¿Puede una narración ayudar a cambiar un comportamiento de riesgo? Alicia Camelo, investigadora de Uninorte, exploró esta estrategia de persuasión narrativa en un experimento en el que participaron hombres que tienen sexo con hombres.

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No es necesario aclarar lo que ya todos sabemos, que las buenas historias pueden cambiar conciencias. Lo sabían los evangelistas que escribieron la Biblia repleta de parábolas. Lo sabían los viejos autores griegos que con sus tragedias escarmentaban a los que contrariaban las normas de los dioses. Y, obviamente, los políticos autoritarios, maestros en este arte.

Lo que está menos claro de este fenómeno de “persuasión narrativa”, como se denomina en el campo de estudio de las teorías de la comunicación y el media psychology, es cuáles son los factores involucrados para tener éxito en ese cambio de comportamiento deseado. Alicia Camelo Guarín, comunicadora social y docente en la Universidad del Norte, decidió profundizar en estas preguntas, pero aplicando la persuasión narrativa en el campo de la salud pública, explorando en su potencial como alternativa de prevención de enfermedades contagiosas.
Guarín, comunicadora social y docente en la Universidad del Norte, decidió profundizar en estas preguntas, pero aplicando la persuasión narrativa en el campo de la salud pública, explorando en su potencial como alternativa de prevención de enfermedades contagiosas.


Desde la Universidad del Norte, la profesora Camelo venía de tiempo atrás explorando el uso de narrativas para educar a través del entretenimiento. Cuando llegó el momento de definir un tema para su investigación de doctorado eligió trabajar con la principal población en riesgo de contagio con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en Colombia: los hombres que tienen sexo con hombres.
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En Colombia la epidemia de VIH se ha concentrado entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres"

“En Colombia, la epidemia de VIH se ha concentrado entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres”, explica Camelo. En algunas ciudades esta población da cuenta de un 59 a 86 % de los casos positivos detectados. Lo que preocupa a las autoridades de salud es que entre ellos las tasas de pruebas de VIH son muy bajas. Un estudio del Fondo de Población de Naciones Unidas determinó que la mitad de los contagiados jamás se realizó una sola prueba, lo que incrementa el riesgo de transmitir el virus a sus parejas y que la epidemia siga su curso.

Según la profesora Camelo, la mayor parte de la investigación en persuasión narrativa se ha ocupado de la influencia de factores vinculados con la construcción de mensajes, como los protagonistas, o elementos narrativos, como la perspectiva del narrador o el impacto de la voz narrativa en primera o tercera persona. Mucho menos estudiados han sido los “mediadores secundarios”, aquellos relacionados con las características de los individuos que reciben el mensaje.

El experimento

Camelo diseñó un experimento en el que participaron voluntariamente 164 hombres que tienen sexo con hombres en Barranquilla. Su objetivo fue determinar el efecto de la modalidad del mensaje (mensaje escrito versus audiovisual) y el papel de mediadores secundarios como la capacidad para generar imágenes mentales (capacidad de imaginar el mundo sin estimulación sensorial), la necesidad de cognición (preferencia por mayores esfuerzos cognitivos) y la elaboración cognitiva (atención crítica a los puntos principales de un argumento), entre otras.
La narración elegida para el experimento fue la película Bondage desarrollada por representantes de Liga SIDA y otras organizaciones comunitarias gay, investigadores de la George Washington University y la Universidad del Norte. En esta película el personaje principal es Gabriel, de 19 años, quien tiene una pareja relativamente estable que se llama Julio, de 30 años, aficionado al bondage, una práctica sexual que consiste en atar o encadenar a una persona para inmovilizarla total o parcialmente.
El argumento de Bondage consiste en que el protagonista Julio fallece con síntomas compatibles con el SIDA. Ante esta noticia, su pareja Gabriel, quien siempre ha mantenido relaciones con protección, decide realizarse la prueba de VIH, con resultado negativo. Su comportamiento contrasta con el de otro protagonista de la película, Santiago, de 24 años, un joven alocado, chistoso y abiertamente libre en sus relaciones, que intenta seducir a Gabriel mientras enfrenta el duelo. Gabriel le exige realizarse la prueba de VIH, pero en su caso el resultado es positivo. “Es mejor saber, no importa si el diagnóstico de VIH es positivo o negativo”, le dice en algún momento Gabriel a Santiago.

Uno de los antecedentes más relevantes de narraciones persuasivas en la prevención del VIH que Camelo tenía en mente fue la serie televisiva Soul City , proyectada en Sudáfrica a principios de los noventa durante la pandemia de VIH. Al evaluar una de las temporadas, enfocada en violencia doméstica y que llegó al 82 % de la población de ese país, un grupo de investigadores reportaron aumentos en el conocimiento y la conciencia ante la gravedad de la violencia doméstica.

Los participantes de la prueba diseñada por la profesora Camelo fueron asignados aleatoriamente a tres grupos. A un grupo se les mostró la narración en su versión audiovisual. A otro la narración escrita. El tercero cumplió el rol de control. Una prueba de preguntas se aplicó antes de la exposición narrativa, otro inmediatamente después y un mes después de la intervención se les repitió el mismo cuestionario.
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Los resultados

Los resultados de la tesis de doctorado muestran que la elaboración cognitiva es un mecanismo clave subyacente a la persuasión. “Esta variable ha sido considerada de segundo orden en la literatura, pero esta investigación demostró que está asociada a cambios más significativos que el mismo transporte narrativo (inmersión en un texto) y la identificación con los personajes en las intenciones de comportamiento”, explica la profesora Camelo.

Otras dos variables mediadoras, como la capacidad para generar imágenes mentales y la necesidad de cognición, también jugaron un papel fundamental en los procesos de persuasión narrativa con la película Bondage.
En cuanto al formato o modalidad de la narrativa, el experimento concluye que independientemente del formato de presentación, visual o escrito, lo que al final de cuentas tiene más peso en un cambio de comportamiento, incluyendo su perdurabilidad en el tiempo, son las características y diferencias individuales del sujeto.

Para la profesora Camelo, esta investigación demuestra el valor de seguir explorando el “edu-entretenemiento” como mecanismo efectivo para impactar comportamientos de riesgo en el campo de salud.