Este año se celebra el centenario del famoso libro La Metamorfosis, de Franz Kafka.  Aunque el título original en alemán se relaciona más con la idea de la transformación, no puede uno evitar relacionar la idea de la famosa obra literaria, con nuestra dura realidad local para las elecciones venideras de octubre.

Según una investigación que adelanta el Iepri (Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional) con la Fundación Foro de la Costa Atlántica sobre el grado de democratización de nuestros partidos, para la elaboración de listas se recoge la complejidad de tal dinámica, la cual dista de los partidos modernos que uno envidia de los países europeos. Los nuestros, son una sombrilla nominal, bajo la cual se agrupan familias comprometidas en los procesos electorales, pues su bienestar material y de poder dependen de ello. Aquí en el Atlántico hemos podido constatar dicho proceso, tanto en la consecución de avales como en la conformación de listas al Concejo y la Asamblea.  ¿Democracia al interior de los partidos? Casi nada.

En la elección para la Gobernación, las fuerzas se han polarizado entre Eduardo Verano, del Partido Liberal, con el apoyo de Cambio Radical y algunos sectores conservadores, versus la candidatura de Alfredo Varela, del Partido Alianza Verde, con el apoyo de la dupla de Name-Gerlein. Se repite así un poco lo del 2007, pero con algunas metamorfosis. Ya Verano aparece con el apoyo de grandes maquinarias (ojalá sinceras supone uno), con mejor diseño de propuestas, aunque con las mismas inquietudes que derrama su candidatura. Sabido es que no siempre los que lo acompañan en sus gestas electorales, terminan disfrutando las mieles de la contratación, pues siempre aparece un pequeño círculo que controla tal dinámica. En el caso de Alfredo Varela, a pesar de su juventud y renovación, nadie sabe de cuando acá se volvió Verde, y tampoco se entiende a los verdes andando con la dupla Name-Gerlein. Las cosas que a uno le toca presenciar, pues quedamos asombrados con el apoyo de Claudia  López y Antonio Navarro a tal candidatura. Para la Alcaldía las cosas lucen definidas, y se espera que ojalá el ganador oiga los clamores ciudadanos de una contratación más democrática y transparente, que no haya más valorizaciones ni incrementos exagerados de avalúos.

Pero en las listas a Concejo y Asamblea hay hasta para vender. Para el Concejo se inscribieron 11 listas y para la Asamblea 9, lo cual revela la dispersión política e ineficiente del número de partidos en el país. La participación de las mujeres es casi una formalidad pues muy pocas saldrán electas. Son “relleno” que obliga la ley. También, se observan Fami-empresas políticas que tienen sus candidatos colocados en varios partidos, para asegurar gobernabilidad. Otros candidatos están vinculados a firmas que contratan con el Distrito, muy bien alineadas con el candidato vencedor. No es difícil explicar su participación en la política local.  Hay fuerzas emergentes del lado conservador que amenazan el dominio tradicional Gerlein-Cepeda, y se vislumbran grietas en otros grupos antes muy consolidados. Cambio Radical seguiría controlando la alcaldía por otros cuatro años más, para un total de 12, abriendo el camino a la candidatura de Vargas Lleras en la Costa, con mayor influencia en la Gobernación.  Con la anulación del trasteo de votos, la MOE le dio un duro golpe al negocio electoral. Dentro de esta debacle, todavía uno encuentra buenos candidatos al Concejo y la Asamblea. Sea libre. No venda su voto.