Más de 32 años han transcurrido desde la apertura de Uninorte FM Estéreo, tiempo en el cual se ha ido constituyendo, poco a poco, un valioso patrimonio sonoro, que forma parte de la memoria sonora de nuestra región. Para dar cierto orden a ese material y ponerlo a disposición del público se ha creado la Fonoteca de la Universidad del Norte. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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*Directora de la Emisora Uninorte fm Estéreo. 
 
 
El sonido, que constituye todo un ecosistema de in- formación en constante evolución, se convirtió en materia de investigación en distintas áreas del co- nocimiento, a partir de la posibilidad de ser regis- trado y contenido en un documento perdurable en el tiempo. Así empezaron a ser grabadas sistemática- mente músicas y lenguas indígenas, abriendo paso a la etnomusicología y conformando las primeras co- lecciones sonoras que motivaron la creación de las primeras fonotecas (Rodríguez Reséndiz, 2012, p. 20). 

 

Los soportes y formatos que contenían todas esas expe- riencias sonoras creadas y registradas por el hombre iniciaron el viaje del eterno retorno, entre la extinción y la inmortalidad. La música clásica, siglos antes de poder ser grabada y remasterizada, sobrevivió al tiem- po no solo gracias a la conservación de manuscritos y partituras en papel, sino gracias a la transmisión oral. ¿Qué sería de las cantatas de Bach sin las catedrales y las posteriores salas de conciertos, los teatros con sus 

 

 

Lo sonoro como patrimonio

El primer contacto del ser humano con el sonido empieza en el vientre materno. La naturaleza es una fuente sonora inagotable que ha ido transformando su propio paisaje en la medida en la que el hombre ha marcado su paso por el mundo. Si miramos al pasa- do, cuando no existían las ciudades y su industrializa- ción, cuando el medio ambiente no estaba congestio- nado por una multitud de ruidos,

todo parecía indicar que los sonidos estaban sujetos a ciclos de actividad y de reposo. Los productores de sonidos parecen saber cuándo deben actuar y cuán- do deben callarse. Las diferentes especies de insectos, animales y pájaros se complementan mutuamente, en unos ritmos diarios y estacionales de sincroniza- da belleza. (Schafer, 1976, p. 5)

 

El sonido, que en un primer momento provenía ex- clusivamente de la naturaleza, fue transformándose gracias a la dialéctica entre el hombre y su entorno en palabra, música, ruido, y se constituyó en herencia cultural de la humanidad.

Hasta la aparición en 1877 del fonógrafo, inventado por Thomas Alva Edison, los sonidos hacían parte de nuestra vida de manera efímera. Fue a partir de ese momento cuando el ser humano pudo guardar regis- tro de los fenómenos acústicos. 


grandes y medianas orquestas donde se estudiaron y se siguen estudiado una y otra vez las "grandes obras", que perduran por la reproducción incesante ante es- pectadores en distintos rincones del mundo?, ¿qué fue de todo aquello que no alcanzó la genialidad? La me- moria oral y sonora de la humanidad dio un giro al encontrarse con la posibilidad de las grabaciones fo- nográficas. La tecnología fue evolucionando, y con ella los soportes en los que iban quedando registrada mi- les de horas de música, discursos políticos o académi- cos, sonidos de la naturaleza, lenguas indígenas, voces humanas, programas radiofónicos y paisajes sonoros.

El contenido y el soporte son dos componentes es- trechamente relacionados e igualmente importantes como elementos de patrimonio sonoro. No obstante, de todos los patrimonios con los que cuenta la huma- nidad, los documentos sonoros son los más frágiles y la vida de algunos soportes puede ser muy breve, por lo cual siempre que sea posible, es importante tener acceso a ambos. (Rodríguez Reséndiz, 2012, p. 28)

De esta forma, el patrimonio sonoro no es solo inhe- rente a lo intangible, sino también a lo tangible, y para cada caso requerirá de un intrincado sistema de pre- servación y transmisión. Hoy en día no solo contamos con formatos analógicos, sino que el mundo sonoro hace parte de lo digital y se afrontan los retos que este soporte ha traído a la historia.

La conservación de los documentos sonoros que ha- cen parte del patrimonio de un determinado grupo humano requiere de la creación de reservorios que posibiliten la conservación y el acceso para el conoci- miento y uso de las generaciones por venir:

Es en los ámbitos educativo y cultural donde el valor de ese patrimonio se incrementa, pues los sonidos que caracterizan nuestra vida cotidiana, conforman nues- tra identidad, nos identifican y diferencias de otras culturas. Esa memoria formada por sonidos siempre está en riesgo de caer en el silencio y quedar en el olvi- do si no la preservamos. (Camacho, 2005, p.8)

La Fonoteca de la Universidad del Norte

Con la aparición en 1983 de la emisora de la Univer- sidad del Norte, Uninorte FM Estéreo, la institución inició su colección musical, que debido a la tecnolo- gía del momento, hizo énfasis en la compra de discos de acetato con el repertorio de las obras clásicas de la música occidental.  
 

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