un propósito y es la innovación. En un país como el nuestro la estrategia es más importante que la tecnología”, afirmó Jorge Castaño Gutiérrez, superintendente Financiero, magíster en Derecho Económico.

El funcionario planteó que la tecnología ha influenciado transversalmente todos los sectores de la sociedad, y que las líneas de defensa estarían basadas en la convicción, la coherencia y la vivencia de los procesos. De esta forma, la combinación entre estrategia y tecnología, indicó, debe buscar un cambio disruptivo necesario y de alto impacto favorable para el crecimiento económico de la sociedad.

Ana María Ramos, subdirectora de la Corporación Excelencia en la Justicia, enfatizó en que el crecimiento de la demanda de los servicios judiciales hizo necesario aplicar la tecnología para poder hacer un seguimiento a los procesos y a la información que se deriva de ellos, al igual que sus consecuencias jurídicas.

“Las herramientas han de adaptarse a la realidad social y jurídica del país, por lo que este es un aspecto a tener en cuenta para generar confianza  en la implementación de la tecnología (…) Es necesario incorporar ese tipo de saberes en los programas académicos, y como reto para la firma de abogados, incorporar las mismas en su ejercicio y prestación de servicio jurídico”, afirmó Ramos.

Al respecto, Karen Cabrera, docente del programa de Derecho de Uninorte, especialista en Derecho Público y doctora en Derecho, recalcó que el primer reto en la academia es que los profesores desaprendan los modelos que entienden la dinámica del internet y las nuevas tecnologías. ¿De quién vuelven a aprender?, pues de los mismos estudiantes.

“Nuestro reto es crear abogados mucho más críticos, interdisciplinarios. En mi clase traemos ingenieros invitados que se encargan de hacer estudios de patentes. Tratamos que los estudiantes sean mucho más detallistas y creativos. Necesitamos abogados que sepan el valor que tiene la información. La sinergia entre empresas y universidad”

Por José Luis Rodríguez R.