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Manuel Eduardo Moreno Slagter

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ACERCA DE MÍ Arquitecto con estudios de maestría en medio ambiente y arquitectura bioclimática en la Universidad Politécnica de Madrid. Decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte. Defensor de la ciudad compacta y densa, y de las alternativas de transporte sostenible. Coleccionista de música.

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Calma

Que no se entienda que esta nueva etapa es una invitación a salir a la calle con más frecuencia o a relajar las precauciones.

Como es ya bien conocido por todos, desde el martes pasado los colombianos entramos en una etapa que las autoridades han denominado como de nueva normalidad, en el marco de las medidas preventivas y de control que se han implementado para contener el impacto de la pandemia en nuestro país. Un paso lógico que permitirá que gradualmente los sectores productivos empiecen a recuperar su dinamismo, de tal manera que puedan intentar salvar algo de lo que queda tras la debacle económica y moral que ha supuesto la irrupción del virus. La reactivación será complicada y difícil.

La novel libertad que empezamos a vivir tras el encierro obligatorio puede motivar una perniciosa sensación de bienestar que, mal manejada, significaría un indeseable retorno a las medidas restrictivas que tanta incomodidad han generado. Me parece que, con sus aciertos y errores, ya el Gobierno hizo lo que pudo en cuanto a la regulación del comportamiento colectivo, y ahora nos toca a nosotros actuar siguiendo las recomendaciones sanitarias que se han difundido. Es el momento de acudir al sentido común y a la responsabilidad personal teniendo en cuenta que, ahora más que nunca, las decisiones individuales pueden afectar profundamente a nuestros semejantes; un llamado que no siempre se interpreta bien y que francamente pocas veces hemos acatado, pero en el que será necesario insistir.

Creo que es imperioso recordar que el virus sigue entre nosotros, que no existe un tratamiento plenamente efectivo para contrarrestarlo y que todavía falta mucho tiempo para que una vacuna pueda ser administrada masivamente. El riesgo de contagio es prácticamente el mismo que teníamos hace unas semanas. Por eso, la recomendación más sensata seguirá siendo permanecer en casa todo el tiempo que nos sea posible y limitar los desplazamientos únicamente cuando medien necesidades inaplazables. Que no se entienda que esta nueva etapa es una invitación a salir a la calle con más frecuencia o a relajar las precauciones, al contrario, es precisamente ahora cuando la prudencia deberá ejercerse con mayor rigor dado que habrá más personas circulando.

Reconozco que muchos de nosotros queremos volver a vernos con las personas que apreciamos, regresar a nuestros lugares de trabajo, disfrutar de todas las cosas que la pandemia nos ha quitado temporalmente. Los niños, los mayores, hay mucha gente que la ha pasado muy mal, especialmente aquellos que han perdido a sus seres queridos o han tenido que lidiar con la enfermedad en sus círculos cercanos. Pero todavía no es recomendable entregarnos al afán. Hace falta todavía mucha calma y paciencia para regresar a un estado más o menos parecido al que teníamos a principios de este año, cuando el virus que había sido detectado en China era apenas una improbable y lejana amenaza. En nuestras manos está propiciar ese esperado retorno.

Fotografía tomada de https://www.unsplash.com

Publicado en El Heraldo el jueves 3 de septiembre de 2020