Así es el liderazgo transformador de Catalina Escobar

La fundadora y Presidente de la Fundación Juanfe, estuvo en Uninorte, narrando apartes de su vida, desde porqué creó la fundación hasta el modelo actual que se preocupa por la educación y el empoderamiento de la mujer, para romper los ciclos de pobreza.

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Catalina Escobar, presidenta de la Fundación Juanfe.

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30 ago 2019

Es una mujer que irradia seguridad, habla claro y con la fuerza suficiente para que nadie quiera perder detalle de lo que menciona. Su historia de vida puede parecer una de esas que ya hemos escuchado antes, pero no es así. Catalina Escobar tiene una historia de resiliencia, de determinación, de amor por los más pobres y, sobre todo, de una empresaria con sentido social que, lejos de hacer caridad, transforma realidades de la infancia y adolescencia más vulnerable del país.

Proviene de una familia dedicada a los negocios, por eso es administradora de empresas con un MBA de la INALDE y diversos estudios en finanzas y economía. Sus primeros años profesionales estuvieron dedicados al sector financiero. Por una decisión familiar, llegó a Cartagena en el año 2000 y fue voluntaria de la Clínica de Maternidad Rafael Calvo.

Allí tuvo la oportunidad de ver el drama humano que representa la mortalidad infantil en Colombia, niños menores a un año fallecían todos los días y a nadie parecía preocuparle. A punto de terminar su voluntariado, Escobar vivió el difícil suceso de ver morir a uno de esos bebés, que llegaban al hospital, en sus brazos. “La diferencia entre la vida y la muerte de ese bebé fueron $60.000 pesos, allí entendí que debía hacer algo y esto tenía que ser contundente”, narró Catalina.

Pocos días después su vida tuvo otro giro con la muerte de su hijo menor, producto de un accidente.

La fundación

En el año 2000, estos fueron los alarmantes indicadores que Catalina Escobar encontró: Cartagena tenía la tasa de mortalidad infantil más alta del país, incluso duplicaba la cifra nacional. Cerca de 700 niños morían cada año en la capital de Bolívar, de los cuales más del 90 % eran bebés menores a 1 año.

La administradora creó entonces la Fundación Juanfe –nombre en honor a su hijo– para brindar una atención adecuada a los miles de bebés cartageneros que lo necesitaban. Focalizó su atención, en ese momento, en la Clínica de Maternidad Rafael Calvo. A partir de donaciones, vínculos empresariales y voluntad, logró sacar adelante el proyecto.

“Siempre consideré que la Fundación Juanfe no era caridad, era una empresa comprometida con crear impacto social en comunidades vulnerables, por eso desde el principio evalué los indicadores de impacto de la fundación", recuerda Catalina, 19 años después de haberla creado.

En los primeros ocho años de la fundación logró bajar la tasa de mortalidad infantil en un 81%, salvando la vida de cerca de 5 mil niños. Sin embargo, los resultados no eran alentadores porque las madres volvían a quedar embarazadas. Cada vez se sumaban más personas y parecía que la solución estaba lejos. Entonces revisó cuál podría ser el origen del problema y encontró que el factor común estaba en que la mayoría de las madres eran adolescentes, en muchos casos menores de 15 años. Es por eso que Cartagena es una de las ciudades que más aporta a la pobreza multidimensional del país, según cifras entregadas por la empresaria.

“Lo que perpetúa la pobreza en nuestras naciones es el embarazo en adolescentes, en aquellas mujeres por debajo de los niveles de pobreza”, recalcó, pues el embarazo adolescente termina convirtiéndose en un replicador de pobreza que cercena las posibilidades de desarrollo de la madre y condena a una vida con pocas oportunidades a los menores.

Así fue como Catalina Escobar continuó trabajando en el desarrollo de un modelo que permitiera atacar ambos frentes, embarazo adolescente y mortalidad infantil. Hoy la fundación tiene un modelo disruptivo que cuenta con tres fases: la primera es el programa para madres adolescentes (de un solo hijo), la segunda es un programa de seguimiento y formación que busca prevenir un segundo embarazo en esas jóvenes, y por último es una Oficina de Empleo y Emprendimiento que vela por la inserción laboral de estas mujeres.

A la fecha, la fundación ya ha atendido a miles de niños y madres adolescentes que incluso hoy ya son adultos y viven agradecidos por la oportunidad de vida y bienestar que les brindó la fundación. Hoy la sede principal en Cartagena es una construcción de 14 mil metros cuadrados, con certificación LEED. Además cuenta con puntos de atención en Medellín y ha replicado su modelo de gestión en Panamá, Chile y México.

En su visita a Barranquilla, en el marco de la Cátedra Global, Catalina anunció que ya se encuentra estudiando la posibilidad de abrir una sede de la Fundación Juanfe en Barranquilla, dada las condiciones de extrema pobreza que atañen a la región Caribe.

“El trabajo no para y el área metropolitana de Barranquilla cuenta con comunidades en alto grado de vulnerabilidad a las que hay que atender. Mi mensaje se enfoca en que debemos invertir en educación y la mujer no es un tema de feminismo, estudios alrededor del mundo demuestran que invertir en la mujer impulsa el desarrollo social”, explicó.

Catalina Escobar lleva una vida profesional bastante exigente, pero que acompañada del deporte, su familia y amigos, dista de ser aburrida. Considera que todos deben tener un componente social en sus vidas, porque siempre hay algo que se puede hacer por el otro.

Por Omar David Alvarez

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