Valentina Guzmán cumplió su sueño de vivir en Francia gracias a la doble titulación

La estudiante de Negocios Internacionales terminó su doble titulación en la Universidad de Clermont y en septiembre recibirá el diploma que la declarará oficialmente egresada.

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Valentina Guzmán Mercado, estudiante de décimo semestre de Negocios Internacionales.

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29 may 2020

Valentina Guzmán Mercado se encuentra cumpliendo su sueño de niña: a sus 21 años vive en París. La estudiante de décimo semestre de Negocios Internacionales terminó su doble titulación en la Universidad de Clermont. En septiembre, cuando culmine oficialmente sus estudios en Uninorte, se cumplirá el sueño de su padre, William, que desde que nacieron sus hijos había querido que estudiaran en la institución educativa en la que ha trabajado por más de 30 años como supervisor de salas de usuarios. 

“La enseñanza que me queda de todo esto es la persistencia. Desde los 14 años quería vivir en Francia, y desde que entré a la universidad mi meta era la doble titulación”, contó Guzmán desde París, donde realiza sus prácticas en una startup llamada Adrenaline Hunter, una plataforma en línea de deportes extremos al aire libre. Con su objetivo claro, desde que entró a primer semestre se organizó, hizo vacacionales de francés, se aseguró de obtener un buen resultado en las pruebas TOEFL y de estar informada de todos los requisitos. Cuando llegó el momento, con el apoyo de la Dirección de Cooperación y Desarrollo Internacional, aplicó y fue admitida. 

Para el padre, esta travesía comenzó en 1990, cuando la universidad solo contaba con un par de salas de usuarios. Asegura que siempre había querido que sus hijos estudiaran en la universidad por los estudiantes con los que había tratado; al ver la evolución que tenían estos jóvenes desde primer semestre hasta ser profesionales, algunos con maestrías y doctorados, que volvían como docentes.  Asegura que fue afortunado de tener hijos —Luis Felipe, mello de Valentina, también estudia Ingeniería Civil en Uninorte— que siempre se caracterizaron por su excelencia académica. 

“Ella desde niña en su bachillerato siempre soñó; iba con un chip más adelante de sus compañeras y de uno mismo. Yo de cosa iba de aquí a Galapa. Me daba miedo y le consultaba a los docentes cómo era eso. Un día uno vino, como caído del cielo, y me dijo: ‘no le cortes las alas, tienes que dejarla que ella se vaya sola’”, describió a su hija Guzmán. “Ese día que se fue para Francia yo la admiraba y le decía: ‘tú sí eres valiente de irte sola’, pero gracias a toda la buena educación que ha recibido de la universidad, ella estaba enfocada y eso era lo que quería”, agregó. 

Por su parte, la estudiante narra que desde que pisó Europa se dio cuenta de que quería quedarse allí: se ajustaba a su estilo de vida y sentía una independencia y responsabilidad que no había tenido antes. Estaba lista, pues una de las características que la han hecho destacarse en su vida académica —y ahora laboral— ha sido su capacidad de organización. “Siempre tengo plan A, B y C”, comentó. 

Guzmán es becaria, un beneficio ganado con la labor y esfuerzo de su padre, y sostenido por sus buenas notas, que continuaron en la Universidad de Clermont. En esa institución académica comenzó en 2019 y actualmente se encuentra haciendo la fase de prácticas en la mencionada empresa, donde se dedica a ventas, marketing y servicio al cliente para el mercado hispanoparlante. Gracias a su condición de becaria, Guzmán recibió una parte de la matrícula como auxilio para los gastos que tuvo, y actualmente, la remuneración que recibe en sus prácticas le ha permitido costearse la vida en la capital de Francia. 

Con la emergencia de la COVID-19 llegaron dos preocupaciones: Valentina debía cumplir esta crisis en el exterior, lejos de su familia y conocidos, así como también enfrentar en el trabajo una reinvención del modelo de negocio a raíz de las medidas de confinamiento. La empresa le dio la posibilidad de trabajar desde Colombia, no obstante, la intención de la estudiante es continuar en Francia y hacer una maestría, una vez termine sus estudios de pregrado. Y como es su costumbre, ya tiene varios planes para llegar a esa meta. 

La estudiante tiene pensado aplicar al programa Alternance, que consiste en que una empresa francesa la contrate y pague sus estudios, que realizaría al tiempo que trabaja. Otra opción en su baraja es el programa Au Pair, en el que viviría con una familia y le ayudaría en el cuidado de los niños, mientras hace cursos adicionales. De cualquier forma, Guzmán está lista para la siguiente meta a cumplir. 

Por Leonardo Carvajalino

 

 

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