Los disturbios y la seguridad ciudadana en los casos de Colombia, Inglaterra y EE. UU.

El conversatorio titulado ʽEl reto estratégico de los disturbios para la seguridad ciudadanaʼ analizó las recientes manifestaciones en los tres países, las problemáticas de fondo y la forma en que los gobiernos han respondido ante la crisis.

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20 oct 2021

Cátedra Europa fue el escenario para analizar los fenómenos de las movilizaciones sociales que se han generado en diferentes partes del mundo, un espacio para reflexionar en torno a los retos estratégicos de los disturbios para la seguridad ciudadana a partir de las manifestaciones que se presentaron en Reino Unido en 2011, en contraste con la realidad colombiana de los últimos meses. El encuentro estuvo moderado por el profesor del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de Uninorte, Janiel Melamed, y contó con la participación del historiador de la Universidad del Valle, Alberto Sánchez y David Topel, miembro de la New York Criminal Justice Agency.

“La temática que se ha vivido en Colombia llega a otras latitudes, podríamos afirmar que el país en los últimos meses ha vivido un escenario de agitación social. Algunos analistas han concluido que ha sido una etapa intermitente, es decir, que está en continuo desarrollo”, introdujo el docente Janiel, abriendo paso a una reflexión en torno a la realidad en Latinoamérica en comparación con situaciones que han pasado en el entorno global, en este caso, Inglaterra y EEUU.

¿Son comparables estos desafíos estratégicos de Colombia en este contexto con las realidades de otros países? Frente a este interrogante el abogado y miembro de la New York Criminal Justice Agency ahondó en que, por ejemplo, EEUU en general, y New York en particular, tiene una característica en todo el tema de la protesta y el descontento social que hace más complicado el debate. Señalando, en primer lugar, la situación de coronavirus en la que Nueva York se convirtió en un epicentro de la pandemia y, en segundo lugar, las protestas que se reforzaron por la aprobación de una reforma al sistema judicial en el año 2020.

“En EEUU el origen de la protesta creo que difiere un poco, aunque seguramente tiene similitudes. En Nueva York entró en efecto una reforma del sistema judicial bastante profunda en el tema de fianza, es decir, toda la fase que empieza antes del juicio. En esa reforma que de por sí iba a distorsionar y desestabilizar, se aprueba la ley y se preparan todos por un año, entrando en vigencia el 1 de enero de 2020. Hay profundas razones para protestar y además pasa esto de la reforma”, enfatizó investigador.

Haciendo referencia al caso de George Floyd, el asesinato del hombre afroamericano en manos de la policía en EEUU, el conferencista David Topel señaló que debería haber más inteligencia por parte de las entidades policiales, quienes podrían apoyarse en las redes sociales, debido a que en muchos países como Colombia la policía no tiene unidad de inteligencia en temas de violencia, situación que es muy importante en Europa donde monitorean desde Facebook para tratar de adelantarse a los hechos de pequeños grupos que pueden hacer mucho daño en ciertas situaciones.

Por su parte, Alberto Sánchez Galeano expuso varios aspectos de las manifestaciones históricas de Inglaterra en los últimos 50 años: la crisis minera en los años 70, el choque de movilizaciones por asuntos de violencia contra sindicalistas y el también terrorismo en los 80, este último siendo el más cercano a los disturbios en el año 2011.

“Lo que tienen de diferente esos disturbios en la historia propiamente de Inglaterra es el carácter político”, afirmó el historiador, agregando que las manifestaciones de los 70 y 80 tuvieron un componente ideológico de movilización partidista y de un hecho explícito de controlar vías para controvertir medidas y reformas del estado, a diferencia de los disturbios del 2011 que sí se parecen, según su concepto, a lo que está viviendo América Latina, teniendo algunas diferencias porque en Inglaterra iniciaron los disturbios con el asesinato a tiros, por parte de la policía metropolitana de Londres, a un joven negro y padre de cuatro hijos.

“No estaba para nada claro ni porque había sido la intervención, ni porque se requirió usar armas de fuego, en qué condiciones se llegó a la conclusión de que el joven era culpable de lo que se acusaba y esto desató todo un estallido social que duró cerca de 11 días, afectó seis ciudades con un componente de saqueo, destrucción de la propiedad pública, privada y confrontación explícita con la policía”, recalcó el consultor en temas de seguridad ciudadana.

Además, durante su intervención enfatizó que frente a los eventos de disturbios ingleses y franceses la primera lección importante que dejaron es que la ciudad tiene que seguir operando al mismo tiempo que se llevan a cabo las movilizaciones y que la respuesta tiene que ser proporcional. En segundo lugar, afirmó que por más trayectoria que tuvieran, tanto los cuerpos de policía, investigación judicial, como el cuerpo antimotines franceses e ingleses, no estaba muy claro cómo se judicializa, por ejemplo, a las personas en este tipo de incidentes. 

En la similitud con Colombia, si se compara la duración del paro que fue de unos120 días, lo que pasó en el país fue mucho más extenso que lo que ocurrió en Europa en su momento y que, aunque las capacidades de cuerpos de policía son distintas en los cuerpos judiciales, antimotines y vigilancia, existe la misma limitación en temas de judicialización.  Mientras que los cuerpos de inteligencia franceses se abrieron estos esquemas de inteligencia abierta, las autoridades en Colombia siguen siendo muy reacios a esta idea.

Los conferencistas explicaron que específicamente en el caso de Londres hay una lección muy importante y es la centralización del ejercicio de inteligencia, es decir, utilizar la capacidad de inteligencia humana para contener y anticipar toda la apertura desde la inteligencia de fuentes abiertas. Frente a los retos estratégicos, señalaron que hay dos muy importantes: el primero es cómo se leen estratégicamente los disturbios y cómo se piensan las operaciones desde las ciudades.

“Al hablar de manifestaciones no es solo decir que es crimen organizado, sí hay grupos que están protestando y hay unos intereses de competencia. No estamos en absoluto desconectados de las tendencias globales y no estamos en absoluto desconectado de los retos estratégicos” finalizó el estudiante en planificación urbana y regional de la Universidad de los Andes, Alberto Sánchez. 

Por Katheryn Meléndez Solano.

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