Experiencias de intelectuales latinoamericanos en la ciudad luz

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Daniel Mordzinski, el "fotógrafo de los escritores".

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29 mar 2017

50% argentino 50% francés pero 100% barranquillero. Así se definió el bonaerense Daniel Mordzinski, quien es conocido como el “fotógrafo de los escritores”. Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Jorge Luis Borges son algunos de los tantos literatos capturados por su lente.

En su conferencia, A(r)mar París, durante la segunda jornada de la XX Cátedra Europa, el fotógrafo radicado en la capital francesa contó como en esa ciudad, a la que llegó huyendo de la dictadura argentina, retrató a un gran número de escritores latinoamericanos que iban en búsqueda de inspiración y experiencias para plasmar en sus obras.

“No me quedó ninguna duda de que París era mi destino. Pertenezco a una generación de jóvenes latinoamericanos que siempre soñó con París. Éramos una legión que habitaba en un país invisible donde soñábamos con ser escritores”, expresó.

Si bien intentó escribir y hacer cine, su destino se selló el día en el que conoció a Julio Cortázar. Según contó, a partir de su encuentro y relación con él, se le hizo evidente que tenía que dedicarse a retratar escritores. Ese mismo año había fotografiado a su primer literata, Jorge Luis Borges.  

Antes de finalizar su charla, Mordzinski mostró imágenes de su primer libro titulado La ciudad de las palabras, para el que cada escritor fotografiado escribió un pasaje sobre por qué habían escogido París. Entre los retratados estaba el escritor Santiago Gamboa, su gran amigo, quien fue otro de los invitados a la jornada.

La capital literaria

Con el furioso deseo de convertirse en escritor,  Gamboa llegó a París a principios de los 90, siguiendo a distancia el camino de escritores latinoamericanos que hicieron su carrera en esa ciudad.

La importancia que tuvo esta ciudad en su formación como escritor, así como la influencia que tuvo en otros literatos latinoamericanos, fue uno de los temas recurrentes en la charla, “París, la otra capital de la literatura latinoamericana”, que el también filólogo ofreció luego de la intervención de Mordzinski.

Según Gamboa, si bien el poeta nicaragüense Rubén Darío fue el primero en tener éxito en la capital francesa, lo que motivó a muchos jóvenes intelectuales a llegar allí, además de huir de las dictaduras, fue que esa era considerada la casa de –precisamente- Julio Cortázar.

“Una de las razones principales por las que queríamos ir a París era por Cortázar. Rayuela fue el libro sagrado de los que nacimos en los años 60”, expresó.

Sin embargo, cuando Gamboa llegó a la ciudad luz Cortázar ya llevaba años de haber fallecido y no quedaba ningún otro escritor de aquella época. “Llegué buscando la literatura que había leído y en un principio no la encontré", recordó.

Si bien admite que los primeros años fueron duros, en París pronto logró convertirse en el escritor que anhelaba ser. "Fueron años difíciles pero ahora lo recuerdo como lo mejor que he vivido, allí encontré mi camino literario", expresó. Esas experiencias las recopiló años más tarde en su libro El síndrome de Ulises. 

Por Oriana Lewis 

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