Durante una mañana cargada de emoción e imaginación, la Biblioteca Karl C. Parrish Jr. recibió a 20 niños del municipio de Malambo, integrantes del Club de Lectura Comunitario “LEO”, como parte de la agenda mensual de Litinfan, programa de lectura infantil que fomenta hábitos lectores en las primeras edades y que, por primera vez, se articuló con una iniciativa social externa en beneficio de la comunidad. 

Esta jornada, desarrollada el 14 de junio, fue posible gracias a la gestión del auxiliar de colecciones físicas Juan Carlos Camargo, quien desde finales de 2024 comenzó a dar forma al proyecto al conocer el trabajo de Luis Vargas y Verónica Arrieta, fundadores del Club “LEO”. Este nació como una iniciativa familiar, ha logrado reunir cada sábado a niños de diferentes barrios de Malambo con el propósito de fortalecer sus habilidades lectoras, fomentar valores y desarrollar la capacidad de comprensión y análisis a través de cuentos, fábulas e historias con propósito. 

“Luis, amigo de infancia, me habló de este grupo que había comenzado a reunirse cerca del barrio donde crecimos. Me conmovió la intención que había detrás: alejar a los niños del exceso de pantallas y acercarlos al mundo de la lectura como una herramienta de vida. Vi de inmediato la conexión con el espíritu de Litinfan y decidí proponer su integración a la Biblioteca”, explicó Camargo. 

La actividad, titulada "Leer juntos con Litinfan: reconociendo la naturaleza", giró en torno a la lectura compartida del libro El árbol en bicicleta, una historia infantil que permitió reflexionar sobre el respeto por el entorno, el vínculo con la naturaleza y los pequeños actos que transforman el mundo. La elección del libro se enmarcó también en la conmemoración del Mes del Medio Ambiente, integrando la lectura con temas de conciencia ecológica y cuidado del planeta. 

Durante la visita, los niños participaron en dinámicas de lectura en voz alta, juegos pedagógicos y recibieron libros donados por el equipo de la Biblioteca. Para Luis Vargas, líder del club, la jornada representó un hito en la trayectoria del grupo: “Empezamos con la idea de que mis hijos leyeran más, y terminé invitando a los niños del barrio. Esta visita a Uninorte nos demuestra que estamos en el camino correcto, y nos impulsa a seguir soñando con llevar el club a veredas y corregimientos. La lectura sí transforma, y lo estamos viendo”. 

Verónica Arrieta, fisioterapeuta y cofundadora, destacó el valor pedagógico y humano del club: “Aunque no somos docentes, siempre hemos trabajado por el bienestar de la comunidad. Cuando un niño mejora su lectura, mejora su comprensión, su autoestima y su manera de relacionarse con el mundo. En cada sesión, les enseñamos a leer en voz alta, a respetar los signos de puntuación y, sobre todo, a disfrutar del aprendizaje”. 

Desde la Biblioteca, esta experiencia reafirma el compromiso de Uninorte con la formación ciudadana y el impacto social. “La lectura es un derecho y un puente hacia la equidad. Como institución de educación superior, nuestra responsabilidad no termina en el campus. Por eso, este tipo de encuentros son esenciales para acercar el conocimiento a todas las comunidades”, Concluyó Juan Carlos Camargo.