Una conversación sobre la figura política del caribe más importante de la historia

En el marco del Festival Cayeye que organiza el Centro Cultural Cayena, se dedicó un espacio para hablar de Rafael Núñez con los historiadores económicos Eduardo Posada Carbó y el rector Adolfo Meisel.

conferencia-rafael-nuñez.jpg

Por:

08 may 2020

Rafael Núñez fue el centro de una charla entre Eduardo Posada Carbó y el rector Adolfo Meisel, que se realizó el 6 de mayo en el marco del Festival Cayeye. El evento que organiza el Centro Cultural Cayena tuvo a los dos historiadores económicos debatiendo en torno a la figura política más importante de la historia del Caribe colombiano. Los acompañó Diana Castro Bennetti, directora de la Fundación Malpensante. 

A pesar de su prominencia, como el único presidente costeño de la historia del país, los panelistas estuvieron de acuerdo en que aún falta mucho por descubrir y conocer del personaje —más allá de los trabajos a profundidad que han hecho investigadores como Nicolás del Castillo y James Park—. Reflexionaron sobre la falta de historiografía colombiana, común en países de habla hispana en contraste a lo que ocurre en los anglosajones, donde se estudia una y otra apoyándose de herramientas como la biografía, para mantener actualizado el conocimiento en torno a eventos y personas. 

Uno de los objetivos era precisamente resaltar la figura de Núñez, un hombre que desde los 20 años comenzó su vida pública como secretario privado del Gobernador de Bolívar, Juan José Nieto, otro importante personaje de la política costeña. A los 25 años, ya había pasado por la rectoría del Colegio Nacional, secretaría de Hacienda y de Gobierno del departamento. 

Meisel señaló que entre las fortalezas que tenía el dirigente era su inteligencia, que demostraba en sus publicaciones en prensa. No obstante, anotó que su vocación no era la academia, sino la de la política y los resultados. En este sentido, lo describió como un muy buen gobernante, conocedor de las finanzas locales, cuidadoso, pero sobre todo que era práctico y conseguía resultados. 

Posteriormente, Núñez se fue a Panamá, donde construyó la base de poder político que lo llevaría décadas después a la presidencia. “Panamá tenía peso político y estaba muy involucrada con la política del país. Nuñez nos sirve para reintegrar la experiencia panameña como experiencia colombiana, no se puede entender el siglo XIX sin Panamá”, explicó Posada, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford.

En ese entonces, el federalismo y el centralismo eran el centro del debate político y Núñez fue una de las figuras prominentes. Viajó a Bogotá en 1954, cuando fue elegido como representante a la Cámara. En esta etapa, describieron los investigadores, se demuestra un Núñez que desarrolla un lenguaje regionalista. 

 

El rector argumentó que la visión de Núñez estaba en línea con la de la élite cartagenera, que se veía a sí misma como un contrapeso a Bogotá. De acuerdo con Posada, el cambio en el discurso posterior fue lo que separó a Núñez y lo encaminó hacia la presidencia, ya que construyó una concepción de país, y comenzó a hablar de temas nacionales, y no sólo de temas regionales. “Es posible que esté hablando de temas que le interesen a la costa, pero están expuestos en un lenguaje nacional”, anotó.

Núñez fue el autor de la reforma  liberal económica más importante del siglo XIX: la desamortización de los bienes en manos muertas. Según contó Meisel, en tres años se logró recaudar y reponer las balanzas fiscales del país a través de la venta de las propiedades de la iglesia. “Los que dicen que fracasó es porque no hubo un reforma agraria, pero esa no era la intención”, añadió el rector. 

Por su parte, Posada manifestó que la historia de Núñez revela también la meritocracia que comenzaba a mostrarse en un país cuyo sistema político de la época es caracterizado por el caudillismo y el clientelismo de la época. 

 

Por Leonardo Carvajalino

Más noticias