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Macroeconomia desde Barranquilla

Robert Sidelsky, un renombrado economista post-keynesiano británico, señalaba la confusión política reinante en Gran Bretaña después de las recientes elecciones. La política de recortes al presupuesto, basadas en la creencia que ello per se haría renacer la confianza empresarial para reactivar la inversión privada, ha fracasado (Project Syndicate, junio 19/17). Nada de eso ha ocurrido, y los conservadores perdieron la mayoría parlamentaria. Estos recortes siempre perjudican a los sectores populares, quienes inyectan mucho gasto a la economía.  En Colombia el desgaste amenaza a la coalición de gobierno, con una aprobación de la gestión oficial de apenas un 25%. Sin duda, en ello está influyendo el deterioro de la actividad económica, del cual salen cifras negativas especialmente en el frente industrial. Con una economía que con suerte llegará al 2% de crecimiento en el 2017, no es de extrañar tal situación, además de los paros y los escándalos por corrupción. Ya ni en los fiscales anticorrupción podemos confiar. 

 

Un cambio de gobierno de fondo en Colombia debiera implicar un cambio en los enfoques macroeconómicos, los cuales hoy no salen del esquema baja inflación combinada con estancamiento y alto desempleo.

Siempre estamos reduciendo el déficit fiscal, sin entender que sin crecimiento económico vigoroso, este déficit empeora.  Nos hemos acostumbrado a que las grandes discusiones macroeconómicas se hacen solo en Bogotá. Sin embargo, desde los territorios también podemos opinar al respecto.  En un ambiente de pluralismo teórico, se presentan teorías diferentes y novedosas.  Así, en los trabajos de grado del semestre en Economía, en Uninorte, deseo reseñar las reflexiones de Laura Cera con su ensayo “Recuperar el crecimiento económico colombiano: Una reflexión sobre las políticas macroeconómicas en la coyuntura actual”, donde basada en el modelo de las tres brechas, se argumenta a favor de una mayor expansión del gasto público para reactivar la economía, utilizando más el endeudamiento soberano del Estado, hoy recortado por la Regla Fiscal. Aplicando políticas contra cíclicas como se hizo en 2008, saldríamos del atolladero, diferente a lo que se hizo en 1998. Andrés Zapata presentó un interesante trabajo sobre la preferencia de la liquidez en Colombia, basado en las teorías de Hyman Minsky, clave para entender la necesidad de regular con firmeza el sector financiero, para no caer en los efectos Ponzi, algo que afortunadamente no nos sucede debido a las limitaciones del sector en Colombia, pero que tiene atisbos de ocurrir con las crisis periódicas de  los bancos, DMGs, libranzas, etc. En esa misma dirección, Natalia Celis examina los ciclos financieros colombianos con la fragilidad financiera de Estados Unidos, también bajo una mirada minskiana. Por ultimo, Blanca Meza, usando la moderna teoría del dinero postkeynesiana, señala las posibilidades de usar un mayor margen de dinero soberano en Colombia, para enfrentar las presiones del gasto, también bajo una visión de las brechas macroeconómicas. 

En fin, son formas diferentes de ver la economía a la tradicional ortodoxia, la cual ha desgastado al actual gobierno, con sus recortes al gasto dentro de la “austeridad inteligente”. La economía se sigue desacelerando y no se sabe qué hacer. No se entiende que es el modelo paradigmático que inspira las políticas oficiales.

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ENTREVISTA MAGAZINE EC

Entrevista periodistica sobre el libro "Instituciones, Desarrollo y Regiones" en Colombia

ENTREVISTA SOBRE LIBRO UNNORTE

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