Una semana recreativa para aprender sobre la cultura indígena del Caribe

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Los niños trabajaron en equipo para armar una trama colectiva.

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07 jul 2017

La última semana de junio el campus fue tomado por pequeños arqueólogos, alfareros y tejedores, que a través de diversas actividades recrearon prácticas propias de culturas indígenas del Caribe colombiano.

Esto sucedió en el marco de la Semana Recreativa Mapuka, realizada del 27 de junio al primero de julio, que convocó a hijos de funcionarios de la universidad, entre los 5 y 13 años, para brindarles un espacio de diversión y a la vez educativo.

Planeada por Bienestar Organizacional, en alianza con el museo Mapuka, la semana contó con cuatro actividades principales que permitieron a los pequeños conocer más a fondo acerca de los pueblos indígenas de nuestra región: taller de cerámica, Animalario Prehispánico, Rally Karib y taller de tejido artesanal.

Este último contó con la presencia de una indígena Arhuaca proveniente de la Sierra Nevada de Santa Marta, que explicó a los pequeños cómo hacer tejidos y les habló sobre los usos que le dan en su cultura. Así mismo, los chicos tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas acerca de su nombre y su forma de vestir.

“Lo que nosotros queríamos era que los niños tuvieran esa experiencia de conocer a un indígena y también como museo nos interesa involucrar a maestros indígenas al área educativa”, manifestó Carla Baquero, coordinadora educativa de Mapuka.

Esa actividad fue la favorita de María Angélica, de 10 años de edad, porque tuvo la oportunidad de hacer sus propias manillas. “Fui la primera en terminar y por eso me regalaron otra”, dijo sonriente mientras las muestra orgullosa. Para ella “fue la mejor semana de su vida”.

Opiniones similares expresaron las pequeñas Natalia, Elena y Sofía, quienes junto a María Angélica crearon un grupo de amigas, que se mantuvo inseparable a lo largo de la semana.

“El primer día después de venir al museo nos explicaron cómo se hacían las vasijas antes, qué técnicas usaban para decorarlas y nos dieron arcilla para hacer la nuestra. No fue fácil, pero me gustó mucho”, dijo María Angélica.

Además de las dinámicas realizadas con el museo, los niños disfrutaron de actividades lúdicas, organizadas con la ayuda de Combarranquilla, tales como futbol, voleibol, manualidades y rumba kids. También, se les explicó a los chicos qué es reciclar y cómo pueden hacerlo.

“La programación fue excelente. El primer día los chicos vinieron algo tímidos, pero después de eso el grupo fue creciendo. En promedio asistieron 80 niños por día”, manifestó Darit Martínez, coordinador de Bienestar Organizacional.

Así mismo, añadió que lo que se pretendía era acercar a los niños al lugar de trabajo de sus padres, que crearan un sentido de pertenencia con la universidad y pudieran compartir juntos actividades dentro del campus. Para esto último, el día de clausura se llevó a cabo un picnic al que los chicos podían asistir con su familia.

“Nosotros lo que buscamos es contribuir al bienestar del trabajador y hemos hecho convenios para extender ese bienestar también a sus familias”, expresó Martínez.

Además de la programación en vacaciones, a lo largo del año Bienestar Organizacional ofrece diversas opciones de actividades dirigidas a hijos y cónyuges de funcionarios. Clases de guitarra, futbol, tenis, yoga, baile y taekwondo son algunas.

Por su parte, la semana recreativa fue una de las primeras veces en las que Mapuka puso en práctica actividades educativas que hacen parte de su nuevo portafolio, como el animalario, en donde los chicos crearon animales similares a los representados en los objetos del museo y el rally, en donde hicieron labores de arqueólogos alrededor del campus.   

Por Oriana Lewis

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