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La deuda financiera del Distrito de Barranquilla

A diferencia de los gobiernos nacionales, que pueden enjugar sus deudas con la utilización del dinero soberano por un período de tiempo, siempre que la inflación sea baja, los gobiernos locales carecen de ese privilegio: deben balancear sus ingresos y sus gastos, y vigilar con cuidado la evolución de su deuda pública. En el caso de Barranquilla, su deuda pública nos cae a nosotros, los ciudadanos, y tarde o temprano nuestros bolsillos serán castigados con mayores impuestos. No hay almuerzos gratis.

 

En el pasado, se estiló presentar presupuestos inflados para justificar más gastos. A pesar que muchos analistas advertíamos de ello al Concejo Distrital cuando la discusión anual del presupuesto llegaba a este organismo, no se nos hizo caso, se apoyó la creatividad contable de algunos alcaldes, y por ello, terminamos el 28 de junio de 2001 en la Ley 550: el Distrito estaba quebrado, y tenía que someterse a un régimen especial para salir de este abismo fiscal. Ya para diciembre de 2004, se reconocían pasivos (deudas) por Ley 550 por $525.000 millones. Para enero de 2008, cuando comenzó la administración Char, estos pasivos alcanzaban casi $428 mil millones, después de hacer una depuración de estos pasivos.

 

El pasado 18 de noviembre, asistí al Concejo por invitación de la Comisión de Presupuesto, para exponer las inquietudes de muchos ciudadanos y algunas ONG como Cívicos en Acción, Foro Costa Atlántica y Corcaribe, con respecto al presupuesto de 2011. Un examen cuidadoso del mismo, y de la evolución inmediata de las finanzas distritales, ha hecho que nuestras preocupaciones se centren ahora en otro tema: la evolución de la deuda distrital y las amenazas que ella supone para la sostenibilidad fiscal futura del Distrito.

 

El presupuesto estimado para el 2011 parece sensato, pues se han moderado las proyecciones de los ingresos, ya que los efectos por una vez del aumento del recaudo predial por el incremento de las tarifas de 2009, ya pasaron. La preocupación aparece ahora porque se incluye una partida para nuevos empréstitos por $120.00 millones.

 

Desde el 2009, el Distrito está adquiriendo deuda nueva bajo la sombrilla de ‘Recursos de Capital’ lo cual si fuesen sólo cofinanciaciones de la Nación no sería problema. Pero lentamente se han tenido que adquirir nuevos créditos, para un Distrito que está bajo Ley de quiebras. La discusión se traslada entonces hacia la solvencia del Distrito para ello.

 

Para diciembre de 2009, el Distrito debía $296.000 millones a los bancos y a la Nación. Su pasivo corriente a diciembre de 2009 era de $405.000 millones. Pero la deuda financiera en agosto de 2010 ya era de $323,6 mil millones.

 

El Distrito alega que terminará en el 2010 en unos $325.322 millones de deuda. Si es así, no parece que hayamos avanzado mucho en el cubrimiento de los pasivos desde diciembre de 2007. La deuda bancaria sigue intacta, sólo se pagan intereses.

 

El problema es que nuestras estimaciones sobre los pasivos que dejará la administración Char en el 2011 no coinciden con las de la administración: ellos dicen que tienen liquidez suficiente para ello, pero mientras estiman esa deuda en $440.322, nosotros creemos que esa deuda será mayor, la suma de $697.000 millones sin meter el tema de las vigencias futuras. Pero aun creyéndole a la administración, estaríamos en las mismas que en diciembre de 2007. La gestión fiscal del Distrito ha sido buena, progresiva. Pero nuevos endeudamientos tan abultados no parecen buena idea.

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