banner-principal

PORTADA

Por: Silvana Salas Vidal
Periodista de la Radio Nacional de Colombia - RTVC Sistema de Medios Públicos.

Egresada de Comunicación Social y Periodismo (2011).
shigue6@gmail.com

La apertura del campus Uninorte a la presencialidad, en un 100%, es también una invitación a que nuestros egresados vuelvan a los espacios que los acogieron como estudiantes y descubran otros, que apenas se estrenan. Invitamos a Silvana Salas, egresada y periodista de Radio Nacional de Colombia, para que recorriera el campus, tras dos años de la emergencia sanitaria.


Volver a mí universidad luego de tantos años y de una pandemia me resultó muy interesante y hasta curioso. Recibí una llamada de la Oficina del Egresado invitándome desinteresadamente a escribir este artículo porque querían que como egresada relatara la forma en la que personas como yo, después de graduados viven algunos espacios específicos que ofrece el alma mater.

Responsive Image
 El campus Uninorte abrió completamente sus puertas a la presencialidad desde enero de 2022. Los egresados, como Silvana, son bienvenidos.
Sin embargo, luego de hacer un recorrido y ver cómo el campus ha ido creciendo y remodelándose de la mano de la innovación, en diferentes sitios, así como de las necesidades propias de la nueva realidad que nos ha tocado vivir a causa de la covid19, me di cuenta, como cuando era estudiante, que dichos espacios no son nada sin la comunidad universitaria que los habita comúnmente. Que para hablar sobre estos y contar una experiencia no debía ser ajena al entorno, así como a la realidad que nos rodea. 

El próximo 17 de mayo, se cumplirá un año de que mi padre ya no está con nosotros, la covid19 nos lo arrebató. Sí, soy egresada, pero seguramente como yo también otros egresados y personas que pertenecen a esta universidad como lo son: estudiantes, profesores, funcionarios; hasta las autoridades allí también perdieron a un ser querido o a alguien cercano por culpa de este virus. 
Responsive Image
Mi madre quien es también egresada, y además docente de otra entidad educativa, regresó a las aulas pero con ella también el duelo. Partiendo desde ahí, era casi imposible no pensar en todas aquellas personas que ya mencioné, y con quienes seguramente crucé alguna mirada mientras realizaba el recorrido por el restaurante 1.966, la Casa de Estudio Alfredo Correa de Andreis, y hasta  la Biblioteca. Adicionalmente, pensar en aquellos estudiantes que son de cuarto semestre y que por culpa también de la pandemia ahora con la presencialidad son “primíparos” que se enfrentan a la socialización.

Hasta la misma universidad ha sufrido afectaciones, pues al no tener a sus estudiantes se vio golpeada la captación de ingresos en los 17 modelos de atención de alimentos y bebidas. Aunque estos no sean modelo de negocios, sino unidades de servicio.

Aquel día que volví, sentí que no regresaba a mi universidad, sino a mí casa, y eso que yo pensaba, lo tenían claro quienes conforman la comunidad uninorteña. Algunos son también egresados, y ahora como funcionarios empujan para que volver al campus, sea un “volver a la vida”, porque más que estudiantes en esas aulas se forman ciudadanos.
Responsive Image
Por eso, para mí es impensable hablar de esos espacios y de sus experiencias sin pensar en quienes los habitan, en quienes hacen parte de ellos. Cada vez que pisaba algún restaurante, sitio de estudio, u oficina siempre me recibían con una sonrisa, con amabilidad. 

Si bien me explicaban lo que se hacía allí, sin duda alguna me llamó la atención su calidad humana, esa que me imagino arropará a aquellos que sin importar su rango o función requieran de algún servicio. 

Precisamente estos servicios que son importantes, se encuentran ya en disposición para todos, como por ejemplo una gran oferta de lugares para el estudio, restaurantes, droguería, papelería y hasta diseño, solo por mencionar algunos. Con la utilización de estos se generan recursos dirigidos al fondo de becas para que más jóvenes tengan la oportunidad de formarse en estas aulas y accedan a una educación de calidad.
La universidad ha ido creciendo y con ella se han creado una serie de espacios que no solo pueden ser utilizados por quienes hacen parte, o hicieron parte de uninorte, sino que también son para la ciudadanía en general, como lo son: los auditorios, las salas de proyección, las plazoletas y por supuesto el coliseo que se convierte en ese gran espacio para que el alma mater sea vista como ese gran centro de eventos.
Sin duda alguna, todos estos lugares permiten vivir una serie de experiencias a toda la comunidad universitaria, y por supuesto a los egresados, pero con la nueva realidad y los retos que enfrentamos en estos tiempos no solo se puede pensar en que la vuelta a la presencialidad sea llenar el campus, sino que día a día se debe fomentar la vocación de servicio a los demás, y hasta tratar de entender al otro con un poco de empatía, eso intangible que nos hace simplemente especiales y que a lo largo de los años nos ha permitido construir una mejor sociedad. 

Para concluir, este regreso para todos trae consigo algunos desafíos psicológicos y hasta emocionales, lo que requiere que quienes hacen parte de ese universo, y que además utilizan esos espacios se adapten constantemente para que así el volver al campus se convierta y signifique verdaderamente “volver a la vida”.

Recuerda que para acceder al campus más fácilmente debes obtener tu carné digital de egresado, que además te ofrece el Club de Beneficios y Descuentos.