“En Colombia hay un reflejo de la crisis de la democracia, además de una del sistema político”: Fernando Cepeda

Con diferentes reflexiones desde la esfera social, económica y política, un grupo de profesionales y expertos analizó el 14 de mayo la actual crisis social que afronta Colombia, a través de un coloquio virtual moderado por el rector, Adolfo Meisel, quien -de manera introductoria- manifestó el alto valor del espacio, dado que “nosotros, como educadores, como Universidad, invitamos al diálogo, al análisis pausado, para tratar  -entre todos- de entender un poco mejor lo que está sucediendo”.

Los panelistas invitados fueron: Fernando Cepeda, exministro y exembajador; Eduardo Lora, investigador asociado del Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard y de la Universidad Eafit; Roberto Angulo, socio fundador de la empresa Inclusión SAS y la directora de la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla, Kelina Puche Carrascal.

Cepeda, exministro y exembajador, inició su intervención planteando una tesis muy puntual: “hay una crisis de la democracia liberal en el mundo”. Para ello, citó los casos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, Italia, entre otros países. En cuanto al caso de nuestro país, dijo que “en Colombia lo que hay es un reflejo de esa crisis, además de una del sistema político, por eso cualquier solución que se alcance ahora para resolver el tema coyuntural no resuelve el tema de fondo”.

Cepeda Ulloa anotó, además, que “la situación de las instituciones en Colombia registra que están llegando al punto de desfavorabilidad (en su imagen)”, y en cuanto a las políticas públicas, se mantiene el mismo panorama que, a su vez, también se refleja en la proyección ciudadana sobre si vamos por buen o mal camino. Todo lo anterior, atendiendo a los datos presentados por la más reciente encuesta de la firma Invamer.

Eduardo Lora durante su presentación.

Seguidamente, Eduardo Lora manifestó que ha estado trabajando en una propuesta de reforma, de corte integral, que incluya propuestas como un mayor crecimiento a la inversión (5% anual), mayores auxilios para Ingreso Solidario, reformas a los sistemas de aseguramiento (salud y pensiones), incremento en la tarifa del IVA del 10,5%, con devolución a población en condición de pobreza, mayores impuestos de renta a los ciudadanos que se ubican en el percentil 85 (de altos ingresos) e impuestos a las empresas sin exenciones y sin reducción de la tasa del 32% al 30%.

Adicionalmente, enfocado en el público juvenil, el economista abordó el aspecto específico del aseguramiento. “Todos los analistas estamos de acuerdo con que el pago por contribuciones es un enorme obstáculo a la generación de empleo formal (...) hay una gran barrera para que los jóvenes puedan conseguir empleo formal e incluso, en ocasiones, cuando tienen la opción prefieren no tenerlo porque los descuentos serían tan grandes que prefieren quedarse como informales”, dijo. 

Según su visión, básicamente, lo que frena que se pueda pensar en una reforma integral “es la inoperancia misma del sistema político, de la que hablaba Fernando”. 

Por su parte, Roberto Angulo, socio fundador de la firma Inclusión SAS, planteó un escenario de constante comparación entre los contextos de pobreza entre los ámbitos rural y urbano. Angulo afirmó que “lo que muestran los datos del Dane es que la pobreza creció de 35,7% a 42,5%, es decir, 3,5 millones de personas entraron en la pobreza, lo que constituye el aumento de pobreza más alto, de un año a otro, desde que hay mediciones en Colombia”. 

En todo caso, aunque confesó que el aumento no le sorprendió dadas las proyecciones que se venían desarrollando al respecto, sí otros datos disímiles entre el campo y las ciudades. “Lo que ningún experto hubiera apostado es que iban a converger la pobreza rural y la pobreza urbana, en 2020: se presentó una fuerte caída en la pobreza rural y un aumento considerable en la pobreza urbana”, enfatizó.

“Las ayudas que se lanzaron cuando inició la pandemia funcionaron (...) pero no podemos caer en el discurso de que la renta básica nos va a sacar del problema social en el que estamos”, anotó y añadió que, si bien esta última es necesaria, pues es preciso recortar puntos de pobreza a la crisis que estamos experimentando, las ayudas no van a reemplazar la aglomeración económica urbana pues estas solo pueden mitigar entre 3,5 y 4 puntos porcentuales.

Finalmente, Kelina Puche, directora de la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla, indicó que al revisar los casos por ciudades principales, Manizales y Quibdó eran las ciudades con menor y mayor pobreza respectivamente, antes de la pandemia. Sin embargo, con las cifras recientes emitidas por el Dane, casos como el de Barranquilla llaman la atención: “pasó a ser la ciudad con la mayor diferencia (expresada en puntos porcentuales) en aumento la pobreza”. Manifestó, de manera complementaria, que “la magnitud del cambio no la esquivó de ubicarse entre las capitales con menor pobreza del país, pero sí fue muy sorprendente así como en Bucaramanga”.

La profesional, también docente del programa de Ciencia Política de la Universidad del Norte, expresó -para el escenario barranquillero- que la explicación está en que la pobreza en la ciudad había estado sumando hogares a la clase vulnerable. Lo anterior, visto desde el concepto de vulnerabilidad que implica el riesgo que existe de volver a caer en condición de pobreza cuando los hogares que ya no pertenecen a ella aún no alcanzan a ubicarse, como tal, en la clase media. 

Soportando lo dicho, Puche argumentó que “el mercado laboral barranquillero, que siempre se ha destacado por registrar unas bajas tasas de desempleo incluso durante la pandemia, está apoyado en un sistema informal, en el que cerca del 60% de las personas se mueven en la informalidad, y la cuarentena significó la anulación de ingresos para muchos hogares”.

Por: Lucía Avendaño Gelves.