Jeny Teheran, la egresada que trabaja en el laboratorio de física de partículas de EE.UU.

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Jeny Teheran, egresada de Ingeniería de Sistemas, en las instalaciones de Fermilab, en Estados Unidos.

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14 feb 2018

El pasado 11 de febrero se celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha proclamada hace tres años por la ONU para apoyar el acceso del género femenino a temas de tecnología, ingeniería y matemáticas. La iniciativa busca que las jóvenes se interesen por estudiar distintas disciplinas científicas, rompiendo barreras y eliminando estereotipos.

Con motivo de esta fecha, la egresada del programa de Ingeniería de Sistemas, Jeny Teheran Sierra, contó cuáles han sido sus experiencias en el mundo de la ciencia. Actualmente se desempeña como analista de seguridad e investigadora en Fermilab, el laboratorio estadounidense de física de partículas, que cuenta con el segundo acelerador de partículas más potente del mundo: el Tevatrón. Este es utilizado en investigaciones que dan pistas a los científicos sobre los componentes de la materia, la naturaleza de la materia oscura y los orígenes del universo.

La barranquillera recuerda que su inclinación por la ciencia empezó cuando era muy pequeña y su curiosidad la llevaba a preguntarse por el funcionamiento de las cosas a su alrededor. Por eso participaba en actividades extracurriculares para elevar cohetes, construir catapultas y aprender sobre astronomía los fines de semana. Pero estando en bachillerato fue la programación lo que más le llamó la atención y la impulsó a iniciar la carrera de Ingeniería de Sistemas en Uninorte.

“En el colegio un profesor nos dijo que por saber programar, los ingenieros de sistemas podían trabajar en cualquier área que les gustara porque sus conocimientos se necesitaban en muchos campos; así que por eso me decidí a estudiarla”, reconoce la investigadora de 27 años.

Procesar y proteger los datos de la ciencia

Entre este abanico de posibilidades, Teheran escogió enfocarse en la seguridad informática. Tras culminar su pregrado en 2011 en Uninorte, y realizar una maestría en Ingeniería de Sistemas y Computación en la Universidad de los Andes, la joven obtuvo una posición en Fermilab, en donde actualmente es analista de seguridad para los experimentos científicos que se realizan en el laboratorio.

“Yo me encargo de que los experimentos sean seguros, y que los datos que se produzcan en ellos estén protegidos. También que los usuarios que están manipulando esa información cumplan unas reglas de seguridad y generar respuestas ante vulnerabilidades de hardware o software”, explicó Teheran.

La ingeniera, junto a su equipo de seguridad, es responsable de proteger los datos de cuatro experimentos con neutrinos, que constantemente se están llevando a cabo en el acelerador de Fermilab, el cual hace colisionar distintas partículas a una velocidad cercana a la de la luz para generar nuevas. Estas se convierten en evidencias que permiten respaldar teorías planteadas desde la física.

En esta misma línea, la barranquillera trabaja analizando la seguridad en un proyecto que Fermilab desarrolla en conjunto con el Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas más poderoso que existe, y que pertenece a la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN por sus siglas en francés), que a su vez es el mayor laboratorio de investigación en física de partículas del mundo.

Ella contó que los experimentos de cada laboratorio producen una gran cantidad de información, de hecho, por cada uno de los cuatro experimentos de Fermilab se genera un gigabyte de datos cada 300 nanosegundos; mientras que el proyecto que realizan en colaboración con el CERN crea 20 petabytes al año, “una cantidad que equivale al total de datos que procesa Google diariamente”, afirmó.

Procesar tal volumen de datos casi en tiempo real, para que sean utilizados posteriormente por los físicos, requiere de un enorme poder computacional. Así que otra parte de su trabajo es proteger constantemente estos recursos y a los sistemas de posibles ataques cibernéticos. Incluso ahora se concentra en investigar técnicas de Deep Learning, que puedan ser empleadas en los computadores, enseñándoles patrones con lo que detecten nuevos ataques y respondan mejor a ellos.

Reconoce que mantenerse actualizada es el mayor reto de trabajar en esta área, pero a la vez es lo más satisfactorio, porque sabe que está contribuyendo a que se produzcan resultados excelentes. “Aunque yo no hago la física directamente, el trabajo que apoyo aquí es el tipo de trabajo que recibe premios Nobel, que hace avanzar a la ciencia y que produce nuevos descubrimientos. Eso es bastante gratificante”, manifestó la investigadora.

Refiriéndose al papel de las mujeres en campos de la ciencia, Teheran considera que no hay suficiente representación del género femenino, y a su parecer esto es necesario tanto en la producción científica como en cualquier otro tipo de trabajo. “La diversidad se necesita para ofrecer diferentes perspectivas y así ser más eficientes y darle un mejor uso a los recursos que se tienen”, sentenció. Es por esto que participa en distintas iniciativas que buscan motivar a niñas y jóvenes a que se interesen por la programación y las disciplinas de ciencia, tal como ella lo hizo una vez.

“He aprendido que cuando uno no ve muchas mujeres en su carrera, uno no se siente atraído; así que la poca representación de mujeres en ingenierías puede hacer que las niñas no se animen a estudiarlas. Pero necesitamos más investigadoras en la ciencia, y aunque esto no es algo que va a suceder de un año a otro, debemos seguir impulsándolas”, insistió.

El trabajo que esta egresada y otras científicas realizan diariamente en Fermilab fue destacado recientemente en la página web del CERN, en donde a través de sus experiencias ellas demuestran que la ciencia no tiene género.

Por María Margarita Mendoza

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