Un Nobel de Literatura que escribe desde dos culturas

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El ganador Kazuo Ishiguro. Nació en Nagasaki, Japón, en 1954.

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06 oct 2017

Después de haber estado en manos de una periodista en 2015 y de un compositor en 2016, el Premio Nobel de Literatura regresó al grupo de los escritores. El galardonado de este año es Kazuo Ishiguro, autor británico nacido en Japón, a quien el jurado escogió por  “sus novelas de gran fuerza emocional que han descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”.

La academia sueca anunció este 5 de octubre al ganador del premio, cuyo estilo conjuga rasgos de la cultura occidental con la oriental y cuenta con una trayectoria que abarca siete novelas, cinco relatos cortos y cuatro guiones, siendo Los restos del día su novela más destacada. Esta lo hizo merecedor del premio Booker y cuenta con una adaptación cinematográfica.  

“Una característica general de su obra es una verbalización muy occidental que al mismo tiempo mantiene una postura frente al silencio y los detalles, que es bastante clásica en la literatura japonesa”, explicó  Juliana Enciso, profesora del departamento de Español y doctora en literatura.

Si bien su prosa ha sido acusada de ser demasiado clara y carente de ornamentación, la experta resalta la habilidad de Ishiguro para construir historias que despistan al lector.  “Si uno ve sus historias, muchas veces no sabes para donde van ni cómo van a terminar”, dijo.

Las tramas propuestas por el autor suelen desenvolverse en contextos como el Japón de la posguerra, el nazismo y el periodo previo a la II Guerra Mundial. Así mismo, su prosa suele contener influencias musicales y dos elementos recurrentes que marcan a sus personajes: la memoria y el olvido.

Según declaraciones hechas a la prensa después de recibir el anuncio del Nobel, Ishiguro explicó que una de las cosas que le fascinan como autor es determinar cuando es mejor recordar y cuando es mejor olvidar. “En mi carrera he mirado a individuos que sufren enfrentándose a los recuerdos de su pasado, algo aplicable también a las comunidades y a las naciones”, dijo.

Para Enciso este interés por algo tan efímero como la memoria es uno de los aspectos que hacen que la obra de este escritor se haya destacado entre la de otros sonados para el Nobel 2017.

“Ishiguro toma algo que aparentemente es tan débil como la memoria de los individuos. Y esa habilidad de recordar desde lo débil, desde la memoria, cuenta mucho acerca de los países, especialmente en un periodo como el actual, en donde la política ha dejado de ser un tema de ideas para ser un tema de remembranzas”, manifestó la docente.

Otro de los aspectos que, a su parecer, posicionó al autor como el Nobel por encima de otros escritores sonados como Margaret Atwood y Haruki Murakami, es su fusión entre lo oriental y lo occidental.

“Una de las cosas que está haciendo el Nobel en los últimos años es la celebración de lo subalterno. Con la victoria de Ishiguro se da una voz y un poco de cruces a la construcción de una cultura global, a una manera de ver el mundo cruzado, híbrido. Creo que para los paradigmas actuales, a nivel de lo cultural, esto cuenta muchísimo”, finalizó.

Por Oriana Lewis

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