UNCaribe presenta informe sobre pandemia y conflictos armados en el Caribe colombiano

Según el informe, el 2020 se constituye en el año con mayor número de acciones derivadas de los conflictos armados desde el 2018 en la región, donde se identifican cuatro conflictos armados principalmente, que se ubican en el sur de Córdoba, el sur de Bolívar, el sur del Cesar y la Sierra Nevada de Santa Marta.

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27 ene 2021

De acuerdo con el informe sobre la violencia armada en el 2020 “Pandemia y conflictos armados en el Caribe colombiano”, elaborado por el Centro de Pensamiento UNCaribe, de la división de Derecho, Relaciones Internacionales y Ciencia Política de Uninorte, en la región existen cuatro conflictos armados principalmente, que se ubican en el sur de Córdoba, el sur de Bolívar, el sur del Cesar y la Sierra Nevada de Santa Marta.

El Documento Nº 43 de UNCaribe, elaborado por Luis Fernando Trejos Rosero y Reynell Badillo Sarmiento, expone los datos recogidos y sistematizados a lo largo del 2020 con el fin de proponer lecturas más integrales sobre las dinámicas de la violencia en la región y ampliar las explicaciones que pueden ofrecerse. El estudio del año 2020 se hace para determinar si las dinámicas de inseguridad se mantuvieron o se profundizaron en un periodo en el que la opinión pública estuvo centrada en las medidas de salud para combatir la pandemia.

Los datos se recopilaron dos categorías de análisis: acciones bélicas e infracciones al derecho internacional humanitario. En la primera categoría se recogieron datos sobre combates, emboscadas, hostigamiento, incursión armada, retén ilegal, atentado, atentado frustrado y paro armado. En la segunda, que son acciones que causan daño a personas que no participan directamente o han dejado de participar en un conflicto, se incluyeron: asesinato de beneficiario del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos, asesinato o atentado contra defensor de Derechos Humanos, asesinato o atentado contra excombatiente, atentado contra la población civil, desplazamiento forzado, afectación con mina antipersonal y masacres.

Los investigadores identifican que el 2020 se constituye en el año con mayor número de acciones derivadas de los conflictos armados desde el 2018. “Hay una tendencia particular que merece atención: las acciones bélicas fueron menos (pasaron de 47 en el 2018 a 43 en el 2020) y las infracciones al DIH considerablemente más (38 en el 2018 y 52 en el 2020)”, señala el informe.

El planteamiento del Centro Pensamiento UNCaribe propone que en Colombia no se desarrolla un conflicto transversal a todo el territorio, sino que hay múltiples conflictos armados. Cada uno se desenvuelve de acuerdo con los actores presentes, las interacciones entre ellos y el valor estratégico del territorio, por lo cual sugieren análisis subregionales, a fin de poder comprender las dinámicas locales que atraviesan esas manifestaciones violentas.

“Se entiende que habrá un conflicto armado en aquellas subregiones en las cuales haya uno o más actores armados (distintos al Estado) que utilizan (o amenacen con utilizar) la violencia para alcanzar objetivos políticos o económicos”, se lee en el documento.

En la región las cuatro subregiones identificadas tienen un origen del conflicto particular. En Córdoba se da por la competencia del territorio entre grupos armados, por ser una zona con una extensa red de conexiones terrestres y fluviales.

En Bolívar los distintos grupos armados encuentran un lugar estratégico para conectar con el interior del país, ofrece acceso fluvial para mover drogas y tropas, y tiene potencial para el desarrollo de la minería de oro; allí los grupos han establecido un pax mafiosa entre ellos, pero hay constantes confrontaciones con el Estado.

En Cesar la violencia es continua, principalmente por su cercanía con el Catatumbo, subregión ubicada en Norte de Santander. Y en la Sierra Nevada de Santa Marta la lucha es por el control de las redes de narcotráfico, y por el aumento de la fuerza pública para combatirlo. De forma emergente, en la región de Montes de María, desde 2018, se ha vuelto a reactivar los circuitos de ilegalidad, por el narcotráfico.

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