No creo que haya algún habitante de Barranquilla que se oponga a que en la ciudad se hagan obras. Pero si por “obra” estas se reducen a las del concreto, creo que el presidente del Concejo exagera cuando dice que la paz “se hace con obras”. Cuando llueve en la ciudad, los contratistas de los arroyos se ponen felices, al mostrar los medios las dramáticas escenas que padecen los ciudadanos.  Pero paralelamente, la lluvia destapa los conflictos en los barrios populares, con calles pavimentadas, donde las bandas juveniles se trenzan en feroces batallas ante el temor de los vecinos. Alguna bala perdida siempre da cuenta de algún niño o joven. Ello nos muestra la complejidad de la situación pues el desarrollo de la ciudad no se limita a las “obras”, sino que exige una mayor política social, algo que ‘no se ve’ pero se palparía en la ‘paz’ que debería tener la ciudad. Jóvenes que se educan pero que no encuentran trabajo son una olla explosiva en nuestra ciudad. Lamentablemente, la gente se consuela con la frase “se ven las obras” sin importar si se hacen en forma eficiente y con la mejor técnica posible. Así, el eje del desarrollo de la ciudad parece reducirse a canalizar arroyos. Siempre he dicho que cada alcalde puede canalizar uno o dos grandes arroyos, pero lo que no se entiende es la premura de hacer las canalizaciones todas de una vez, aunque de todas maneras será imposible, pues siempre quedan arroyos ‘por fuera’. La ciudad no examina críticamente esta contratación de arroyos con base en vigencias futuras (ver http://lasillavacia.com/historia/los-reyes-de-la-canalizacion-de-los-arr...), con licitaciones veloces, a veces de un solo proponente, y con el reducido grupo de contratistas que merodean al Distrito desde Char I. Pero la prosperidad A del Distrito ya se empezará a pagar en el 2017, pues el proyecto de presupuesto del 2017 ya compromete $120.307 millones para pagarlas, y estas siguen hasta el 2035. 

Cuando se anunciaba que al fin el Distrito se liberaría de las concesiones, como pasó con la oprobiosa Métodos y Sistemas (pendientes malla vial, alumbrado público, avisos y tableros y cámaras de fiscalización), ya se nos anunció la apertura de la convocatoria de un socio estratégico para la “nueva empresa” de Alumbrado Público de Barranquilla SAS, un negocio que manejará más de $56.000 millones al año. La convocatoria se abrió el 20 de octubre, y ya cierra el 4 de noviembre/16. Cuando se leen las 76 páginas de la convocatoria, tendría que ser un mago quien reuniese los requisitos en tan poco tiempo, además de ya tener una fábrica de luminarias lista, lo cual le da un puntaje decisorio. Ojalá no estemos ante otra licitación a la medida, como denunciaba el ministro del Transporte recientemente que sucedía en todo el país. El otro tema que debe estudiar el  Concejo es el estado de los entes descentralizados de la ciudad como el caso de Foro Hídrico, Damab, Liquidaciones Distritales e ITSA. El caso de Foro Hídrico es preocupante, con los pasivos que arrastra, lo cual compromete las finanzas del Distrito.