“La mujer no se destaca en matemáticas por la construcción cultural”: Sara Hottinger

Ada Lovelace, Elizabeth Blackwell y Hedy Lamarr son algunas mujeres que han dejado huella en la historia por sus aportes a la ciencia. Sin embargo, poco se conoce sobre ellas, ya que el reconocimiento a la mujer en este ámbito aún sigue siendo motivo de luchas y movimientos que apuntan a la equidad de género.
Sara Hottinger, doctora en Estudios Feministas de la Universidad de Minnesota e invitada por el departamento de Matemática al Encuentro de Sociedades Matemáticas de Colombia y México, cuestiona de dónde vienen las ideas que se tienen socialmente sobre las matemáticas y a quiénes asociamos con esta ciencia. Deja su análisis por escrito en su libro Inventando al matemático: Género, raza y entendimiento cultural sobre las matemáticas, el cual presentó durante la jornada del 30 de mayo al 2 de junio en Uninorte.
De acuerdo con la también licenciada en Matemáticas y Estudios de la Mujer de la Escuela Beloit, las historias que se han escrito y contado alrededor de esta ciencia, culturalmente hablando, contribuyen a una "subjetividad matemática" que limita a aquellos que quieren acceder a este campo. “Existe una necesidad de involucrar a mujeres y niñas en textos académicos y libros de matemáticas. Es una manera de reconocer sus conocimientos y aportes en la conversación”, explicó.
Para Hottinger, la brecha de género sigue siendo enorme y con ello "los hombres permanecen en la cima del éxito". “En algunos de los textos que he examinado el hombre es siempre el pensador que innova, mientras que la mujer ni siquiera aparece y creo que es tiempo de cambiar estas construcciones culturales”, señaló.
La desigualdad social es otro de los componentes que ha contribuido a la inequidad de género en este ámbito. En Colombia, el tercer país más desigual del mundo según la ONU, existe además una fobia frente a las matemáticas que involucra a niños y niñas. De acuerdo con un artículo de la Universidad Central de Bogotá, es la disciplina que registra el porcentaje más alto de reprobación en las instituciones de educación superior.
Al respecto, Hottinger manifestó que con esa situación las oportunidades de brillar en las matemáticas para las mujeres en países subdesarrollados "pueden ser aún más reducidas", pues el acceso a la educación sigue estando determinado por las clases sociales en la mayoría de los casos, engrandeciendo la brecha de inequidad.
“Yo fui estudiante de matemáticas y creo que es una ciencia que abre caminos. Es importante que las nuevas generaciones de mujeres tengan el chance de ser exitosas en matemáticas, una vez que lo sean, podrán serlo en cualquier área”, expresó.
Los ejemplos de mujeres que han triunfado en matemáticas son particularmente desconocidos. Casos como el de Sophie Germain, autodidacta francesa nacida en 1776, que tuvo que cambiar su nombre por uno masculino — Monsieur LeBlanc— por el miedo de no ser tomada en serio al ser mujer, siguen en el anonimato cultural y social. Sin embargo, es gracias a mujeres como ella que hoy se cuenta con el concepto de curvatura media de una superficie en geometría, así como el último teorema de Fermat.
“Uno de los retos a los que se enfrenta una joven al estudiar matemáticas está en las barreras que existen en el salón de clases, en donde las oportunidades son mayores para chicos, porque seguimos asociando las matemáticas con historias masculinas y no femeninas”, aseguró la académica.
Diana McKellar, actriz y matemática estadounidense, es una de las fuentes de inspiración en la vida de Hottinger. “McKellar es una mujer que ha escrito libros sobre matemáticas para mujeres y niñas de todas las edades, creo que ella ha empezado a romper los estereotipos de una manera muy especial y la admiro mucho por eso”, indicó. La autora es bestseller del New York Times y entre algunas de sus obras están Las matemáticas no apestan, Besa mis matemáticas y Las chicas obtienen curvas: la geometría toma forma.
La académica destacó la importancia de repensar la forma en la que se está enseñando matemáticas alrededor del mundo y la necesidad de transformar imaginarios. “En el caso de mi país, Estados Unidos, sé que en los últimos quince años más mujeres se han atrevido a estudiar matemáticas en pregrados y posgrados, el reto está en la primaria y el bachillerato, es allí donde debemos enseñarles a perder el miedo”, concluyó.
Por María Celeste Lozano
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Sep 26, 2025
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