Los colombianos, y en especial atlanticenses y barranquilleros, nos encontramos hoy impactados por la fuerza de la naturaleza en este invierno lluvioso, que ha demostrado las falencias de nuestros sistemas de emergencia y las debilidades de nuestras estimaciones y estudios de récords históricos de lluvias, para hacer las obras de ingeniería requeridas para enfrentar el río Magdalena.

No estábamos tan blindados para estos fenómenos como creíamos. Con humildad debemos aceptar que nuestras previsiones fallaron, y corregir los esfuerzos hechos. La catástrofe que padecemos es parte causada por la naturaleza y parte por las limitaciones de nuestras obras y previsiones.

Así mismo, la crisis económica de 2008, que todavía nos afecta, y que manifiesta sus efectos en Irlanda, España, Grecia y Portugal, todavía mantiene nerviosos a todos los analistas serios, pues los riesgos continúan. Pero esta crisis no fue el resultado solo de fuerzas invisibles y automáticas del capitalismo, fue también una crisis creada por el hombre, de grupos humanos organizados en el sector financiero norteamericano, llevados por su afán de lucro inmediato, despreciando toda prudencia en materias de riesgos e incertidumbre.

El documental Inside Job (Desde adentro) de Charles Ferguson y narrada en la voz de Matt Damon, muestra en forma exhaustiva como la crisis se fue gestando desde los años 80, cuando los fanáticos del libre mercado empezaron a desmontar las fuertes regulaciones de la época del New Deal (Nuevo Trato) de Roosevelt, las cuales impedían el acceso de la banca tradicional a los mercados especulativos de inversión.

La película ilustra al espectador en el tema de las peligrosas titularizaciones que se establecieron en el mercado hipotecario, por medio de complejos modelos matemáticos que neutralizaban el riesgo de los posibles deudores morosos. De esta forma, solo interesaba vender hipotecas a quien fuese, para luego empaquetarlas en forma de titularizaciones y colocarlas en los mercados secundarios.

Lo curioso es que durante la época del Gobierno de Clinton su equipo económico profundizó dichas reformas liberando más al sector, para que luego la burbuja especulativa reventara en la época de Bush. La película también ilustra cómo, lamentablemente, el equipo económico de Obama, incorporó de nuevo al mismo equipo de Wall Street del viejo Gobierno de Clinton, el cual a la fecha ha sido incapaz de bajar en forma significativa el desempleo en Estados Unidos, manteniéndose en un 9,6%, bajo la amenaza de reformas fiscales que solo harán más difícil la recuperación, pues apuntan a disminuir el gasto, reducir los beneficios sociales y bajarle los impuestos al 1% más rico. Por ello, no es de extrañar que a Obama se le haya evaporado mucho el apoyo de los jóvenes de hace dos años.

Otro aspecto que muestra la película es como la academia de economistas norteamericanos apoyó estas reformas llevada por su ortodoxia neoclásica, no vio venir la crisis, y como muchos de ellos, de Harvard y Columbia, estaban, y aun permanecen como consultores de Wall Street con jugosos honorarios.

Los banqueros causantes de esta crisis salieron ilesos, llenos de dinero, y ninguno hasta la fecha ha sido procesado por el daño causado a millones de personas que perdieron sus empleos en todo el mundo. Lo más grave aún, es que no muestran el más mínimo arrepentimiento. Están dispuestos a seguir en lo mismo. Es una película que todo ciudadano informado debe hoy ver. Nuestra cinemateca debe tomar nota.