MACONDOS EN NUESTRO CAMPUS

El tesoro forestal de nuestra institución continúa creciendo para el disfrute de un campus diverso y para todos, mediante un plan de siembra de cien árboles macondo donados por la familia Tcherassi.

El campus de la Universidad del Norte alberga más de 60 especies de árboles propios del Caribe colombiano, que conviven con nuestra comunidad universitaria y son testigos silenciosos de su crecimiento forestal. 

Bajo esta misión institucional, de seguir diseñando y ejecutando políticas en favor de su preservación, Uninorte ejecuta actualmente un plan de siembra de cien árboles macondo, especie en peligro de extinción en Colombia, bajo la dirección del Departamento de Química y Biología, la Dirección de Servicios Administrativos y Ecocampus.

Su llegada fue posible gracias a la donación de Vera de Tcherassi, esposa de José Tcherassi, el primer rector de la Universidad del Norte.
El primer ejemplar fue sembrado el 21 de octubre de 2021, durante la tradicional ceremonia de la Siembra del Árbol de la Amistad, de Cátedra Europa, frente al Bloque K. Los rectores de las cuatro universidades de la Alianza 4U (CESA, ICESI, EAFIT y Uninorte) ratificaron su asociación plantando el macondo en el lugar donde se puso la primera piedra para construir en 1971 la universidad.

El segundo ejemplar fue sembrando durante la premiación de los Premios Macondo, el 19 de octubre de 2022, siendo este el primero de la nueva 'Ruta Macondo' de Barranquilla, una iniciativa liderada por la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta (CLENA). Durante esta siembra se homenajeó a Vera de Tcherassi por su larga labor de protección del árbol macondo en el Caribe colombiano.

Los primeros macondos sembrados en Uninorte


El 15 de junio de 2018, a través de la siembra de un macondo, la Universidad del Norte rindió homenaje al proceso de transición que vivió entonces la Rectoría, con la llegada de Adolfo Meisel al cargo y los 38 años en los que estuvo al frente de la institución Jesús Ferro Bayona.  El ejemplar también fue donado por Vera de Tcherassi y su cuidado previo estuvo a cargo de Cyrillus Swinne, líder de la Comunidad Religiosos Camilos del barrio La Paz, en el suroccidente de Barranquilla.  El acto simbólico ratificó nuestro compromiso con el medio ambiente y la naturaleza del campus.

La idea surgió de la Vicerrectoría Académica, a cargo de Joachim Hanh, quien manifestó que era un sueño tener en el campus uno de los árboles que más fama le ha dado a Colombia y al Caribe en el mundo. “Es una declaración de amor y de compromiso con esta magnífica institución, con este campus bellísimo, con el bosque seco tropical. La siembra del árbol más majestuoso es también un homenaje a los dos rectores, a los rectores anteriores, a los futuros rectores”, dijo Hanh.

“Como es un árbol tan grande no podemos sembrarlo en cualquier parte y por montones, sino pensar muy bien. En nuestro campus podemos ubicar varios ejemplares y el resto iremos viendo en dónde. La idea es que los vayamos sembrando en sitios que María Cristina, Juanita y Maritza vayan identificando, que pudieran ser colegios cercanos y los separadores. Eventualmente algún lote que se quiera reforestar. Es una campaña de siembra que toma tiempo. La idea no es salir corriendo a sembrar sin más, sino tomarnos el tiempo necesario para hacerlo poco a poco en los sitios más adecuados”, explica Joachim Hahn.

Para el vicerrector académico, el trasfondo del plan de siembra tiene sus raíces en una doble intención: proteger, en primer lugar, la especie vegetal, pero darle también un significado positivo y de orgullo al concepto ‘macondo’, uno de los de mayor representatividad para el Caribe colombiano.

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Jesús Ferro y Adolfo Meisel durante la siembra del árbol de los rectores, primer macondo sembrado en el campus.

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Los rectores de EAFIT, CESA, ICESI y Uninorte durante la siembra de un macondo como símbolo de la Alianza 4U.

Vera de Tcherassi: una vida dedicada al rescate del macondo

EL 19 de octubre de 2022, en el marco de los Premios Macondo – Ecocampus que se celebran en la XXV Cátedra Europa, la Universidad del Norte, con la participación de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta (CLENA), distinguió a Vera de Tcherassi por su larga labor de protección del árbol macondo en el Caribe colombiano, a través de la entrega de una placa, un libro conmemorativo sobre su iniciativa y la siembra simbólica de un macondo frente a la Biblioteca Karl C. Parrish Jr, el primero de la nueva 'Ruta Macondo' de Barranquilla.

El rector Adolfo Meisel aperturó el evento agradeciendo a Vera por la donación. "Quiero agradecerle a Vera por este acto de generosidad con estos árboles que poca gente conoce. Nuestro campus se convertirá en una especie de bosque de macondo con el tiempo, y me parece un gran símbolo del espíritu que tenía Parrish por tener muy arborizada la universidad”, expresó el rector Adolfo Meisel.

Juan Jaramillo, director de CLENA, destacó la iniciativa de Vera de Tcherassi y la gestión de la nueva Ruta Macondo para que propios y turistas conozcan las historias del Nobel en Barranquilla. Uninorte oficializó la entrega de 45 árboles macondo para este recorrido honorífico a Gabo, con un acto de firma protocolaria.

"Hoy recibo de parte de la Universidad del Norte el compromiso como director de la CLENA para guardar, preservar y lograr que estos árboles de macondo también se vuelvan insignia en esta ruta macondiana. Arrancamos ya en el marco de la celebración de los 40 años del Nobel de Literatura”, recalcó Jaramillo. 

“Me siento muy complacida y agradecida porque lo de hoy es el principio de un nuevo paso que vamos a dar: lograr instituir el macondo como el árbol insignia del Caribe", comentó Vera.

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El rector Adolfo Meisel durante la siembra del macondo.

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Vera de tcherassi sembrando el Macondo junto a Juan Jaramillo.

Alberto Mario Smith Valencia, auxiliar de servicios generales, es uno de los colaboradores que ha estado cerca de ellos durante la estancia en el vivero. Su compromiso se evidencia en cada detalle que explica sobre el cuidado realizado.

“Llegaron con una altura promedio de 50 cm, pequeños y delgados. El trabajo que realicé fue una aclimatación, con polisombra y sistema de riego. Luego esperé a que le salieran de 4 a 5 hojas, e hice trasplante a bolsas de 5 libras, para que la raíz comenzara a ensancharse”, argumenta Smith Valencia mientras acaricia las hojas de algunos árboles del vivero. Con fuertes brisas y altas temperaturas, le ha tocado aumentar el tiempo de riego e identificar el mejor momento para ponerlos al sol.
 
Vera de Tcherassi desde hace 16 años emprendió una iniciativa de conservación del árbol macondo. Inició la búsqueda de estos arbóreos en octubre de 2006, tras leer sobre ellos cuando estudiaba las decoraciones de las casas 'garciamarquianas' y documentos históricos para la adecuación del hotel que inauguraría en Cartagena su hija, la diseñadora Silvia Tcherassi. 

Desde entonces empezó a recoger semillas para mejorar el destino de la especie y hoy es la artífice de la siembra de más de 800 troncos y múltiples donaciones. “Macondo no existió nunca, y no existirá jamás’. Eso dijo Gabo en muchas ocasiones. Pero ahora nosotros podemos decir: ciertamente, Macondo, el pueblo, no existió jamás, pero Macondo, el árbol, sí ha existido, existe y existirá para siempre... si nosotros nos encargamos de que esta icónica especie no desaparezca de la faz de la tierra. Como personas del Caribe colombiano, tenemos el deber de lograrlo”, advierte Vera de Tcherassi.
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Floramiento - ficha técnica de Alexander von Humboldt.

La idea es poner macondos en los colegios alrededor de Barranquilla y bosques secos de otros terrenos, para enriquecer la diversidad de especies”, puntualiza María Cristina Martínez, botánica y decana encargada de la División de Ciencias Básicas de Uninorte.


El macondo, conocido científicamente como Cavallinesia platanifolia, de la familia de las Bombacáceas, semejante a la ceiba, posee una magia natural como el pueblo que sembró en nuestra imaginación Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad. Puede alcanzar 45 metros de alto, con una copa redondeada pero plana, con sus ramas ‘despeinadas’ en la parte más alta.

Se distribuye en los bosques secos tropicales, desde Panamá a Perú. En Colombia se encuentra en el valle del río Magdalena y en las llanuras del Caribe y el Pacífico. Tiene una forma de tronco estrecho en la base, como una botella; crece muy alto y tiene una copa solamente en la parte superior.