Un mapukeando para recorrer la etiología de los misterios de Eleusis

La charla del docente del departamento de Historia y Ciencias Sociales, Yidy Páez Casadiegos, experto en civilización griega, inició, el 5 de abril, con el mito que narra los misteriosos sucesos en la ciudad de Eleusis, a 18 kilómetros al noroeste de Atenas, considerada en la antigua Grecia el centro religioso más importante del mundo pagano de su tiempo y cuna del poeta trágico Esquilo.

“Hay razones pedagógicas, históricas, psicopedagógicas e incluso médicas para que no se deje de hablar de estos temas en las universidades”, puntualizó en el marco de Mapukeando, en el sala de muestras temporales de Mapuka.

Páez Casadiegos, quien también es médico, explicó a manera de resumen la historia de un descubrimiento considerado uno de los tres más importantes del siglo XX, junto al de la fisión del átomo y el de la molécula del ADN, pero que a diferencia de los anteriores, por su propia naturaleza, se convirtió en un modelo de aproximación transdisciplinar-holística de la investigación científica.

Durante su narración se detuvo en 1938, “fecha en el que el químico Albert Hofmann comenzaba a trabajar en los Laboratorios Sandoz, de Basilea. Su investigación básica consistía en aislar e identificar unos alcaloides del hongo conocido como cornezuelo del centeno, para su uso en medicina. De momento, contaba con la ergotamina, aislada por su jefe, el bioquímico Arthur Stoll, en 1918”.

La ergotamina tomó mucha popularidad entre los medicamentos, sobre todo para la aplicación hemostática de los partos y como medicamento contra la migraña. La tarea de Hofmann fue obtener un medicamento más puro. De esta manera obtuvo metilergometrina, hoy el más importante para aplicarlo como úterotónico y hemostático.

“Esto nos trae muchos recuerdos a quienes pasamos por la Escuela de Medicina y el Hospital General de Barranquilla, que después del parto dejábamos consignada la orden de aplicar a la paciente una ampolla de Ergotrate, 0.2mg,  IM, cada dos o cuatro horas para evitar la hemorragia producida por la extracción de la placenta”, evocó Páez.

“Ahora que se insiste en la tecnificación de la educación, es importante recordar que la tradición educativa en occidente comienza en Grecia”, agregó, remontándose a dos conceptos: paideía y matesis, que por su etimología hace alusión al cuidado y el desarrollo de los niños, y al grupo de estrategias y saberes que se deben transmitir para formarlo y generar un desarrollo superior respectivamente.

“Es por eso que la educación debe hacer su trabajo, se debe volver al mundo antiguo, no solo por lo educativo sino también porque todo lo que tiene sentido para nosotros hoy se originó en Grecia y es irónico que en un mundo que pretende saber más, se olvide de la herencia de los griegos”, concluyó el docente a manera de reflexión.

Por Génesis Navarro