Blogs

Entre las pruebas Saber y el reconocimiento del Ser

En los procesos de formación se habla de las competencias como aquellas habilidades, actitudes, aptitudes y/o conocimientos que las personas adquieren a lo largo de su vida. en la familia priman los valores y las competencias del ser; en las instituciones de educación por su carácter, priman las de conocimiento; y en el ejercicio laboral las competencias prácticas. Reconocer en un examen las competencias de todas estas instancias puede ser abrumador y ambicioso, por eso los resultados de las pruebas estandarizadas para acceder a la universidad (Saber11) y para calificar el nivel de egresados de educación superior (SaberPro) deben tomarse con cautela.

Las condiciones actuales de la pandemia con los cierres de las instituciones que han dado la responsabilidad en muchos casos a los padres de familia de asumir el rol de docente con las implicaciones que esto deriva y la incapacidad de muchas instituciones de dar acceso de calidad a sus estudiantes es una prueba de fuego para evaluar nuestra responsabilidad como sociedad.

Podría uno asumir que un ambiente “propicio en valores”, ética y del ser en la familia puede garantizar mejores resultados de conocimiento en la escuela básica, secundaria y superior y luego en la laboral. Sin embargo, una prueba no es lo suficientemente amplia para calificar esas condiciones particulares. Los esfuerzos de las pruebas para calificar competencias genéricas como ciudadanía, lectura crítica, comunicación escrita y razonamiento cuantitativo se pueden quedar cortas para observar los valores, la ética y el conocimiento del ser en sí mismos y de la sociedad que los rodea. Alguien puede argumentar que eso se aprende en la casa y precisamente ese es el punto. Nuestra sociedad ha dejado a cada instancia por separado la responsabilidad de forjar competencias. En la familia se aprenden los valores, pero en las instituciones de educación se deben fortalecer para que en la vida laboral se practique con una orientación ética. La siguiente pregunta es cuál es ese ambiente “propicio en valores” que se requiere, la respuesta es supremamente difícil pero lo que sí se puede observar en la sociedad colombiana es su ausencia. No es un tema de riqueza monetaria pues la corrupción se observa en todos los niveles socioeconómicos desde el soborno de la empresa hasta el del servidor público son efectos de ese ambiente “propicio en valores”.

Es difícil que se encuentre una forma de calificar en ética y valores, existen ejercicios de caso y simulaciones que pueden dar una aproximación, pero estandarizarlas en pruebas puede ser un trabajo poco práctico y siempre sesgado a lo que el evaluador interprete. Lo ideal es trabajar en el origen del problema en las inequidades de acceso, por ejemplo, a salud y educación. A enseñar ética y valores con el ejemplo y a no tolerar las acciones corruptas en nuestro entorno.

Bueno sería repensar como sociedad el reconocer y premiar tanto a los mejores puntajes de las pruebas Saber, como a aquellos jóvenes que, aunque anónimos y con menos formas de mostrar un puntaje, son ejemplo en su comunidad por sus acciones y su actuar ético y en valores.

Más información de publicaciones del autor sobre competencias:

Click aquí