La estética y el lenguaje desde la filosofía

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Magdalena Holguín, filósofa colombiana, quien participó como plenarista.

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12 ago 2016

Ludwig Wittgenstein, quizá uno de los filósofos más influyentes del siglo pasado, dijo alguna vez que la única tarea que le quedaba a la filosofía era el análisis del lenguaje; así que su mayor mérito estuvo en convertir este en un tema relevante para el pensamiento contemporáneo. Pero su interés por el lenguaje no se dio desde la lingüística (aunque no son pocos quienes también lo reconocen como lingüista), sino desde los conceptos y desde cómo estos permiten, o no, describir el mundo tal cual es.

Para exponer más acerca de las ideas de este pensador de origen austriaco, se realizó en la mañana de ayer la ponencia plenaria titulada Método Wittgenstein: otra mirada, la cual estuvo a cargo de la filósofa colombiana Magdalena Holguín, quien ha estudiado y reflexionado acerca de cómo su filosofía fue un esfuerzo por aclarar la significatividad de los conceptos y esclarecer así el lenguaje.

Según Holguín, ese análisis no se hace desde cualquier concepto, sino desde unos específicos, ya que en filosofía muchas veces estos se utilizan de una manera completamente distinta a su uso en el lenguaje cotidiano. “Ese es el método que él propone. Hay que tener mucho cuidado en cómo se usan los conceptos; la filosofía debe aclarar cómo se usan las concepciones para uno saber qué está diciendo”, indicó la filósofa.

Durante la ponencia también se presentó la forma en la que a través del lenguaje, Ludwig Wittgenstein expresó sus planteamientos sobre la estética, la cual cuenta con concepciones como la belleza o lo sublime, que no se pueden definir desde cuestiones racionales, pues determinar si algo es bello o feo se da debido a valoraciones que hacen individuos en culturas diversas, e incluso en épocas distintas.

“La estética siempre hace parte de una cultura, porque en ella se valoran unos objetos por sobre otros y esto cambia con el tiempo, y cambia también con las formas de vida; por eso los conceptos de belleza no son universales ni son fijos, y Wittgenstein quiere mostrar todo lo que rodea el uso de dichos conceptos”, dijo Holguín y añadió: “Lo bello no es un adjetivo, no es una propiedad, sino una forma de valorar”.

Pero la estética también tiene una parte sensorial, por lo que Holguín destacó el trabajo del pensador austriaco y sus investigaciones acerca de “ver aspectos”, donde dice que las valoraciones se dan gracias a relaciones o comparaciones entre las cosas. “Lo que uno valora estéticamente es lo que se valora desde toda una cultura, aquello que le enseñan a preferir sobre otras cosas”, señaló ella.

Finalmente, la ponente reiteró que Wittgenstein en sus concepciones no acepta que se reduzca la estética a una teoría, o que esta se vea como una propiedad de las cosas, o como objeto de una explicación causal. Para él, esta debe ubicarse filosóficamente en el campo del valor.

Por María Margarita Mendoza

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