null Calidad de Vida Urbana: Enfoque demográfico, de salud pública y de comunicación


Por: Luz Marin Alonso Palacio. MSP, MSC

En pasados días  cuando me dirigí a una de las estaciones de los municipios del departamento del Atlántico, rumbo a una visita de una institución educativa,  con dificultad pude ver una par de amigos bajando  del autobus. Traté de comunicarme con ellos pero bajaron del auto disparados, y se dirigieron en direcciones opuestas y con afanes distintos. Intenté llamarlos pero el humo que emanaba de los automóviles me borró la visión. Para colmo y con tan mala suerte, un auto que pasaba cercano me salpicó el vestido con unas gotas de agua que provenían de un charco. Esta escena no es extraña para nadie, vivimos en un mundo donde nos caracteriza y nos homogeniza la ràpidez, la superficialidad, el afán, la improvisación  y la presencia de los tugurios, las invasiones, el cinturón de indigencia invisibilizado, la falta de servicios públicos. Todo ésto se encierra en algunas palabras que muchos mencionamos “el lio de vivir en la ciudad”

 

Con respecto a estas situaciones nos preguntamos ¿Hasta qué punto se deteriora la calidad de vida  de los habitantes de las ciudades?. Luego surge el interrogante si  el concepto de calidad de vida urbana y calidad de vida rural son conceptos distintos, y muchas veces hasta nos podemos llegar a preguntar “será  mejor que me compre una finquita y me voy lejos de la ciudad a otro ambiente màs tranquilo”, entra entonces en consideración señalar que ambos tienen aspectos comunes tales como el Bienestar (nutrición, seguridad alimentaria,  vivienda, servicios públicos y de infraestructura). Pero tal vez el habitante rural en algunos país goza de una naturaleza ambiental sana, pero en otros el miedo por la violencia y el desplazamiento  y  el habitante urbano está rodeado de  inseguridad, altos niveles de estrés, ruido, disminución de zonas verdes, y en algunos países de los Estados Unidos y también en Colombia por el  abandono de viviendas por la falta de liquidez o miedo a la violencia. En esta reflexión focalizaré en el habitante urbano.


Movimiento demográfico urbano

Para ninguno es desconocido el auge, proliferación y crecimiento demográfico urbano durante las últimas décadas Según el Boletín demográfico de 1970 al 2025 , del informe de la  CEPAL, por el análisis del comportamiento de los datos se puede observar estos cambios:  En 1970 la población total de América Latina ascendió en  miles a 276.572, de lo cual el 56.5% era urbano,  se proyecta a 2015 en 626.148, de lo cual el 80,8% es urbano y para el 2025 se proyecta a 691.756 habitantes en América Latina de lo cual  el 82.8 es urbano.

Para el caso de Colombia para 1938 aproximadamente un 31% de habitantes vivían en cabeceras municipales, el resto en área urbana, para 1951, 1964, 1973 y 1985 los porcentajes respectivos de personas que vivián en cabeceras  municipales son 38.6%, 56.3%, 59.2% y 65% respectivamente, es notario que se duplicó la cifra de la tercera década del siglo  en la década del 80 (DANE, Estadísticas Sociales, 1994).  En Colombia según la CEPAL para el 2000 se contaba con un 74,5% población urbana, en el 2005,  76,6%, en el 2010 un 78,4%, actualmente en Colombia para el 2014 hay  aproximadamente un 80% de habitantes en zonas urbanas y se proyecta para el 2025 un 82,5%.

El comentado  factor de urbanización,  combinado con otros factores demográficos de salud reproductiva como las tasas de fecundidad, diferenciales de fecundidad, edad al casarse, edad de inicio de relaciones sexuales;  igual otros indicadores com expectativa de vida diferencial por localidades, bono demográfico, tasas de dependencia, tasas de desempleo, tasas de actividad económica a lo que se suma indicadores de desarrollo humano, todo ha incidido  en factores que afectan la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.


Posiciones sobre calidad de vida

De acuerdo a lo planteado por Semenco (1999) en el séptimo encuentro de geógrafos de América Latina realizado en San Juan de Puerto Rico, la consideración del concepto de calidad de vida urbana se ha convertido en una definición compleja por el conjunto de elementos, factores y relaciones que conforman la realidad urbana de hoy. Explica esta autora que en  América Latina el término calidad de vida se viene debatiendo desde la década del 70 asociándosele a conceptos de bienestar social, estado de felicidad, satisfacción de necesidades, accesibilidad a los servicios de salud, etc. De igual manera, en el lenguaje cotidiano suele confundirse con los términos condiciones de vida, standard de vida, nivel de vida, bienestar y estilo de vida. Estas consideraciones, según la autora mencionada, fueron aproximando el término calidad de vida a la identificación de las necesidades humanas, su satisfacción y a los bienes y servicios así como a sus componentes tales como: alimentación, vestido, vivienda y otras, para lo cual se precisa que el hombre puede satisfacer sus necesidades de manera individual o colectiva.

En el mismo sentido esboza Semenco,  que la calidad de vida urbana es el grado de bienestar individual y en grupo, determinado por la satisfacción de necesidades fundamentales de la población urbana, haciendo uso de los recursos o satisfactores disponibles en el  medio urbano, entendiendo que para lograrlo es necesario disponer de un ordenamiento articulado entre el ambiente y el colectivo.  En esta misma línea de ideas  (Delgado de Bravo y E. Mendez, 1999)  en su participación en el evento mencionado (San Juan, PR), destaca la importancia del ordenamiento territorial como:

 “Proceso planificado por parte del Estado, de naturaleza sociopolítica y administrativa, que se plantea el análisis de la estructura y dinámica socioterritorial, con la finalidad de promover, controlar y administrar la ocupación y uso del territorio, la localización de actividades, asentamientos y servicios, en armonía con los recursos y condiciones naturales, para prevenir los efectos adversos que provocan las actividades de la población a través de la instrumentación de estrategias y políticas  que  tiene como objetivos superiores el logro de una mejor calidad de vida de la población, la permanencia de la base de sustentación ecológica y un crecimiento económico sostenible”.

En realidad las definiciones sobre calidad de vida, calidad de vida urbana de Semenco y de Delgado de Bravo y E. Mendez sobre Ordenamiento Territorial, comprenden varias variables: bienestar, felicidad, medio ambiente, pero en este artículo insistiré solamente en aspectos de la economía verde y  ambiental  y en otros factores institucionales, ésto con el ánimo de contribuir al trabajo para  la prosecución de una mejor calidad de vida de éstas y de las generaciones futuras. En nuestras comunidades muchos son los factores que afectan la calidad de vida tales como la trajinada insuficiencia de servicios públicos, las formas en que  muchas industrias y la misma comunidad dispone de residuos sólidos y desperdicios, productos, falta de estandarización en salud ocupacional o si la hay no la cumplen como es debido,  el cúmulo de automóviles que transitan por las calles con incipientes controles de los efectos contaminantes para la salud de los individuos, la presencia de muchas construcciones en terrenos inestables, el olvido de nuestras comunidades de la importancia de la arborización que es apartada por la preferencia de tirar un piso en los frentes de sus casas y el desarticulado o incipiente trabajo de universidad sociedad y ambiente. 

Necesidad de trabajar los problemas que afectan la calidad de vida urbana

Es real que se puede trabajar en muchas controles a través de la educación que va desde el hogar hasta  la comunidad, los tomadores de decisiones, tales como buen tratamiento de desperdicios caseros, de desperdicios industriales,  disminución de ruido, reciclaje, respeto al otro, derecho al cumplimiento de las normas, vigilancia en salud pública, empoderamiento para luchas por conservar y respetar el espacio públicocomo corredores cívicos de acceso y de facilidad para el caminante con diferenciales de funcionalidad, ordenamiento de sitios de ventas ambulantes, derecho a acceso de alimentación sana, lugares exentos  de atracos y de otras actividades que van en detrimento del peatón. Al perderse la escala humana  el vehiculo ocupa las zonas comunitarias y gradualmente estas calles se vinculan al proceso de decadencia por falta de interés público y de mantenimiento. 

 

De otra parte encontramos otros factores como los sociales e institucionales tales como: el desempleo generado en parte por la actitud de las mismas personas a que si no encuentran un empleo asalariado, tampoco luchan por realizar trabajos productivos independiente, el no acceso por parte de muchos miembros de las comunidades a los servicios de salud,  factores de inseguridad, la proliferación de procedimientos legales  inseguros explotados por personas que se aprovechan de la ignorancia de la gente que muchas veces despuès de adquirir un terreno son  desplazadas por no cumplir con todos los requisitos legales. el tráfico de automóviles crece, cada día vemos un vehiculo automotor que se adiciona al parque automotor de la ciudad; el incremento de viviendas en malas condiciones “jaulas para conejos” o casas cajones o lotes con servicios, y   barrios desordenados, que inciden en riesgos de accidentalidad y mortalidad.

Toda esa maraña de factores desgasta la calidad de vida.- Ante estos problemas es necesario que se confronten nuestras comunidades y evaluar  la situación de las condiciones urbanas, para buscar soluciones, pero las mismas deben ser producto de un consenso que se genere por una gestión urbana que unifique los esfuerzos y recursos, no perdiendo de vista el desarrollo sustentable, es decir que dignifique los indicadores de la economía verde y ambiental.  De esto ya hay experiencias mostradas en conferencias de investigadores y rectores internacionales de la OPS que muestran el caso de Baltimore como allí  se trabaja información que atienda a esa calidad de vida urbana  mostrando indicadores locales que diferencian las zonas y llamando la atención a los tomadores de decisiones para que las intervenciones sean diferentes.

Soluciones perentorias una realidad

Es perentorio continuar y priorizar estas acciones que contribuyan al mejoramiento de calidad de vida urbana teniendo en cuenta lo local que al final impacta lo global,  tales como establecimiento de diagnósticos que detecten problemas urbanos, falta de viviendas, ordenación territorial y énfasis en la educación ambiental dependiendo de realidades locales, todo esto liderado por el Estado y obviamente con la participación civil que es creativa y tiene potencial.

El problema no es fácil de solucionar, Stevenson R. (1994) en su compendio sobre aspuntes de vivienda y desarrollo urbano, anota como el problema de vivienda se ha mantenido insoluble aun en países desarrollados, con altos niveles de vida y con más avanzada tecnología , que han sido impotentes ante tan complejo desafio. Al respecto vale recordar la frase del senador norteamericano Moynihan: “Hemos sido capaces de conquistar la luna, pero no hemos podido llegar a las calles de Marlem”.

Sin lugar a dudas planear el habitan no es tan fácil, ni mucho menos planear otros problemas que implican calidad de vida urbana, dado que influyen muchos factores fisicos, administrativos, económicos, enmarcados en una cobertura urbana de movilidad considerable sujeta a cambios bruscos y propios de la localidad.

Teniendo en cuenta todo lo anotado  y mirando aun más alla el problema no sólo se reduce a buscar soluciones sino también a buscar simultaneamente los mejores indicadores para poder sensibilizar la percepción de los problemas, ésto no significa que los mismos por sí sólo son lo suficientemente predictivos, ni que generen  por sí solos soluciones, se constituyen en una herramienta más para el trabajo. Considero oportuno reflexionar ¿ hasta qué punto los indicadores urbanos que se aplican o deseen aplicar son o serían   efectivos medidores de resultado sino se observa los panoramas diferenciales por regiones o segmentos poblacionales?   ¿Será beneficioso considerar satisfactores de nivel de felicidad? , aunque son muy difíciles de construir y muy subjetivos, se hace necesario tenerlos  en cuenta. Muchos paises con niveles altos de calidad de vida   han  agotado muchas  políticas de planificación urbana, sin embargo, hoy por hoy se pone en tela de juicio el concepto de calidad de vida urbana. Lograr una calidad de vida urbana  no es tarea facil pero debe ser reto de ahora y después.


Para tener en cuenta

 De acuerdo a lo planteado se sugiere lo siguiente: 

Ser racional en el uso de recursos. Meditar sobre sobre sus acciones que van en detrimento de esta calidad de vida por ejemplo la tala de árboles, ya existen estudios que muestran correlaciones entre tala de árboles y presencia de mayores índices de enfermedad. Unir esfuerzos en conjunto con la sociedad civil utilizando las TICS, preservar espacio público, diseño de vivienda en escala humana, planes viales, parqueaderos suficientes, planificar la forma de recolección y depósito de desechos no reciclables, y no olvidar el elemento de comunicación de la ciduad ciudades legibles. Generar microempresas que son proyectos públicos que generan beneficios. Visualizar los problemas de acuerdo a los requerimientos de la población afectada no desconociendo sus percepciones e ideas. Dinamizar todo el conocimiento adquirido en liderazgo, participación de ciudadania, autogestión y otros. Trabajar conjuntamente para consolidar líneas de investigación que se dirijan a detectar problemas de calidad urbana.


Enfoque de comunicación de comunicación de la ciudad en favor de las realidades urbanas y calidad de vida.


Trabajar por indicadores que hagan visibles para todos las caracteristicas locales de la ciudad.

 

Trabajar para una ciudad comunicable con el que nos visita y transita por ella

Pensar en las áreas públicas los problemas que afectan la calidad de vida por ejemplo "estar sentado o estar de pie" en un parque que implica.

 

Como observación final: En realidad las definiciones sobre calidad de vida, calidad de vida urbana de Semenco y de Delgado de Bravo y E. Mendez sobre Ordenamiento Territorial, comprenden varias variables: Bienestar, Felicidad, medio ambiente a lo que yo le agregaría comunicación de una ciudad saludable que garantice calidad de vida.