Retos y aprendizajes de los nuevos modelos de salud en las comunidades Wayuú y Zenú

Promigas y Uninorte desarrollan en conjunto proyectos de implementación del modelo de Atención Primaria en Salud en La Guajira y Córdoba, que impactan de forma positiva a las comunidades indígenas Wayuu y Zenú, respectivamente. Según los investigadores, en estos territorios dispersos el tipo de intervención en salud al que hay que apuntarle es la atención domiciliaria, con enfoque integral y preventivo.

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Intervención en salud en el municipio de Manaure (Foto de archivo).

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24 sep 2020

Los perfiles de salud permiten establecer prioridades de intervención en materia de gestión integral del riesgo, ya que las características de la población permiten reconocer las necesidades en los procesos de salud-enfermedad. Bajo este marco de acción, Promigas (Fundación Promigas y Gerencia de Sostenibilidad y Medio Ambiente) y la Universidad del Norte, desde la División de Ciencias de la Salud y el Centro de Consultoría y Servicios, trabajan conjuntamente proyectos en función de la implementación de la Atención Primaria en Salud en las comunidades indígenas de La Guajira y Córdoba, impactando de forma positiva a las poblaciones de etnia Wayuu y Zenú, respectivamente.

Los perfiles en salud en el caso específico de los Wayuú tienen un valor primordial con el nuevo modelo de atención integral territorial (MAITE). Desde hace más de una década se han venido realizando trabajos por la salud de los habitantes de La Guajira, en un 95 % pertenecientes a esta etnia, los cuales se encuentran distribuidos en las distintas rancherías con un sentido de arraigo a sus prácticas ancestrales tradicionales.

Con el apoyo de aliados y organizaciones comunitarias, en cuatro comunidades rurales de la zona de Mayapo, perteneciente al municipio de Manaure, se han llevado a cabo, entre 2019 y 2020, intervenciones de salud para y con la comunidad, que han adicionado y fortalecido la estrategia de Atención Primaria en Salud con beneficios para todos los ciclos vitales que van desde aumento de cobertura de registro civil y esquemas de vacunación, afiliaciones a la seguridad social y trabajo con la comunidad en los programas de promoción de la salud y prevención.

En el municipio de Chinú, Córdoba esta intervención en su primera fase se llevó a cabo a comienzos del 2018, la cual permitió perfilar a la población en términos demográficos, ambientales y de salud en tres cabildos menores indígenas, del cual se han beneficiado 180 familias residentes en: Algarrobo, Carranzó y la Floresta.

Esto se realizó con aval y participación de la Junta Directiva de los cabildos, y permitió la caracterización de las respectivas familias y la programación de las intervenciones en salud, de acuerdo con los riesgos identificados. Los perfiles fueron compartidos con la comunidad, la autoridad sanitaria, las EAPB Empresas Administradoras de Planes de Beneficios y con profesionales de los equipos de apoyo del proyecto, de tal manera
que se diera apertura a la consolidación de la implementación de la Atención Primaria de Salud.


Acciones y aprendizajes de la estrategia en la comunidad Wayuú

Los Wayuu son aborígenes de la península de la Guajira sobre el Mar Caribe y comparten territorio con Venezuela; representan el 20 % de la población indígena del país, siendo el grupo más numeroso de Colombia. Habitan en rancherías: pequeñas comunidades distantes una de otras y conformadas por parientes. Esta comunidad es trabajada por empresas de la región, entre otras por Promigas.

El trabajo que está realizando la Fundación Promigas con Uninorte identificó características demográficas, de salud, hábitat y dinámica familiar. En las comunidades El Chorro, Balerrumana, Pirruguaitamana y Sabanalarga se trabajó información de 291 habitantes, de los cuales el 31,78 % eran menores de 10 años. Las dinámicas de estas familias presentan buena funcionalidad familiar en un 42 % y las debilidades sentidas se encuentran transitando con problemas comunes, tales como falta de recursos económicos, problemas con los servicios de salud, trabajo y vivienda.

De acuerdo con Ana Liliana Ríos García, docente del departamento de Salud Pública y magíster en desarrollo familiar, coordinadora del proyecto desde Uninorte, el modelo MAITE debe trabajarse con abordajes intersectoriales y promoviendo que la responsabilidad del sector salud se expanda de los entornos institucionales a los comunitarios. Es por ello la oportunidad que aporta este tipo de proyectos para establecer acercamientos con estos grupos étnicos y establecer consensos entre los Wayuú, que tienen sus propios valores en relación a lo colectivo y que por cultura se pueden oponer a prácticas de salud promovidas por los ‘arijunas’: persona extraña.

La población Wayuú se encuentra afiliada al sistema de seguridad social, clave para la articulación del modelo MAITE, ya que asegura la atención a la población disminuyendo barreras al momento de afectarse su salud. Según los registros de las cuatro comunidades, hay poco cumplimiento de los programas de salud relacionados con la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, lo cual es prevalente en todos los grupos de edades, desde los niños hasta los adultos mayores. En el grupo de los padres con hijos menores de 1 año se encontró que el 54 % no asiste al cumplimiento del programa ofertado de crecimiento y desarrollo. En el grupo de edad de 1 a 9 años se evidencia la no asistencia al programa y una pobre asistencia al servicio de odontología (14,2 %). Estos niños son reportados en su mayoría sanos. Solo presentan cuadros de infección respiratoria aguda, según el reporte del entrevistado, y llama la atención el no autoreporte de problemas en piel, desnutrición, discapacidad o parasitosis.

“Desde una mirada cultural, étnica y la propia valoración de la cosmovisión y cosmogonía de la etnia Wayuú, es fundamental reconocer el papel que ejercen los líderes comunitarios que se han venido formando en distintas actividades del proyecto, por lo que siempre se ha considerado una prioridad seguir apalancando procesos de reconocimiento e identidad cultural que permitan integrar estos actores no reconocidos por el sistema de salud”, afirmó la docente.

El enfoque diferencial debe permitir una apertura en la transformación de la atención, de los servicios que se ofrecen a la comunidad y del reconocimiento de prácticas y saberes en el territorio. Es así como se han realizado actividades en educación y salud, y apertura a programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, movilizados a zonas dispersas, tales como: entrenamiento a líderes comunitarios en la identificación de signos de alarma y valoración de signos vitales en las personas. Valoración de peso y talla (medición antropométrica), atención en salud oral, completar los esquemas de vacunación y la valoración integral por médicos especialistas en pediatría.

“Estas actividades se han realizado en el marco del proyecto, de manera articulada con los aseguradores y prestadores. Estamos seguros de que el tipo de intervención en salud al que hay que apuntarle en estos territorios dispersos es la atención domiciliaria, con enfoque integral y preventivo”, puntualizó Ríos García.

Acciones y aprendizajes de la estrategia en la comunidad Zenú

En Chinú, Córdoba se evaluaron potenciales comunitarios, donde prevalecían expectativas para establecer y consolidar redes extrafamiliares para influir en la salud de la población. Fue así como se estableció un programa de formación educativo con énfasis en salud, dirigido a siete agentes comunitarios Zenú. Se ha trabajado esta iniciativa con el convencimiento de que es preciso consultar a la gente en toda decisión sobre su desarrollo, permitiéndole el acceso a los recursos y conocimientos necesarios para lograrlo.


Intervención de salud en Chinú, Córdoba.

Estos agentes se han constituido en motor y líderes de distintas actividades de salud, enfatizando en estrategias preventivas. Se integraron de manera intersectorial con actividades del PIC (Plan de Intervención Colectiva). Los temas en los que fueron entrenados fueron: signos vitales, valoración nutricional, estrategias educativas en salud, entre otros. Los mismos fueron escogidos y avalados por las organizaciones comunitarias, puesto que contaban con reconocimiento comunitario dada sus labores y experiencias previas en trabajos similares. Esta participación por parte de los agentes ha sido activa, dándose más como un proceso de crecimiento dinámico, donde ellos proponen de acuerdo a su creatividad y oportunidades observadas en las comunidades, y respondiendo a necesidades y circunstancias cambiantes.

Entre algunas actividades están: jornadas de salud integral (valoración antropométrica entre otras), actividades educativas en las escuelas, salud oral (limpieza de dientes), vigilancia en salud pública (temas relacionados con el control de los animales), prevención del maltrato del adulto mayor y vacunación.

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