Descubre cómo se construye la ciudad de los 15 minutos en Barranquilla
Arquitectos y expertos urbanísticos dialogaron en Cátedra Europa sobre el proyecto 'Vivienda mínima, hábitat máximo', y explicaron en profundidad el concepto de 'La ciudad de los 15 minutos'.

El proyecto urbanístico Vivienda mínima, hábitat máximo, estrategia que invita a reflexionar sobre nuevas formas de concebir el hábitat urbano en la Costa Caribe, fue socializado el miércoles, 1 de octubre, en el marco de la Cátedra Europa.
La conferencia, realizada en el Auditorio Marvel Moreno, reunió a expertos como el arquitecto Diego Ceresuela, Álvaro Conches y David Gustavo Rojas, de la Fundación Santo Domingo, quienes analizaron los avances y desafíos urbanosociales que enfrentan ciudades como Barranquilla.
Más allá de la vivienda: la ciudad como complemento
El encuentro inició con un repaso de los múltiples trabajos urbanísticos desarrollados en colaboración con Colombia, particularmente en Barranquilla. Entre ellos destacan La Fábrica del Carnaval y el megaproyecto Villas de San Pablo, dos experiencias que combinan el orden citadino con un modelo de vivienda sostenible inspirado en el concepto de la ciudad de los 15 minutos.
Este modelo propone que la vivienda no se conciba de manera aislada, sino como parte de un ecosistema urbano que garantice servicios, equipamientos y espacios seguros. “La idea es que podamos plantear una ciudad que se diseñe como un megabarrio, donde la casa mínima no se piensa desde lo individual, sino desde el contorno y los servicios que lo rodean”, explicó David Gustavo Rojas, de la Fundación Santo Domingo.
Un ejemplo concreto del modelo es Villas de San Pablo, que comenzó como un barrio de interés social y evolucionó hacia un megaproyecto urbano. El reto, según Rojas, ha sido enamorar a la comunidad para que lo asuma como propio y lo proyecte hacia el futuro. “Desde la Fundación hemos buscado potencializar a la comunidad a través de organizaciones de base, con el objetivo de impulsar emprendimientos, desarrollo empresarial y mejoras sostenibles que beneficien a las próximas generaciones”, dijo.
La propuesta dialogó con la llamada ciudad de los 15 minutos, en la que cada habitante pueda acceder en poco tiempo a salud, educación, transporte, empleo y actividades culturales. Se trata de cerrar las brechas entre el norte y el sur de las ciudades, acercando el trabajo, la cultura y el bienestar a los barrios.
La innovación de la madera prefabricada
Durante el segundo bloque de la conferencia se presentó uno de los aspectos más innovadores del proyecto: la construcción en madera prefabricada. A partir de talleres de co-creación con la comunidad, se identificó que el arte, la cultura y la danza eran pilares fundamentales en Villas de San Pablo. De allí nació un espacio cultural edificado en madera, un material sostenible, innovador en su uso, de rápida instalación y fácilmente replicable.
“El resultado es una infraestructura que responde a las necesidades de la comunidad y, al mismo tiempo, se convierte en un ícono arquitectónico para Barranquilla”, destacó David Gustavo Rojas.
El impacto de esta apuesta ha superado las expectativas: instituciones públicas y privadas ya lo han adoptado como referente, e incluso el Carnaval de Barranquilla proyecta realizar eventos como la Guacherna en el nuevo Centro Cultural. En la misma línea, la Fundación Santo Domingo manifestó su intención de que los diseños permanezcan disponibles como sistemas abiertos, de manera que puedan replicarse en otros territorios de Colombia.
Por otro lado, en el espacio de preguntas, los asistentes profundizaron en las dimensiones que integran este modelo-urbanas, sociales y económicas-y reflexionaron sobre su alcance. Coincidieron en que el objetivo no es solo garantizar una vivienda digna en 15 minutos, sino complementarla con calles seguras, acceso al trabajo, movilidad y servicios que permitan que el hábitat evolucione con el tiempo.
El reto, señalaron, está en que entidades públicas, fundaciones, universidades y sociedades de arquitectos asuman el compromiso de promover este tipo de modelos urbanísticos. Más que diagnosticar las fallas de las ciudades, se requiere traducir el conocimiento en proyectos tangibles que transformen el territorio de la ciudad.
En palabras del arquitecto Diego Ceresuela, el rol de quienes diseñan la ciudad es claro: “El arquitecto debe trabajar con todo, con lo que está arriba y con lo que está abajo. No se trata solo de construir edificios, sino de tejer ciudad, de ser un ente transformador del territorio".
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