Una pausa con Paul Brito para conversar sobre literatura

El 8 de abril se llevó a cabo la primera sesión del programa 'Tómate una pausa', con el acompañamiento del escritor y periodista barranquillero, quien conversó con nuestros Maestros de vida.

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Inauguración de un espacio virtual dedicado a la literatura, el arte, el cine y otras temáticas de interés y actualidad.

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13 abr 2021

El escritor y periodista barranquillero, Paul Brito, dirigió una charla titulada La vida, el tiempo y la literatura, en el marco del primer encuentro literario del programa Tómate una pausa, organizado por el Centro de Educación Continuada (CEC) y dirigido principalmente a los integrantes del programa Maestros de vida

Este programa se creó con el fin de ofrecer un espacio de formación e intercambio de saberes a la población mayor de 55 años, que busca trascender y seguir disfrutando el arte. Una de sus iniciativas es el Pasaporte a la escritura, donde los participantes adelantan escritos creativos sobre su propia vida y legado. 

Elisama Dugarte Coll, directora del CEC, presidió la sesión del 8 de abril para dirigir unas palabras de bienvenida. “Este espacio lo construimos para disfrutar y compartir experiencias que son de gran interés para nosotros. Tenemos una comunidad de adultos mayores que se ha consolidado a lo largo de estos años y queremos que siga creciendo". 

Y agregó que "aquellos que no pertenecen al programa también pueden unirse a nuestras reuniones virtuales. Esta es la primera Pausa de muchas que se harán durante el semestre, así que los invitamos a inscribirse para que puedan disfrutar de este espacio abierto y gratuito”. 

Mediante una presentación de imágenes e ideas, Paul Brito interactuó con la audiencia acerca de la realidad, la imaginación y la literatura. El escritor inició haciendo alusión a una frase que el periodista norteamericano, Gay Talese, mencionó durante una entrevista: “de niño aprendí que hay muchos lados de una historia y que es difícil juzgar a los demás. También aprendí que otros, incluso los derrotados en las guerras, tienen una historia que vale la pena contar”, con el fin de introducir la primera imagen que le permitió enamorarse de la literatura.

Una de las ilustraciones icónicas del libro El Principito, escrito por Antoine de Saint-Exupéry, muestra lo que parece ser un sombrero, pero que para el protagonista es el interior de una boa que se ha tragado a un elefante. “De niño, esa imagen me gustó por las mismas razones que hoy en día me sigue gustando; por esa mirada ingeniosa que logra ver el otro lado de las cosas y busca diferentes ángulos. Y esa es la mirada de un escritor, quien ve la realidad desde una perspectiva distinta y encuentra el elefante escondido”. 

Otro de los ejercicios propuestos consistía en responder una serie de preguntas sobre una figura. “¿Cómo se dibuja un cubo en cero dimensiones?”, preguntó el periodista barranquillero. Luego de algunas propuestas creativas de los participantes, Brito respondió “con un punto”. En una dimensión, con una línea (un cubo visto de perfil). En dos dimensiones sería un cuadrado. Mientras que en tres dimensiones, un cubo seguiría siendo un cubo. 

Pero la parte más interesante del juego fue imaginar un cubo en cuatro dimensiones, lo cual es posible porque actualmente existe una figura geométrica conocida como el teseracto. “Esto demuestra que el ser humano, a pesar de que su realidad no tiene cuatro dimensiones, puede pensar en este tipo de figuras gracias a su imaginación. Y ahí es donde cobra importancia la literatura, pues es la que se encarga de transar con una realidad que siempre está en construcción y que varía de acuerdo a la interpretación que nosotros mismos hacemos sobre ella”. 

Con estas y otras dinámicas, Brito enseñó que la literatura juega con nuestras realidades ilógicas pero posibles en otras dimensiones. “Para la literatura, la realidad no es solo lo que podemos ver, tocar o entender, es un amplio espectro que toca lanzarse a explorar. Es por eso que cada texto nos plantea reglas diferentes y nuevas, y eso es lo maravilloso de la literatura, que la imaginación no tiene límites. Es una puerta abierta a otros mundos, donde puedes saltar de uno a otro y descubrirlos todos”, señaló el escritor. 

Y respecto a algunas preguntas finales de los Maestros sobre los bloqueos creativos y cómo lograr una buena escritura, Brito les aconsejó darle rienda suelta a la imaginación y tratar de buscar esa mirada propia del niño ingenioso que ve al elefante y sigue creyendo que hay historias que vale la pena contar. 

 

Por María Fernanda Salgado

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