Un golpe de suerte la llevó a dedicarse a las matemáticas

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Catalina Domínguez, profesora del departamento de Matemáticas y Estadística.

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04 oct 2017

El encuentro de Catalina Domínguez con su vocación empezó con el reto que le hizo un amigo que cursaba una maestría en Matemáticas. Le insinuó que ella, por estar apenas en segundo semestre de ingeniería ambiental, no sería capaz de resolver un ejercicio matemático del examen final de una asignatura de la maestría. Domínguez aceptó el reto y después de una semana logró resolver el ejercicio, que –luego se enteraría– había podido descifrar un solo estudiante en la clase.

Hoy como profesora del departamento de Matemáticas y Estadística de Uninorte recuerda ese momento como el "golpe de suerte" que la llevó a descubrir su encanto y talento para esta ciencia.

“Me leí completo el libro de matemáticas en el que estaba el ejercicio. Era bastante teórico y contenía proposiciones lógicas. Mientras lo leía me pareció fascinante que cosas tan básicas permitieran el desarrollo de todo. Me sentí verdaderamente llena al terminarlo de leer”, expresó la caleña.

El semestre siguiente hizo los trámites para hacer el doble programa con Matemáticas en la Universidad del Valle, donde cursaba sus estudios. Luego decidió dejar de lado la ingeniería y dedicarse enteramente a su nueva carrera.

“Empecé mi curso fundamental de matemáticas y geometría. Estaba asombrada, me pareció emocionante, sentía que estaba viendo el inicio de todo. Pasé mi primer semestre y me fue tan bien que decidí salirme de ingeniería”, narró.

Al terminar, cursó sus estudios de maestría en la misma universidad para luego hacer el doctorado en la Universidad de Hannover, en Alemania. Actualmente Domínguez centra su labor investigativa en matemáticas aplicada que, a pesar de lo que su nombre indica, es un área bastante teórica. “Aunque en general, si le preguntas a un matemático, las matemáticas siempre se pueden aplicar en algo”, advirtió.  

La profesora centra su trabajo particularmente en el subtema de los elementos finitos, enfocados en la modelación de problemas ingenieriles; por ejemplo, la transferencia de calor en una placa, la descarga en un material conductivo o el flujo de contaminantes en un río.

En este último tema empezó a trabajar recientemente al ser la codirectora de una tesis doctoral centrada en el manejo de contaminantes en el río Magdalena, con asocio de profesores del departamento de Física. “La idea del proyecto es determinar dónde poner los sumideros, por dónde sale el agua tratada, de manera que no vaya a afectar zonas pesqueras o de turismo”, puntualizó.

Como mujer de ciencia, Domínguez resaltó que no ha sentido ningún obstáculo en el ejercicio de su carrera. Sin embargo, evocó que al cursar su pregrado, a pesar de ser una de las mejores estudiantes, sus compañeros solían recurrir siempre a otro estudiante destacado.

“Nunca sentí que él por ser hombre fuera mejor, ni que yo por ser mujer fuera mejor, pero algunos compañeros solían tildarme de nerd y siempre recurrían a él por ayuda. En ese sentido sentía que mis compañeros no reconocían mi trabajo, pero eso no sucedía con mis profesores”, puntualizó.   

Otro aspecto destacado por la investigadora es la importancia de motivar desde niñas a las mujeres por temas que "son considerados masculinos, debido a estereotipos".

“Desde pequeña mis padres me impulsaban a dedicarme a cosas que otros verían como masculinas. Si de pronto ellos me hubieran insistido en que me centrara en cosas más femeninas, por decirlo así, tal vez no me hubiera inclinado por las matemáticas. Si se logra dejar de lado esos estereotipos, más mujeres podrían irse por las carreras de ciencia”, puntualizó.

Conozca más de la campaña Mujeres de Ciencia.

Por Oriana Lewis

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