Se puede ver la realidad que a uno le rodea, con la perspectiva del medio vaso de agua: los optimistas o quienes controlan el poder, se referirán siempre a la parte llena, los críticos o pesimistas mirarán lo vacío. 

Esa es la impresión que a uno le queda, después de asistir a la presentación de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2013 de Barranquilla Como Vamos, organización de la sociedad civil, no comprometida con el poder sino con los ciudadanos. No se puede cuestionar la encuesta ni calificarla de “manipulación” cuando varias organizaciones muy serias del ámbito nacional y local están allí representadas. Es un esfuerzo continuo de hace seis años, y ojalá pudiera extenderse a todas las ciudades de la Costa (sólo Valledupar y Cartagena tienen también este sistema de monitoreo).

La encuesta está organizada en forma presencial y estratificada, puerta a puerta, con una muestra representativa. La firma que la realiza es seria y reconocida a nivel nacional. La percepción de los ciudadanos no necesariamente refleja la realidad objetiva, pero en la esfera de los significados (hermenéutico) sirve mucho para palpar lo que sucede en un territorio. Le arroja señales a los gobernantes por donde van, cómo son percibidos y de qué manera pueden corregir el rumbo si son abiertos a la crítica.

En términos generales, hay mejorías en muchos indicadores aunque no muy amplias. Siquiera ya el 56% de los barranquilleros cree que la ciudad va por buen camino. La seguridad algo ha mejorado. Aunque  hay retos serios en materia de calidad en educación y en prontitud de la atención en salud, se considera que en esos frentes la satisfacción ha mejorado en algún grado. La movilidad queda igual después de un juego suma cero, y la encuesta recoge el momento crítico del Transmetro. Todos esperamos que el 2014 ya sea el despegue del mismo después del rediseño del modelo económico.

Es esencial para la ciudad. No sale bien lo de espacio público a pesar del valeroso trabajo que ha hecho dicha oficina, la cual considero merece más presupuesto, pues realmente muestra resultados concretos como el caso de San Andresito y los que se vienen.

El tema de los servicios públicos fue superado por la ciudad hace rato. Se trata ahora de construir una mejor infraestructura vial y de parques y plazas. Las prioridades cambian. En el nivel de vida percibido, los resultados son regulares, aunque el 75% están satisfechos de vivir en la ciudad. Un 44% cree que su situación económica ha mejorado, y sorprendentemente un 75% no se considera pobre, mientras en Cartagena un 76% sí se considera pobre.

Parece que en Barranquilla hay satisfacción con lo necesario. Apenas un 22% reporta no contar con las tres comidas. Un 44% reporta que su situación ha mejorado, aunque la pérdida de empleo afectó a quienes empeoraron.  Sin duda, desde el punto de vista economicista, la ciudad va bien. Pero se raja totalmente en capital social. La participación ciudadana da ganas de llorar y la desconfianza en la administración es apabullante. Nadie cree que se gobierne para el bien común.

En fin, como lo señaló Alexandra García en sus comentarios en el evento, es un frente donde en Barranquilla hay mucho que hacer. Cultura ciudadana y transparencia, además de mayor igualdad, cohesión y equidad, son agendas que se vienen.