Nuestro reconocimiento a las mujeres que viven la ciencia

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12 jul 2017

Según el Instituto de Estadística de la Unesco, las mujeres solo constituyen el 28% de los investigadores existentes en el mundo. En Colombia, esa cifra es ligeramente superior (38%), pero todavía está muy lejos de la paridad de género; algo que solamente uno de cada cinco países ha podido alcanzar.

Las cifras ponen en evidencia un fenómeno que no deja de ser tema de debate en el ámbito investigativo y académico. La exigua participación de la mujer en el campo de la ciencia parece estar más relacionado con paradigmas sociales que siguen arraigados de generación en generación, que con la capacidad intelectual del género femenino.

De hecho, no son pocas las mujeres que fueron y que son decisivas en los avances del conocimiento que hoy hacen nuestro mundo posible, y a lo mejor estemos desaprovechando el potencial de muchas otras más que desvían su andar científico ante la falta de oportunidades.

Como academia, la Universidad del Norte asume el deber de invitar a la reflexión sobre el asunto. Una responsabilidad que ha sido promovida desde la división de Ciencias Básicas de la institución, bajo el liderazgo del decano Joachim Hahn, quien, no en pocas veces, ha sido insistente en cuanto a la necesidad de destacar lo que hacen las mujeres por nuestra academia, por la ciencia en Colombia.

Tarea que a partir de hoy reforzaremos mediante la campaña “Mujer de Ciencia Uninorte”; una iniciativa que nace desde la división de Ciencias Básicas y que apunta a resaltar el papel protagónico de las mujeres que hacen ciencia en esta universidad, en sus logros profesionales y en los principales aportes a la investigación del país que han hecho desde sus distintas ramas del conocimiento.

“En la división nos hemos preocupado explícitamente por comprender el problema de la baja participación de la mujer en el ámbito científico, por saber cómo podemos incidir en él, y creemos que una manera muy hermosa e impactante de hacerlo es destacar a aquellas que tenemos en el campus. Darles visibilidad, generar aprecio, reconocer que para ser mujer científica hay que hacer, a veces, unos esfuerzos muy grandes”, explica Hahn sobre la iniciativa.

El propósito de este ejercicio no es otro que despertar en otras mujeres el deseo de hacer ciencia, de demostrarles que para ser científica no hay que renunciar a ser mujer, ni que son ciertos los cientos de mitos sociales que hablan de la incapacidad del género femenino en áreas complejas como las llamadas ciencias duras.

“Uno comienza a ver una exclusión de las mujeres en ciertos campos profesionales, a pesar de que hay evidencias científicas suficientes para decir que las mujeres se desempeñan mejor que los hombres en ciertos campos profesionales. Como decano, siento que hay una discriminación no consciente contra las mujeres, particularmente en campos como física y matemáticas”, sostiene Hahn, quien considera que esto se debe a problemas profundos y socialmente condicionados.

Por ejemplo, de acuerdo con Hahn, es común el mito de que las niñas son malas para matemáticas. “Es un mito que está presente desde la casa y que se afianza cuando la niña entra al colegio, pues muchas profesoras tienden a reforzar esa imagen”, explica el decano.

El resultado de ese condicionamiento es que las niñas no opten por seguir carreras orientadas hacia las ciencias porque creen que no tienen las habilidades para lograrlo. Incluso, si una joven bachiller logra superar esta barrera y se embarca en un camino científico como opción profesional, tiene menos probabilidades de graduarse que sus compañeros hombres, según el mismo Hahn ha corroborado. Y luego, en su vida profesional, probablemente tenga una menor producción científica que sus contrapartes masculinos y tendrá restricciones más grandes para desarrollarse profesionalmente.

“El panorama global es que hay un problema muy severo y profundo que impide que la mitad de la población muestre sus capacidades e intereses por estos campos profesionales. Se convierte en un problema de derechos humanos: esta sociedad tiene unas barreras conscientes e inconscientes que hacen que las mujeres no entren en estos campos laborales”, sostiene Hahn.

En su concepto, la vida académica sufre cuando ciertos campos del saber son dominados por los hombres, y la academia tiene que derribar esa barrera social que deja por fuera el talento de las mujeres en esos campos. Con “Mujer de Ciencia Uninorte” presentaremos a un grupo de mujeres, todas ellas brillantes, fuertes y de capacidad científica superior; líderes naturales, capaces de guiar a sus equipos y estudiantes hacia la consecución del conocimiento.

A partir de hoy, cada quince días presentaremos el perfil de una de estas mujeres. Empezamos con la profesora de Biología Juanita Aldana, quien desde su trabajo en Uninorte se ha convertido en una promotora de la biodiversidad del Caribe y en una líder en defenderla. Esperamos que este sea un pequeño paso en la dirección por cambiar la situación.

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