Un proyecto de atención en primera infancia para comunidades indígenas

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Uno de los talleres de énfasis en higiene realizado en conjunto en los colegios.

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27 sep 2018

Brindar herramientas a las comunidades indígenas de dos corregimientos de Chinú, Córdoba, para garantizar mejoras en el bienestar de sus niños, es el propósito de un proyecto liderado por la Fundación Promigas, la Alcaldía de Chinú y la Universidad del Norte, a través de la división de Ciencias de la Salud y el Centro de Consultoría. Iniciativa que desde mayo de 2018 y hasta abril de 2019 apunta a fortalecer el modelo integral de atención en salud, MIAS, (establecido en la Ley 1751 de 2015 y en la Política de atención integral en salud), a través de la implementación de una estrategia de atención primaria en salud. 

Los dos corregimientos correspondientes a los cabildos indígenas menores de Carranzo y el Cabildo Menor de Algarrobos son las zonas en donde se está realizando el proyecto. En estos cabildos indígenas habitan 120 familias de la etnia Zenú, con un total de 576 personas incluyendo niños, adolescentes y adultos beneficiados por la iniciativa.

El proyecto se basa en tres ejes fundamentales para el tratamiento de la atención en primera infancia. El primer enfoque es el preventivo, en donde el equipo trabaja por medio de varias actividades en los cambios de comportamientos y actitudes de los miembros de la comunidad, para que el sistema de salud se enfoque en la prevención y no en la cura. Así mismo, se hace entrenamiento a líderes sociales para que tengan la capacidad de identificar irregularidades con equipos suministrados por el proyecto. 

El segundo enfoque es el trabajo intersectorial, en donde se trabaja de la mano de las escuelas para realizar talleres acerca de la prevención de la violencia, y actividades educativas en las familias con énfasis en la higiene, liderazgo comunitario y cuidado ambiental.  El tercer enfoque es el empoderamiento comunitario, a través de espacios para trabajar el liderazgo, el trabajo en equipo y las practicas ancestrales de la comunidad.

“Esto parte de nuestra misión como división de Ciencias de la Salud a través de uno de nuestros pilares estratégicos que es la extensión.  Se trata de que todo este conocimiento que nosotros generamos en la universidad, en la división, tenga algún fin, es decir, que pueda llegar a la comunidad y puedan mejorar sus niveles de bienestar”, añadió Hernando Baquero, director del proyecto.

De acuerdo con el también decano de la división de Ciencias de la Salud, desde hace varios años la universidad viene trabajando con Promigas en conjunto con entes gubernamentales de los distintos municipios en los cuales la empresa tiene alguna vinculación de interés. “Cuando comenzamos a notar las cifras de morbimortalidad infantil de nuestra Costa Caribe nos dimos cuenta que no solamente en la Guajira existen cifras que realmente son terribles en términos país. En  Sucre, el sur de Bolívar, algunas partes de Córdoba, los niveles de bienestar expresadas en la tasa de mortalidad y perfiles epidemiológicos no son los que esperaríamos” afirmó.


La coordinadora del proyecto, Ana Liliana Ríos, entrenando a una líder social para que aprenda a identificar anomalías en la comunidad.

 

Según Ana Liliana Ríos, profesora de la división de Ciencias de la Salud, en Chinú se identificaron problemas crónicos, como riesgos de patologías cardiovasculares; una de las razones por las que se crearon tácticas para el diagnóstico del paciente, como la implementación del cuestionario del Findrisk, con el fin de valorar el riesgo de diabetes.

“Nuestro modelo de salud, a través de la ley estatutaria, de alguna manera cambió, ya dejó de preocuparse solo por el tema hospitalario y empezó a mirar todo el tema de atención primaria. Es decir, de ir a la comunidad, aceptar que el individuo que se enferma y llega a este centro necesita primero no enfermarse, pero una vez ya enfermo se necesita recuperar y esa recuperación va a ser mejor si su entorno también se interviene, si su familia se interviene, si su comunidad se interviene”, afirmó Baquero.

Ríos manifestó que la alcaldesa de Chinú, Teresa María Salamanca, está comprometida con el proyecto: “Creó el Comité de atención primaria en salud por un decreto de Alcaldía donde dice que ese debe ser un espacio que se debe hacer cada dos meses para discutir los problemas de salud de toda la comunidad”, puntualizó Ríos.

Lograr que la comunidad mejore sus condiciones de salud, que asistan a los programas de prevención antes que la enfermedad avance y que los líderes puedan hacer gestión de las necesidades de su comunidad, son los tres puntos fundamentales que la profesora quiere lograr con la estrategia.

“El gran impacto de este proyecto está en que nosotros estamos generando capacidades en la comunidad, estamos mostrándoles como ellos pueden ser unos actores activos del cuidado de su salud y la recuperación de la misma cuando por algún evento de salud tienen que perderla”, concluyó el decano.


El jueves, 16 de agosto, durante el primer Foro Local de APS en Chinú.

 

El pasado jueves, 16 de agosto, se realizó el primer foro local de APS, con el fin de reflexionar y compartir ideas sobre el tema central: la salud en la comunidad de acuerdo a los tres enfoques dichos anteriormente. Se mostraron los resultados preliminares de las familias, se mostró el modelo de salud en Guanía y se compartió un video sobre el proyecto APS que se desarrolla en Manaure, Guajira. Al evento asistieron funcionarios de la Empresa Promigas, de la Universidad del Norte, de la oficina de formación del talento humano en salud del Ministerio de Salud, de la Alcaldía Municipal, de las diversas EAPB, IPS, instituciones educativas y la comunidad. El 18 de octubre se realizará el segundo foro local de APS, donde se hablará de las tendencias de salud pública en el país y de cómo ha funcionado el modelo de cuidado de la salud en primera infancia.

Por Laura Hernández

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