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Por Jairo Parada

Sin duda, en las últimas dos décadas la agenda de los temas  cruciales para la ciudad ha ido cambiando, como se ha reflejado ya en la campaña electoral por la Alcaldía. El eje de las preocupaciones de antaño, centrado en los servicios públicos y las bajas coberturas en servicios sociales, le ha ido dando paso a temáticas nuevas  para generar las condiciones adecuadas para el despegue de la ciudad en estos años venideros.

La seguridad ciudadana se convierte en un pivote para cualquier gestión exitosa de ciudad. De nada sirven los avances en los demás sectores,  si los ciudadanos salen con temor de sus casas en el día a día, donde a pesar de los esfuerzos de las autoridades, la percepción sobre la seguridad empeora.  Los indicadores muestran tendencias preocupantes en los últimos dos años, y las noticias diarias se vuelven alarmantes.  Por ello, concretar y materializar el Plan de Seguridad Ciudadana será crucial en los próximos años. Ello debe ir acompañado con una política de ordenamiento territorial que generen intervenciones urbanas que abran los espacios ciudadanos, generen vías claves en el Sur Occidente  y reconstruyan sectores que ayuden a erradicar los focos violentos. Conectar el desarrollo urbano con el tema de seguridad será crítico para los ciudadanos.

El segundo tema de ciudad es el desarrollo sostenible. El respeto por los territorios en riesgo, los parques, zonas verdes y las cuencas de los arroyos en la vertiente occidental de la ciudad se vuelve estratégico.  La ley 388 de 1997 sobre los Planes de Ordenamiento Territorial ,POT, establece taxativamente en su artículo 10, literal 1, el tema ambiental como el primer determinante del POT.

Los fenómenos de cambio climático y riesgo se han agudizado en nuestro país, volviéndose una estrategia transversal en las políticas públicas. Por ello, fue muy saludable la reunión sostenida con funcionarios distritales, Edubar, gremios y la CRA el pasado 21 de Julio, donde se examinaron las restricciones que impone el Pomca Mallorquín a los desarrollos de la ciudad tanto urbanos como industriales en su periferia occidental mas allá de la circunvalar. No se ha tirado la llave ni se ha cerrado el diálogo, y desde diversas perspectivas se está dispuesto a revisar los temas, bajo el respeto por el  desarrollo sostenible.  Los funcionarios de la CRA dejaron una buena impresión y la discusión deberá adelantarse con criterios ambientales, económicos y sociales.

El tercer tema es la competitividad de la ciudad para poder convertirnos en una ciudad global. No basta que la globalización nos toque. Ello es inevitable. Lo esencial es que aparezcamos ya en el radar de  flujos y networks de las empresas nacionales e internacionales.  Las últimas cifras del Dane ratificaron el buen comportamiento de las tasas de desempleo en la ciudad, a pesar de la informalidad y la menor tasa de participación de la fuerza laboral.

Seguimos siendo una ciudad con menores tasas de desempleo, y el periódico Portafolio en su edición del 28 de Julio/11, calificaba nuestra ciudad como un motor del plan de desarrollo nacional, por la llegada masiva de inversionistas nacionales y extranjeros.  Si garantizamos una ciudad con buena movilidad en el transporte masivo, excelente desarrollo social e institucionalidad sólida, las condiciones para meternos en los rankings de ciudades globales estarán dadas.  Será un reto saber balancear el desarrollo sostenible sin sacrificar la dinámica económica.

El cuarto tema crítico es la inclusión social pues todavía hay mucha segregación social y económica. Una ciudad sin blasones y abierta lo puede hacer. Su identidad cultural,  como se vio en  el funeral del Joe Arroyo, señala una potencialidad única, pues traspasó todas las esferas sociales. Es una fuerza interior, invisible pero poderosa,  sobre la cual debemos apoyarnos en estas tareas del nuevo ordenamiento territorial. Nos quedamos en Barranquilla!.