




Aunque cada uno de estos proyectos responde a una problemática distinta, el conjunto revela una tendencia clara: la incorporación de la inteligencia artificial en Uninorte se hace con intencionalidad, sensibilidad y visión institucional. Los desarrollos no son productos cerrados ni soluciones importadas, sino procesos abiertos que se construyen desde la investigación aplicada, la colaboración entre disciplinas y el reconocimiento del contexto universitario caribeño.
En todos los casos, el foco está en poner la tecnología al servicio del bienestar: prevenir la deserción, mejorar la accesibilidad, potenciar el aprendizaje autónomo y facilitar la vida cotidiana en el entorno académico. Es una forma de trabajar con las máquinas, sí, pero sobre todo de pensar en las personas que harán uso de ellas.