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Sigue la Prosperidad al Debe

Mientras a nivel nacional se estima que el PIB solo crecerá en el 2018 un 3,0%, siendo muy optimistas, y muchos analistas creen que no pasará del 2,5%, y que el presupuesto nacional tuvo un incremento muy modesto, casi nulo, en términos reales, el proyecto del presupuesto del Distrito de Barranquilla del 2018 asciende a $3,3 billones, con un incremento del 10% con respecto al año anterior.  Así, Barranquilla parece ser la excepción, pues vivimos con un entusiasmo en el gasto público sorprendente.

 

La nueva dirección del Concejo debe orientar una profunda discusión del mismo, pues no se puede repetir el pasado sumiso de los dos últimos años. Aunque aparentemente las finanzas públicas del Distrito lucen bien, una sombra afecta su evolución futura, como es el uso exagerado de las vigencias futuras. Parece que la historia de Barranquilla terminase con la 2ª alcaldía de Alex Char, pues desea raspar la olla hasta el 2035. Aquí se han comprometido los recursos distritales por ingresos corrientes de libre destinación, predial y todo lo que sea posible, para gastárselo en las aceleradas obras que se hacen. Nadie pensó que la Avenida del Río se iba a hacer en una sola gestión, pero aquí la prudencia no existe para nuestro famoso alcalde. Entre el Malecón y la canalización de arroyos se va a gastar más de $1,14 billones. El problema es que nadie ha hecho una valoración real del costo de estas obras, y nadie sabe con qué tasa de ganancia trabajan los contratistas premiados con ellas.  

Es bueno que en Barranquilla se ven las obras, pero ojalá la sociedad civil se despertara y examinara con lupa estos contratos. Según un debate que dio en el Concejo el concejal Carlos Meisel sobre las vigencias futuras, estas ya llegan a $2,5 billones, cifra exagerada si se compara con las que tiene Bogotá, con apenas $6 billones en vigencias futuras para el Metro, con un presupuesto superior en cinco veces el presupuesto de Barranquilla. 

Un informe de la Secretaría de Hacienda Distrital muestra que las inflexibilidades presupuestales hasta el 2030 alcanzan ya la suma de $4,1 billones. También preocupa que las partidas de ingresos tributarios se hayan proyectado con un crecimiento del 28%, lo cual resulta sorprendente, mientras que las transferencias de la Nación apenas crecen al 9%. ¿Será que nos van a ajustar el predial y no nos lo han dicho, ahora que el Distrito maneja la base catastral? ¿Qué pasará en industria y comercio para tal bonanza? El predial se presupuestó en $ 275.808 millones en el 2017, y para el 2018 se estima en $364.253 millones. El impuesto de industria y comercio salta de $364.258 millones a $407.330. También se observa un jugoso incremento en multas, pues se presupuesta que estas llegarán a $ 58.345 millones, mediante el uso de cámaras por toda la ciudad pertenecientes a una conocida concesión. Las cámaras son para recaudar, no para mejorar la seguridad vial, según parece.

En fin, estamos ante un entusiasmo en el gasto impresionante, que eleva a nuestro famoso alcalde por los cielos en las encuestas, aunque será una prosperidad que la pagaremos muy pronto con nuestros bolsillos.

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