Whatsapp y el debate de la privacidad en las redes

El anuncio de la actualización en las políticas de términos y condiciones de la aplicación de mensajería abrió dejó abiertos varios interrogantes sobre cómo usan nuestra información estas plataformas que ofrecen servicios de forma gratuita. El profesor de Ingeniería de Sistemas, Pedro Wightman, nos aclara varios de estos aspectos.

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19 ene 2021

Al final, la controversia por la actualización de políticas de uso de la plataforma de mensajería Whatsapp deja varios interrogantes en el tintero, que han despertado la preocupación de muchos usuarios. Más allá del caso de esta empresa, que ya anunció el aplazamiento de las actualizaciones, la cuestión es el mecanismo que emplean este tipo de aplicaciones (en principio, gratuitas) para monetizar su negocio.

¿Las empresas son libres de hacer con nuestra información lo que crean conveniente? ¿Hay algún límite? ¿Qué riesgo corremos como usuarios al exponer información privada en estas aplicaciones? Pedro Wightman, profesor de Ingeniería de Sistemas de Uninorte, aclara lo que parece una perogrullada: los servicios de estas aplicaciones tienen un costo. Para poder ofrecerlos tienen que hacer inversiones y si ninguno de los usuarios directos paga por esos servicios.

“La manera como ellos hacen dinero es tomando la información de sus usuarios y negociando entre ellos y con otras compañías. Esto no es nuevo. La posibilidad que tienen estas empresas de vender la información de cómo nos comportamos en las redes sociales, hace parte del modelo de negocio, si no, tendremos que pagar una suscripción mensual para acceder a estos servicios, como están haciendo ahora con el streaming de video”, dice Wightman.

Con respecto a la actualización de Whatsapp, Wightman explica que, quizá, el mayor cambio es aclarar más el alcance de su política sobre compartir información con otras compañías. “No está haciendo nada diferente a lo que venía haciendo, y todas las redes sociales funcionan aproximadamente de la misma manera. En la actualización de términos, Whatsapp deja claro que las principales empresas serán las que hacen parte del grupo empresarial de Facebook, su casa matriz”, señala el experto.

Sugiere que no hay razón para preocuparse como usuarios, pues los mensajes que se intercambian en la aplicación están encriptados, por lo que ni Whatsapp ni Facebook tienen acceso al texto. “Lo que esas compañías obtienen son estadísticas de uso de la plataforma, localización y la red de usuarios, que luego usan para identificar tendencias de mercado, influenciadores, clusters de usuarios para entender mejor cómo vender publicidad, que es su principal fuente de ingresos”.

Como recomendación, invita a los usuarios a que dediquen un tiempo para leer los términos y condiciones. Si entiendan qué es lo que hacen estas compañías con sus datos podrán tomar una decisión informada sobre si vale la pena seguir proveyendo los datos a esas empresas a cambio del servicio que reciben. De lo contrario pueden buscar otras opciones, que siempre las hay, pero no son las más populares.

El límite de lo legal

Para servicios como el de Whatsapp, la ley solamente les exige definir con claridad sus políticas de términos y condiciones, que son largas precisamente porque deben incluir todo. Wightman explica que por ley solo se proveen algunos lineamientos básicos sobre qué se puede hacer con esa información y la manera como debe protegerse. “Al final la responsabilidad también está en el usuario que termina aceptando el contrato de servicio. La ley acepta que esos datos pueden ser comercializados, pues hace parte del modelo de negocios de estas empresas”.

Lo ilegal es recolectar información de los usuarios sin declararlo abiertamente. “Las restricciones que tienen estas empresas cada vez son más claras, pero a los usuarios aún no les interesa informarse y siguen compartiendo sin control”, finaliza el profesor.

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