Términos y condiciones: eso que no leíste y permite a Instagram manejar tus datos

Cuando una red social es gratuita, el precio a pagar es nuestra información. Esta es una certeza en la que no siempre nos detenemos a pensar, pero que Karen Cabrera, docente del departamento de Derecho, llevó al plano legal durante un conversatorio organizado por la división de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

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17 jul 2020

Desde su lanzamiento en 2010, la red social gratuita Instagram ha registrado cifras sorprendentes de crecimiento y rentabilidad. Tras su adquisición en 2012 por parte de Facebook, se mantiene entre las principales redes sociales del mundo, con más de mil millones de usuarios activos mensuales y más de 500 millones de usuarios activos diarios a nivel global.

Pero cuando una red social es gratuita, el precio a pagar es nuestra información. Una certeza en la que no siempre nos detenemos a pensar, pero que Karen Cabrera, docente investigadora del departamento de Derecho de la Universidad del Norte, llevó al plano del derecho durante el conversatorio No te dejes hackear tu intimidad en redes sociales, organizado el 15 de julio, a través de Zoom, por la división de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales, en el marco de un ciclo de charlas para compartir y comprender más el quehacer de los abogados.

“Cuando abrimos una cuenta en una red social aceptamos las condiciones de contrato y privacidad que las empresas —dueñas de la red social— establecen para nuestros datos. Generalmente, no las leemos, pero estamos adquiriendo unos derechos y unas obligaciones. Cuando aceptamos términos y condiciones estamos firmando un contrato de adhesión que no podemos negociar. La única forma de decir 'no' es no abriendo la cuenta”, enfatizó la docente.

Bajo el manto tecnológico del mundo digital, el derecho se ve involucrado en el internet de las cosas (actividades comerciales), el big data (procesamiento de datos), la inteligencia artificial (máquinas realizando actividades humanas) y la conectividad de las plataformas y redes sociales. Todo esto es regulado a través de una rama del derecho llamada propiedad intelectual, un híbrido entre el derecho público y privado que se divide en propiedad industrial y derechos de autor.

“La bienvenida de Instagram recibe a los usuarios con una cláusula que dice: ‘al utilizar nuestro servicio, entiendes y aceptas que te proporcionamos una plataforma para publicar contenido, como fotos, comentarios y otros materiales en el servicio y para compartir contenido de usuario públicamente’. Esto significa que otros usuarios, así no sean los que quiero, pueden buscar, ver, utilizar o compartir el contenido que yo haga público”, advirtió Cabrera, doctora en derecho y cuyos estudios se enfocan en propiedad intelectual y entornos digitales.

Instagram utiliza herramientas de análisis de terceros que le ayudan a medir el tráfico y las tendencias de uso de su servicio. Estas recopilan la información que los usuarios envían desde sus dispositivos a la red social, incluidas las páginas web que visitan, los complementos y cualquier otra información que "le ayude a mejorar el servicio".

De acuerdo con la docente, legalmente quiere decir que todos nuestros datos no solo son usados para mejorar nuestras búsquedas, sino que esta información es suministrada a otras empresas para hacer estudios de preferencia.

“Tiene acceso a todos los contenidos que hagamos. Así tengamos el GPS apagado, Instagram tiene software que permiten identificar en qué lugar te encuentras. Tiene acceso a tu celular y a tu computador, algo que obviamente vulnera nuestro derecho a la intimidad pero que nosotros mismos autorizamos”, explicó Cabrera.

Un aspecto “peligroso” es que Instagram decide quiénes son sus filiales, es decir, con quién comercializa la información, lo cual nunca es notificado a los usuarios. En principio, se supone que los datos solo deben ser usados para mejorar el servicio, pero generalmente son comercializados con otros fines. Además, cuando se elimina o desactiva una cuenta, tanto Instagram como sus filiales podrán mantener toda la información que tienen sobre ti y el contenido que hayas subido "durante un tiempo comercialmente razonable para fines de copia de seguridad, archivado o auditoría".

La red social advierte, además, que puede acceder, conservar y compartir tu información, si le llegan órdenes judiciales, de registro o citaciones que les pidan hacerlo. Al registrarnos damos consentimiento para que lleven nuestra información a otros países, como Estados Unidos, donde las normas y exigencias de privacidad pueden ser diferentes a las de Latinoamérica.

La profesora también recordó que en redes sociales las personas suelen pensar que pueden publicar cualquier clase de información, pero algunas pueden afectar la integridad de las personas y se puede incurrir en un delito. La Corte Constitucional dice que cuando hay una ponderación de derechos hay que considerar todos los intereses de las múltiples partes, verificar cuántas se ven involucradas y afectadas por esa información.

Instagram nunca va a interceder por ti en una ponderación de derechos. Nunca defenderá tus derechos, eres tú como individuo el que debe tomar las medidas necesarias para no llegar a esa clase de conflictos”, puntualizó la docente.

Por José Luis Rodríguez R.

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