“Cuando me ofrecieron el puesto de CTO de Nokia para América Latina, sabía que estaba listo para ello”, confiesa Andrés Felipe Madero, quien, en el 2020 acepto el cargo, mirando atrás con orgullo al recorrido que lo ha llevado a convertirse en uno de los líderes más influyentes del sector de telecomunicaciones en la región. 

Egresado de Ingeniería Electrónica de la Universidad del Norte en 2007, nunca imaginó que su carrera lo llevaría a ser Chief Technology Officer (CTO). Un puesto de gran responsabilidad, que lo ha consolidado como referente para jóvenes ingenieros y como un ejemplo de cómo el desafío constante al ‘status quo’ puede transformar una carrera y cambiar la industria. 

El camino hacia la innovación 

Tras graduarse inició su carrera profesional en Promigas Telecomunicaciones en Barranquilla, donde trabajó durante cerca de cuatro años. Posteriormente fue reclutado por la empresa RISECON en Estados Unidos para liderar sus operaciones en Latinoamérica, desempeñándose durante siete años en distintos roles directivos, entre ellos gerente del grupo de ingeniería, director de desarrollo de negocios en ingeniería y, finalmente, vicepresidente, posición a la que accedió siendo uno de los más jóvenes en la historia de la compañía.

En 2015 se vinculó a la Open Network Foundation (ONF), representando a Latinoamérica en foros globales de estandarización de redes. Además, asumió la dirección del Metro Internet Forum, liderando un equipo regional enfocado en la implementación de redes IP. En 2016 se unió a la empresa Ingeniera como director de arquitectura y desarrollo de negocios, y en 2020 fue nombrado CTO, cargo que ocupa actualmente. 

En uno de los momentos más significativos de su trayectoria, lideró la implementación de soluciones de telecomunicaciones en zonas marginales de Colombia, llevando fibra óptica a comunidades remotas y facilitando el acceso a internet de alta velocidad. Esta experiencia, que transformó la vida de muchas personas a través del acceso a la educación y a nuevas oportunidades. "La conectividad tiene el poder de transformar vidas. Y tener la oportunidad de llevar internet a lugares donde antes no existía, para mí, ha sido una de las experiencias más gratificantes”, menciona. 

El mensaje para los estudiantes de hoy 

Para Andrés, la formación académica es solo el comienzo de una carrera exitosa. Afirma que lo importante no es solo lo que aprendes en la universidad, sino lo que haces con eso. “Uninorte fue para mí el primer paso para adquirir todas mis bases, no solo técnicas, sino también humanas y profesionales. La formación que recibí me dio las herramientas para competir a nivel internacional y me enseñó a no conformarme, no basta con cumplir con los requisitos; tienes que ser proactivo, buscar mentoría y atreverte a hacer las cosas de manera diferente”, afirma con convicción. 

Andrés es un firme creyente de que los jóvenes talentos de Latinoamérica tienen un potencial impresionante, pero a menudo carecen de las oportunidades necesarias para crecer. Durante su carrera, ha liderado esfuerzos para encontrar y promover a estos ingenieros jóvenes, tanto dentro de su equipo como en la región. "La industria está llena de profesionales con 30 años de experiencia, pero a veces se quedan atrapados en los métodos tradicionales.Lo que necesitamos son ingenieros con hambre de aprender, dispuestos a desafiar las normas y encontrar nuevas soluciones. El talento latinoamericano es increíble, pero muchas veces carece de las oportunidades que deberían tener", comenta. 

El deseo de compartir el conocimiento 

Aunque Andrés ha alcanzado grandes logros en su carrera, sus ambiciones no se limitan solo al mundo empresarial. En los últimos años, ha comenzado a gestar un sueño por la docencia. “Siento que tengo mucho que compartir, no solo a través de lo que he logrado en la industria, sino también de las experiencias que me han formado como líder. Los ingenieros emergentes, especialmente los de América Latina, tienen tanto potencial, y quiero ser parte de su desarrollo”, comenta Andrés con una pasión palpable. 

Para él, la docencia catedrática no solo se trata de impartir conocimiento técnico, sino de compartir historias, de enseñar cómo la experiencia práctica, la resiliencia y la innovación son fundamentales para la evolución del sector de las telecomunicaciones. “Lo más importante no es solo explicar la teoría de las redes de telecomunicaciones, sino compartir cómo se han creado e implementado esos sistemas. He estado en esos procesos y puedo contarles a los estudiantes cómo un pequeño error o una gran innovación cambió el rumbo de un proyecto”, afirma.